Amores Anónimos.

19-El Inminente Ataque.

Faltaban algunos meses para las elecciones a gobernadores y ya se habían visto numerosos atentados contra los posibles candidatos o sus seguidores. Los partidos políticos se limpiaban las manos y culpaban a sus competidores o incluso algunos llegaron a adjudicarle a Alcatraz algunos de los atentados, asesinatos o desapariciones, aquélla poderosa organización de la que todos hablaban y de la que muy pocos conocían. Había opiniones divididas, unos eran neutrales y otros culpaban a Alcatraz pero nadie se atrevía a decirlo en voz alta ya que con el pasar de los meses se fueron dando casos de infiltraciones por parte de aquella organización dentro de las esferas políticas, se decía que Alcatraz dominaba el senado y buscaba imponer su propio gobernador, alguien que sería fiel a sus ideales retorcidos de paz, pero lo cierto era que solo eran sospechas que nunca pudieron ser comprobadas y con el paso del tiempo caían en el olvido y daban pie a nuevas sospechas.

La corrupción dentro del sistema había obligado a todos los agentes incubiertos a tomar medidas extremas después de que la agente Susan Smitch fuera secuestra, torturada y posteriormente asesinada por Alcatraz. Hubo arrestos e investigaciones pero las fugas de información parecían perfectamente calculadas y el nulo rastro entorpecían las indagatorias.

La capital había sido catalogada como la sexta ciudad mas peligrosa del continente y las estadísticas internas lo corroboraban pues no solo era Alcatraz sino también Los Máximov, una organización criminal que poco a poco crecía en los suburbios bajos, a ella se le adjudicaban numerosos atentados en otras ciudades pero se sabía muy poco de ellos que incluso su líder pasó a ser conocido por el sobrenombre de El Fantasma, por ser escurridizo y responder a muchos nombres de los cuáles nadie sabía ya si alguno era real y esa era una cuestión de las muchas que a Adam no lo dejaba dormir por las noches.

En sueños vio a su hijo mayor, era un chico muy sano y dedicado a sus estudios. Estaba muy orgulloso de él pues ya era su ultimo año de universidad y planeaba regalarle un viaje por el mundo como premio por ser lo que cualquier padre desearía, era su pequeño, siempre lo sería aunque tuviera ya 26 años. Esa noche le avisó que iría con unos amigos a un reconocido club nocturno y el no había dudado en dejarlo ir pues siempre era responsable y llegaba a la hora que le indicaba. Esa noche Alcatraz atacó a un grupo de personas dentro del club y entre las víctimas resultó su hijo que fue alcanzado por una bala pérdida. En la madrugada le hablaron para notificarle el hecho y aún no podía creerlo, su pequeño estaba muerto y no podía hacer nada para salvarlo.

Su esposa que trabajaba con el político Nicholas Hourne dirigía con éxito su campaña, aún recordaba su voz, aquélla voz llena de una inmensurable paz.

-¿Como vas con Darren ?- interrogó ella dentro de la pantalla de su móvil, pues estaban en una videollamada.

-Se está portando bien - contestó él mientras giraba el teléfono hasta donde el pequeño estaba jugando, pues le habían dado el día libre a su niñera y él se había quedado cuidándolo -. Y tu ¿Como vas con el evento?-.

-Ya comenzó, Ahora estoy en espera del equipo de periodismo del partido que ya se retrasaron pero si todo va bien llegaré a casa para la comida - contestó alegre.

-Cuídate entonces, te amo -.

-Yo también te amo mi gruñón. Mira, ya están llegando - enfocó el teléfono en una de las torres donde un helicóptero con un logo de periodismo estaba llegando.

-Bueno. Por lo que veo llegarás cuanto antes a casa, te estaré esperando ansioso - esto último lo dijo mientras se pasaba la lengua por los labios en un acto erótico.

Ella comenzó a reírse y sus cabellos rubios le cubrieron esos ojos color miel tan expresivos.

-Espero que sea en serio pero por ahora...- se acomodó el pelo tras la oreja -. Cuida a nuestro pequeño Darren, que llegando intentaremos hacer otro y...- su hermosa cara se descompuso en un grito terrible al tiempo que se oía un estruendo en el lugar.