15-Jaulas De Cristal.

303 55 78
                                    

-¡¿Dant?!- exclamó impresionada al verlo frente a ella con la nariz sangrando y una ceja rota -. ¡Que diablos haces aquí!-.

Susan tenía muchas preguntas en ese momento pero la situación estaba siendo la culpable de que no pensara con claridad las cosas y entonces lo miró a él con las manos en alto y los pedazos de la máscara en el piso, fue tan grande su impresión que de repente todas las preguntas en su cabeza comenzaron a tener respuestas, lo sabía, pero intentó creer con todas sus fuerzas que no era así.

-Profesora... Puedo explicarlo - intentó Dant acercándose a ella.

-¡No te muevas o te disparo!- gritó moviendo su arma frente a él -. Antes vas a decirme que haces aquí y porqué estás con ellos -.

-Yo...-.

En ese momento se escuchó un disparó en la habitación de a lado, Susan escuchó el llanto de su hijo y se giró desesperada, movimiento que Dant aprovechó para correr hacía ella y quitarle el arma, intento forcejear pero él la había sorprendido con la guardia baja. Le dio un golpe en la cabeza con el arma y Susan se desplomó como si de un bulto se tratara.

Dant:

Ni siquiera me cercioré de que estuviera noqueada completamente y corrí a la otra habitación donde antes sonó el disparo. Me encontré a Sebastian sentado en el piso y frente a él, el cuerpo sin vida de un hombre con un disparo en el pecho y a un niño que no paraba de llorar.

-¿Estás bien?-.

-Si - contestó con su respiración entrecortada.

-Salgan de ahí ahora o no podrán salir. Tienen 10 minutos antes que lleguen los federales -.

La voz de Matthew en el auricular nos alertó a ambos. Juntos cargamos a la profesora de contaduría, la subimos al auto y salimos lo mas rápido posible de de ese lugar. Varios kilómetros después me detuve, fuimos a la parte trasera del auto y amordazamos a la mujer, la atamos de pies y manos y cuando me disponía a arrancar el auto note una mancha de sangre en el costado donde Sebastian se presionaba con fuerza.

-¡Que te pasó! - exclamé alarmado.

-No pasa nada - dijo todavía respirando cansado.

-¡Como no, estas respirando feo y el sangrado no se detiene!- intente tocarlo y el se apartó.

-Arranca ya, solo vámonos, fue un rozón con un cuchillo, en cuante llegué a casa lo vendaré y ya está, arranca o llamaremos la atención aquí - contestó algo molesto.

Puse en marcha el auto lo mas rápido que pude, si fue un rozón, no lo parecía porque respiraba cansado y de cuando en cuando arrugaba su cara en señal de dolor.

-Como fue que pasó - interrogué mirando su mano ya cubierta de sangre.

-Entré como quedamos para cerciorarme que no hubiera nadie más. El tipo me tomó desprevenido e intento apuñalarme, lo pude esquivar pero por poco no lo logro y en el forcejeo se me escapó el tiro que lo mató - su voz quebrada por la tristeza me partió el corazón.

-Ya pasó, ya. Ahora solo llevemos a está mujer con ellos y podremos descansar ¿estamos?-.

-Está bien - dijo después de varios minutos.

Al llegar al punto de encuentro nos encontramos con los dos hombres que ya nos esperaban. Bajé y abrí el maletero, les hice una seña para que la bajaran y solo uno de ellos se acercó a mi, la tomó y cargó con ella hasta su propio auto.

Nos marchamos de ahí después que ellos de fueran y cuando llegamos al departamento Sam y Matthew corrieron ayudarme al ver la cantidad de sangre en su ropa. Lo llevamos a su habitación para después desnudar su torso completamente. La herida no era muy honda y como el mismo lo había dicho, había sido solo un rozón. Lavamos su herida y lo vende después que ellos se fueron. Lo acosté en mi pecho y esperé a que se durmiera, luego me di una ducha y eché toda la ropa sucia a una bolsa de basura.

Amores Anónimos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora