MI NUEVA VIDA - ¡Mis Padres Están Vivos!

72|Familia

Las veinticuatro horas restantes ya habían pasado, eso solo podía significar una cosa: Harry podía regresar a Hogwarts, donde estaba seguro que muchos lo molestarían por tratar de hacerse el héroe por segunda vez.
Si antes lo habían admirado por ser el niño que vivió ahora muchos alumnos pensarían que solo buscaba llamar la atención por haber ido en busca de Voldemort.

Pero trataría de ignorar esos comentarios y terminar su segundo año de la mejor manera, ya sin preocuparse por ser asesinado.

Se despidió en la noche de todos.

El que lo llevo a Hogwarts fue James y en secreto le entrego el mapa del merodeador además de darle una idea.
Algo que lamentaría por lo que su hijo estaba a punto de hacer.

El pequeño Potter se reunió con Hermione y Ron en la sala común de los leones, conversaron, se pasaron los deberes, se contaron las últimas noticias, consiguieron mucha comida y durmieron con una sonrisa en el rostro al encontrarse por fin juntos.

Al día siguiente todo seguía su curso normal, la mayoría de los alumnos trataban de no mirar mucho a Harry por órdenes de Dumbledore, debido a que podía ser muy incómodo todo eso.

Pero toda la tranquilidad se esfumó por unos gritos desesperantes del celador, el hombre ingreso al gran comedor sudando y con los ojos llorosos.

-Mi gata-decía desesperado-. Alguien mando por correo a mi gata-llego a la mesa de los profesores y le suplico al director-. Expulse a los criminales que hicieron esto, necesito justicia para mi gata.

-¿La señora Norris?

-Si-lloro-. Por favor director, encuentre al culpable-se dejó caer al suelo para llorar desconsolado.

El director miro a los profesores en busca de ayuda pero ninguno parecía querer hacerse cargo excepto...

-¿Remus, anoche viste a algún alumno por los corredores?-le pregunto tranquilo.

El castaño miro disimuladamente a Harry por un segundo y luego negó lentamente.

-Debemos buscar y preguntar a cada alumno en Hogwarts-le dijo Albus-. La señora Norris no se puede esfumar de la nada.

-Yo me encargo-dijo Snape poniéndose de pie, se aclaró la garganta y se dirigió a los alumnos-. ¿Alguno de ustedes vio a la señora Norris?-les pregunto en voz alta.

-No-respondieron todos los alumnos al mismo tiempo.

-Listo-se volvió a sentar-. Al parecer será un misterio, la gata debe estar viajando a otra dimensión-miro al celador-. O tal vez este muerta-Filch empezó a sollozar con más desesperación.

*En la mesa de Gryffindor*

-¿Que le hicieron?

-Hermione, esa maldita gata nunca fue de mi agrado-le dijo Ron

-¿Y qué hicieron con ella?

-La enviamos a Japón-les respondió Harry-. Escuche que en ese país aman a los gatos, le hicimos un bien, ahora será feliz por allá.

-¡¿Están locos?!-les pregunto en voz baja pero muy alterada-. No pueden hacer eso, tienen que regresarla.

-Ya no podemos. No acepto devoluciones.

-Tienen que hacerlo, tiene que traerla de nuevo, el director los expulsará si se entera de lo que hicieron.

-Hermione, el director nunca permitiría que expulsen a Harry-le dijo Ron-. Y  yo no pierdo porque no hice nada.

-Tengan compasión por Filch, el no puede vivir sin su gata, es muy cruel separarla de el-les rogó-. Traiganla de vuelta.

-Eh... No