MI NUEVA VIDA - ¡Mis Padres Están Vivos!

66|Tren

Septiembre había llegado.
La fecha deseada del pequeño Potter por fin estaba presente.

Por primera vez sería llevado por sus padres. Los cuales ya no tenían que esconderse porque gracias a el profeta muchos magos habían sido informados de que estaban con vida.

Salieron de la mansión muy temprano pero por alguna razón Remus no estaba presente y nadie parecía preocuparse por eso.

Llegaron a la estación, corrieron para cruzar.

Lograron entrar en el andén nueve y tres cuartos y se vieron al frente del maravilloso tren que a todos los magos causaba alegría o nostalgia.

-La grandiosa vida de ir a Hogwarts-opino Sirius mirando a unos adolescentes con escobas-. Todo es maravilloso a excepción de los exámenes.

-¿Extrañas ser un joven de quince?-le pregunto James

-Obvio, amigo, quien no extrañaría eso. Es maravilloso.

-Pero pueden visitarme-les dijo Harry-. Dudo que sea prohibido, podemos jugar al quidditch y todo.

-Solo esperamos que el profesor Lupín no te deje muchas tareas-hablo Sirius sin poder evitarlo.

Harry se mostró curioso por eso, miro a su padre en busca de respuesta pero solo recibió una encogida de hombros confundido.

Sin darse cuenta ya estaba siendo peinado por su madre.

-Tienes el mismo problema que tu padre-le decía mientras trataba de aplastar su cabello-. La menor brisa y tú cabeza parece de erizo.

-Mamá, por favor, todos nos miran-se avergonzó.

-No quiero que vayas a Hogwarts todo despeinado, no quiero que nadie hablé que soy una madre descuidada.

-Nadie va a decir eso...-murmuró Harry

Lily dejo de tratar de peinarlo y saco de su bolso un pequeño pañuelo para limpiarle la cara.

-Mi amor, por favor-le susurró James-. Esta limpio, se lavó la cara está mañana, no es necesario que hagas eso.

-¿Entonces porque tiene rastros de chocolate en los labios?

-Merlín, solo comió un dulce y eso es todo-murmuró Sirius-. Estas avergonzando al niño, quien sabe que tal vez su novia lo esté mirando.

-No tengo novia-le dijo Harry con las mejillas rojas porque su madre le había frotado con fuerza.

El silbato se escuchó por todo el andén.
Era la advertencia que en poco el tren saldría.

Lily con ayuda de Sirius subió el baúl de Harry hacia un compartimiento.
James aprovecho ese momento para entregarle a su hijo una pequeña bolsa con galeones.

-Puedes comprar lo que quieras-le dijo-. Juntate con tus amigos y traten de dejar sin dulces a los demás.

Harry lo recibió con una sonrisa.
-¿Es posible que los dulces se acaben?-le pregunto

-Sirius intento hacerlo pero creo que es imposible, la señora del carrito es una genia y nunca se le acaban.

-Oye cachorro-le llamo Sirius desde una ventana-. Aquí están tus amigos-Ron se asomó para saludarlo.

-Tienes que salir de ahí-le dijo James-. Date prisa o terminaras viajando.

-No sería mala idea.

-Minnie te esperará con un EXTASIS -le dijo y Black salió rápido.

Harry camino para subir al tren pero sin pensarlo se encontró abrazado por su madre.

-Te extrañare-le dijo-. No te olvides de escribirme, quiero una carta cada tres días.

-Lo haré-le dijo con una sonrisa-. Tal vez no tenga mucho que contar pero sin falta te escribiré a cada momento.

-No quiero que te metas en problemas-lo miro a los ojos-. Y hablo enserio, Harry James Potter, no quiero recibir ninguna queja tuya.

-Nunca he buscado los problemas, mamá.

-Conozco muy bien esa frase-le dijo-. Para tu padre era su carta de presentación.

-Pero yo lo digo con sinceridad.

-Eso dolió, hijo-murmuró James.

-Quiero que te esfuerces en tus estudios pero no te quedes hasta tarde-le seguía diciendo Lily-. Procura presentar a tiempo tus trabajos, responde las preguntas que te hagan en clase, llega temprano a cada clase y..

-Por  Merlín, pelirroja, solo se irá a Hogwarts-le dijo Sirius saliendo todo despeinado del tren-. No a ese manicomio muggle-miro a James-. ¿Cómo se llamaba?

-Universiti

-Universidad-corrigió Lily-. Y no es un manicomio, es una institución muy importante para que los jóvenes aprendan de  su carrera.

-No, es un manicomio, solo los locos ingresan ahí.

-Ingresan gente muy inteligente que busca mejorar su calidad de vida estudiando una profesión.

-Pues Christina me menciono que nadie logro nada después de la universidad. Cada año se gradúan miles y terminan en casa.

-Gracias por eso, Canuto-le dijo Lily-. Ahora gracias a ti mi hijo sabe que el estudio no lleva a nada-con la dulce voz que usaba daba un poco de temor.

-Nunca he dicho eso-se defendió-. Todos sabemos que en el mundo mágico hay más oportunidades... O bueno solo para los que quieren ser aurores o hacer cualquier trabajo riesgoso.

Harry se pasó las manos por el cabello despeinandolo horrible y antes de que su madre se diera cuenta de eso. Se despidió rápido de su padre y padrino e ingreso corriendo al tren.

Se sentó cerca de Ron y saco su cabeza por la ventana.

-No te olvides de escribir-le dijo Sirius en voz alta para que pudiera oír.

El tren empezó a moverse.

-Les escribiré a los tres-prometió Harry despidiéndose desde la ventana-. ¡No sé olviden de darle leche a Crookshanks !

James se hizo el sordo.
-¿Que dijiste, Hijo?-le pregunto corriendo detrás del tren.

-¡Dale leche a Crookshanks !

-¿Que?

-¡Tienen que darle leche sin lactosa o le dará indigestión!

-¡Ok, le daré leche con mucha lactosa!

-¡No! ¡Sin lactosa!

-¡Entiendo, no te preocupes, hijo, ese gato tendrá dos litros de leche! ¡Leche con mucha lactosa para su delicado estómago! ¡Pásala bien en Hogwarts!

Harry intento decirle otra vez a su padre pero era imposible, el tren ya estaba aumentando su velocidad.

En menos de un minuto no pudo ni ver la estación.