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- Creo que me debes unas explicaciones. - Soltó.

- Si, un trato es un trato. - Respondí.

Sus manos soltaron las puertas del ataúd dejándolas caer  y a mi dejándome el espacio libre para salir.

- Bueno, te escuchó.

- Ahm... primero que nada, ¿De donde sacó este ataúd?

- Tu eres el que responde a mis preguntas, no yo.

- Es la única duda que ahora estoy teniendo. Por favor dígamelo.

- Jajaja. - Ahogó carcajadas en su garganta y me tapó sus ojos con sus parpados cerrados, pero a pesar de eso seguía sonriendo con calidez. - Pequeño curioso. - Volvió a abrir sus ojos. - Esta bien.

Su cuerpo se recostó junto al mío dentro del ataúd, el espacio era mayor, en este ataúd pueden caber literalmente tres personas, y él se recostó en un lado del ataúd dejando un espacio libre entre los dos, colocó la mejilla en la almohada color blanco que parecía un tubo de marshmellow tocando ambos extremos del ataúd, me acerque a la almohada y recosté mi mejilla mirando sus ojos.

- Esta "Cama" - Hizo comillas en el aire con una mano. - me la dio mi mamá antes de morir. - Mi sonrisa desapareció cuando dije eso, a él le paso lo mismo. - Esta cama es todo lo que tengo de ella, ya que es la mayor parte de mi vida de infante al jugar me la e pasado destruyendo ataúdes al saltar sobre estas.

- Pf. - Ahogué una risa y mordí mi labio para evitar reírme, ya me imagino a un profesor Sennen en miniatura saltando en el ataúd y siendo el doble de travieso de lo que soy yo y haciéndoles perder el dinero a sus padres por estar comprando "camas".

- Anda ríete todo lo que quieras. - Dice de broma mostrando una sonrisa. - Pero al igual que tu yo también fui un niño.

- Ahora es un amargado literario pervertido.

Sonrío ante mi comentario.

- Se podría decir, pero un pervertido haría peores cosas de las que yo te hice Muto.

- Ni me lo diga, me hará pensar en ello, y es lo último que quiero hacer.

Soltó leves carcajadas que casi ni escuche ya que ni salieron de sus labios, y solo vi una sonrisa, su cuerpo se movió y sus ojos miraban el techo mientras usó sus brazos como almohadas.

- Bueno, ya te respondí a lo que querías. - Menciono viéndome de reojo. - Ahora si dime todo.

- Ahm si, pero, no se como empezar.

- No te esfuerces tanto.

Baje la mirada un poco.

- Solo has como si estamos conversando normal.

- Es que, es... incomodo sabe, yo, jure no decirle esto nunca.

- ¿Qué cosa?

- Que no quiero que se valla.

- ...

Sus ojos se abrieron como platos y me pusieron más atención.

- No quiero se valla.

- Pensé que querías que me fuera.

- Yo hablaba de la secundaria, no del país. - (7-7) Que excesivo que es aveces. - el punto, es que no quiero que se valla.

- ¿Y por qué no lo haría? No te afectaría en nada y encima te dejaría en paz.

- Es que... no quiero admitirlo y mucho menos decirle, pero... - Ayy me quema la cara. - Na-nada sería igual si usted no esta.

- No me quedaré solo para hacerte la vida más interesante y que pongas más cosas en tus libros. - Hablo con el ceño fruncido.

- ¡No es eso!

- ¿Entonces?

- Yo...

- Date prisa. - Me miro molesto. - Perdí tiempo valioso por tu jueguecito a las escondidas, no me tarde ni tres minutos en encontrarte pero si me vas a estar diciendo lo mismo no me hagas perder más tiempo.

- U-usted no me entiende, tampoco quiere dejar explicarme bien.

- ¡NO MUTO! - Arqueo su espalda apoyando sus codos en la cama. - ¡Eres tu quién no quiere decir lo que piensa, y tratas de buscar palabras para intercambiarlas con las reales!, pero solo haces que suenes ridículo y que no tenga sentido la mayor parte de las cosas de las que dices.

- ...

- Siempre te pones a la defensiva y nunca te abres a los demás.

- No soy capaz ni de abrirme para usted, ¡Así que no diga tonterías, y ya deje de hablar de sexo!

- ¡Sabes perfectamente que no estoy hablando de eso!, ¡Lo único que quieres hacer es cambiar de tema!, ¡ Y ya estoy cansado! 

Tiene razón, al final creo que si es por orgullo del por qué no quiero admitir mis sentimientos, se que lo estoy desesperando e irritando con todo lo que hago o digo, pero no quiero llegar tampoco a los extremos de llegar a algo más...

Pero entiendo que para todo hay un momento y que la verdad siempre se termina revelando, por más buena o mala que sea, todo tiene consecuencias, y si no piensas con claridad y sueltas la verdad sin pensarlo y que solo lo hagas por sentimientos, ¿Quién me asegurará con firmeza que todo estará bien? ¿Qué pasa si todo sale mal?¿Como lo voy a remediar?

¿Se lo han pensando?

¿No verdad?

Su cuerpo se empezó a despegar de la cama, yo me asuste por dentro, no quiero que se valla y aleje de mí, porque ni bien lo deje salir del sótano todo habrá acabo entre nosotros. Todo.

No pensé nada cuando mi mano jaló su brazo con fuerza, pero solo hice la situación más extraña, había conseguido que mi cara experimentará una nueva facción de lo que es estar caliente y apenada.

Lo tenía encima mío acorralándome en medio de la cama cuando me acerque para evitar que se fuera, temblé debajo suyo al ver que su rodilla estaba entre mis piernas rozando la sensibilidad que estoy teniendo entre mis piernas por estar sintiendo tantas emociones al mismo tiempo, ni si quiera evite soltar un gemido audible, escuche como soltó un gruñido bajo y al abrir mis ojos vi que estaba sonrojado del rostro, lo tenía muy cerca con uno de sus codos cerca de una de mis mejillas y una mano apoyada al otro lado de la otra mejilla.

Al querer apartar la mirada y mirar hacía abajo vi que una construcción se fue formando bajo sus pantalones.

¿Se ha excitado?


Profesor Pervertido || Puzzleshipping || YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora