¡Hey, tú! ¡No le toques!

~10~

× Las palabras que esta en cursiva son los pensamientos de los personajes.

<~°×°~>

[05]

— ¿Cuanto falta para que termines y volvamos a casa? Que me aburro y me duelen los pies de tanto caminar.

— Aguanta un poco mas Katsuki, solo me falta comprar algunos calcetines para ti y para tu padre. Ah, y también alguna térmica, que dentro de poco llegará el invierno.

— ¿Hacia falta que yo también viniera?

— Claro que si, tienes que probarte esta ropa, por eso te he traído.

— ¿Eeeh? No quierooo, no me gusta tener que vestir y desvestirme una y otra vez.

— No he pedido tu opinión, así que deja de hacer esa mueca.

— ¡Jum! Vieja piruja...

— ¿Que has dicho?

— Nada.

— Venga, ves a mirar algunos guantes y escoge el que mas te guste. Que me acabo de acordar que las antiguas ya no te quedan.

— Que pereza... No me gusta ir a comprar ropa nueva...

— Si no lo haces, la próxima vez haré que te vayas al cole desnudo. Y lo digo muy enserio.

— Tsk, vale, vale, ahora vuelvo.

— Así me gusta, que me hagas caso.

— Quiero volver a casa y ponerme a jugar con la nintendo... ¿Oh?

— Katsuki, ¿has encontrado alguna que te guste?

— Bueno... No he encontrado unos guantes, pero...

— ¿Mm, una bufanda? Pero si ya tienes una en casa.

— Ya pero... Estaba pensando que esto le podría quedar bien al pequeño brócoli...

— ¿Para Izuku?

— Ajá... Me preguntaba si él tenía una, pero si no lo tiene... Me gustaría regalarsela, para que no pasara frío y que tampoco se resfriara.

— Eeh... Así que mi hijo se preocupa por el pequeño Izuku.

— Claro que me preocupa. Es un bebé y con ese cuerpecito que tiene, es débil ante las cosas. Me gustaría abrazarlo y estar con él, pero lamentablemente no puedo estar todo el día a su lado... Al menos con la bufanda, podría protegerse del frío. Así que... ¿Me dejarías comprarlo, por favor?

— Vaya, cuando se trata de él, te conviertes en una persona muy diferente.

— ¿Eso es un si?

— Ah... Esta bien, pero debes portarte bien apartir de ahora. ¡Y deja de llamarme vieja! ¡Llamame mamá!

— Ufff, me costará llamarte de esa manera tan extraña, pero lo intentaré.

— No lo intentes, solo hazlo.

— Esta bien vie-, digo mamá. Uy que raro suena.

— Pero el día que me llamaste mamá para afeitar la barba de tu padre, no te a parecido raro ¿no?

— ¿Entonces, puedo?

— Si puedes, pero ¿que color escogerías?

— Mmm... ¡Ah, este!

— ¿El rojo?

— Sip.

— ¿Por que tiene que ser el rojo? Hay otros colores, como el azul o el amarillo... Hasta hay uno verde, que eso combinaria con sus ojos y pelo.

— Ya, pero me gusta mas este. No digo que el verde es feo, es bonito igual que el bichito. Pero al menos quiero,  que cuando vea esta bufanda, se acuerde de mi y que siempre voy a estar a su lado. Por eso el rojo, ya que se parece al color de mis ojos ¿no?

— Fufu, sí, si que se parece. Entonces decidido, después de probarte toda la ropa y buscarte unos guantes, lo compraremos.

— ¿Eeeeh? ¿¡Todavía debo de probarme toda esta ropa?!

— Por supuesto, venga vamos, que no hay nadie en los vestidores de allá.

— No quierooooo.