Su mirada se encontraba perdida en alguna parte del techo blanco de su habitación, encerrado y en silencio rio amargamente de repente. Su mano sostenía una botella de whisky y bebió un gran sorbo de ella, el licor se deslizó por su garganta quemando sus paredes a su paso.
—Vyna...— murmuró su nombre.
Rio una vez más.
Hoy era ese día... Ese horrible día.
Trató de cesar los recuerdos que golpeaban su mente, unos grandes sorbos de licor probablemente lo calmarían como la primera vez, pero a medida que pasaba el tiempo se hacía cada vez más inútil... Incluso tomándose varias botellas no podía para a su mente. Sus memorias volvían una y otra vez en él.
—Basta... — dio otro gran sorbo de la botella, está vez se la tomó con intenciones de acabárselo de una vez.
Su piel quemaba , sentía escozor sobre ella; una ligera punzada se instaló en su pecho. Lo que había comenzado como una pequeña molestia se intensificó de forma aguda. Como si alguien lo apuñalase una y otra vez sintió aquel dolor como aquella vez. Las lágrimas descendieron de sus ojos de manera dolorosa, sus manos apretaron aquel punto, incluso comenzó a rascar aquel punto con dureza. Parecía como si quisiera quitar aquella parte, como si quisiera arrancárselo de una vez.
No lo soportaba, no podía aguantar aquel dolor, deseaba morir de una buena vez. El dolor era incluso peor que la muerte y empeoró cuando los recuerdos comenzaron a golpearlo con mayor intensidad. Gemía de dolor mientras se encogía, su piel empezó a enrojecer , la sangre comenzó a brotar de ella. Ni siquiera aquello hizo algún cambio , solo era un acto inútil.
Había pasado esto tantos años, ya debería ser costumbre para él tener que soportar esto; sin embargo, aquello no podía estar más lejos de la realidad. No se había acostumbrado ni un poco. Lo odiaba con todo su ser. ¿Por qué? ¿Por qué no buscaba ayuda? ¿Por qué lo soportaba?
Era por la culpa, aquella maldita culpa que le carcomía las entrañas cuando estaba siendo feliz , cuando creía que podía vivir tranquilamente por fin. No podía descansar sin que esta lo atormentase, cada noche era igual. Sus pesadillas lo perseguían , el dolor era tan vivido como aquel día.
Este era su castigo, el castigo que debía soportar incluso si estuviera a punto de morir. El castigo por usurpar algo que no le pertenecía , el castigo por adaptarse rápidamente y aceptarlo. Por llegar a codiciar un corazón que nunca le perteneció, por anhelar egoístamente una sonrisa. Era una escoria , una maldita basura que merecía todo incluso más.
Este era el precio de su descaro... Porque aún codiciaba a aquel ángel que iluminaba sus días. Por ese maldito deseo de tener a quien le daba la vida, incluso si tuviera que soportar este dolor, estaría muy feliz con tal de ser feliz con ella. Hasta se arrepintió de su decisión del pasado.
—Soy una maldita basura— rio — Incluso me arrepiento... Debes estar revolcándote al verme así, debes estar maldiciéndome con todo tu ser.
Lo merezco.
"Tu madre me arrebato la vida , yo destruiré la tuya.", recordó sus palabras.
—Mi vida ya fue destruida, ¿Qué más? Puedo soportarlo todo...
Era demasiado orgulloso a pesar de boicotearse él mismo demasiadas veces. Se alejó de todos, construyó una gran y fea reputación,jugaba con una y otra chica tratando de llenar aquel vacío. Todos los días eran los mismos. Monótonos y rutinarios. Se perdía en el alcohol los fines de semana mientras la recordaba, mientras recordaba como la alejó.
De un maldito impostor.
La había alejado él mismo, pero ahora la buscaba. Después de tantos años, no había aprendido ni siquiera un poco. Era alguien que no merecía amar ni ser amado, una basura como él no lo merecía. Aun así, sus acciones eran contrarias a sus pensamientos.
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Atado a Ella
WerewolfY sus ojos se conectaron , él desde el principio estaba atado a ella.