Capítulo 29

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Luka...

Desperté de repente cuando sentí el amanecer, lo primero que encontré a mi lado y entre mis brazos fue a mi amada Elisabeth.  Una ligera y tonta sonrisa se dibujó en mis labios mientras la veía dormir tranquilamente. No podía explicar la calidez y paz al tenerla entre mis brazos. Mi mano acariciaba su piel aterciopelada mientras acomodaba sus cabellos. 

Mi amada mate, era mía. 

Continúe admirando a mi hermosa mate , un pequeño calor se instalaba en mi rostro. Tal vez me veía ridículo sonriendo como idiota. Borré aquellos pensamientos , no importaba lo idiota que me vea mientras la tenga a ella. Mi sonrisa se agrandó aún más, no podía pedir ser más feliz que esto.

Todo será perfecto.

-Luka...-su voz ronca, me sacó de mis pensamientos.

-¿Qué ocurre, cariño?- mi voz salió tan tonta, tierna y enamorada. 

Me golpearía si me escuchará antes, pero ahora no me importaba. Todos mis sentidos estaban enfocados en ella.

 -Tengo frío...-tembló en mis brazos, y se acurrucó más en mí. Exigiéndome calor.

Mis sentidos se alertaron al sentir su cuerpo en altas temperaturas fuera de lo normal. ¿Cómo no me di cuenta de inmediato? Preocupado, toqué su frente ,estaba hirviendo en fiebre. 

Era obra de la marca, ella era demasiado débil. 

Me levanté de inmediato, no sin antes abrigarla bien entre un montón de mantas y edredones. 

-No te vayas...-sollozó, aferrandose a mi camiseta. 

No digas eso, cariño...

Mi corazón se estrujó al oírla.

-Regresaré muy rápido ¿Sí? -quité su mano con delicadeza y deposité un pequeño besó en sus labios-Traeré medicinas, cariño...

-Esta bien, vete -refunfuño cubriéndose con las mantas hasta la cabeza.

Reí antes de salir de allí con una estúpida sonrisa enamorada en el rostro. Era tan linda, quería aferrarme a ella y no soltarla por lo linda que era. Corrí por los pasillos en busca de Dallas, mientras lo llamaba, y no lo encontré por ningún lado. Sin saber a dónde ir, me dirigí a la cocina en la planta baja. Ahí encontré varias empleadas preparando el desayuno, y al verme me saludaron de inmediato.

-Consigue la mejor medicina para la fiebre y llévalas con un vaso con agua , por favor —solicité a la primera empleada que encontré , ella me observó asombrada. ¿Dije algo malo?

-Eh... No soy empleada , Alfa -sus mejillas adquirieron un tono rojizo.

No le presté mucha atención, mi prioridad era que Elisabeth esté bien. Miré a los empleados con molestia, sabían que no podían ingresar gente externa. Luego arreglaría eso.

-Suban la medicina que pedí, de inmediato.

Volví a soltar, mientras tomaba un recipiente con agua tibia y un paño.  Regresé a mi habitación, al llegar Elisabeth seguía temblando, bajó las mantas.

-Luka...-la escuché sollozar. 

La marca probablemente estaba doliéndole, no podía distanciarme de ella ni por un segundo. Dejé las cosas en el velador y comencé a remojar el paño en el agua tibia.

-Lo siento, ya re...

Al oír mi voz, sentí sus brazos rodearme de inmediato. Sonreí tontamente, aceptando su abrazo, mis brazos también la rodearon. Dejé el paño en el recipiente, se le caería de todas formas al estar pegada a mí. 

Atado a EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora