Andrea pasó el día arreglando las cosas, así que todo estaba listo, esperó para que el personal especializado en cambios llegar a tomar las cosas y llevar al nuevo apartamento. Cuando llegó en el nuevo apartamento los hombres dejaron las cosas por la sala como ella había mandado después se marcharon, Andrea respiró hondo y miró alrededor.
-Vamos allí Andy, una nueva etapa - Ella sonrió y empezó a abrir las cajas empezando a poner a las cosas en su debido lugar.
A las horas pasadas y cuando ella se dio cuenta ya se pasaba de las once, dejó lo poco que faltaba para arreglar durante la mañana, faltaba sólo la ropa para ser guardada, entonces cogió el pijama y siguió al baño, prefirió usar la bañera, después de un largo baño para relajar el cuerpo, se vistió y siguió a la cama, no tardó en dormir.
Andrea se despertó a la mañana siguiente escuchando el ruido del móvil, ella cogió sin mirar quién era.
-¿Alô?
-¡Andy! - Ella se sentó en la cama.
-¿Lily? Dios mío, pensé que se había olvidado de mí.
-Claro que no tonta, nunca haría eso, pero tengo una noticia para contarte.
-¿Qué?
-¡En unas semanas estoy volviendo!
¿Cómo?!
-Así cómo lo oyes.
-Entonces vendrás a quedarme conmigo.
-No, yo no iré a molestar a ti y Nate - Andrea se rascó la cabeza incómoda.
- Ya no estamos juntos...
-¿Porque no? -pregunta sorprendida.
-Es una larga historia, pero mejor te cuento cuando llegues, me avisas sobre cuando vas a llegar.
-Está bien, ahora me tengo que ir, tengo mucho trabajo que dejar listo para mañana.
-Está bien - Andrea llamó y se levantó yendo al baño, después de un rato salió, tomó un breve café y luego terminó de arreglar las cosas que faltaban para ser organizadas. Así que dio cinco de la tarde tomó un baño y fue a encontrarse con Nigel. En cuanto llegó en el taller, Nigel ya la esperaba, ella lo saludó.
-Tengo un evento para ir esta noche, tengo algunas cosas que organizar hasta la noche.
-Hablaremos más tarde de eso.
-¿Listo?
+Creo que sí-dijo sentado, Nigel miró y sonrió.
-¿Pensando en declararse?
-¿Como?
-Si declarar seis, hoy es un buen día para eso.
-¿Y si ella no me quiere? ¿Y si pierdo mi trabajo? No puedo perder mi trabajo, y mucho menos mantenerla alejada.
-Es necesario dejar de pensar en el "y si ", seis... Tienes que arriesgarlo, Miranda es una persona impredecible -me dijo llendo detrás de la silla y empezar a tocar su cabello.
-Cassidy me pidió que me casara con su madre - Nigel la miró con sorpresa - Quería que yo prometiera eso, pero claro que no puedo prometer eso.
-Pero si puedes intentarlo - Andrea lo miró por el espejo y entortó los labios - Sabes que sí.
-No me llenes de ilusiones, Nigel.
-No estoy, pero sólo tu sabes si sí o si no, sin intentar - Andrea respiró hondo.
- ¿Vas al evento? - Cambió de asunto.
-No, tengo otro compromiso - Andrea sonrió de canto - Y mañana quiero saber cómo fue con Miranda.
-Nigel...
-Sabes que no voy a desistir de eso, necesitas ir a la lucha, seis - Andrea respiró hondo. Así que Nigel terminó de arreglar sus cabellos y su maquillaje la ayudó a vestirse, se despidió y siguió al evento, su teléfono tocó.
-Alô?
-¿Donde estas?
-Ya estoy llegando, no tardaré diez minutos.
-Está bien - Emily colgó. Andrea bajó del taxi y luego vio a Emily su espera, la pelirroja la miró de arriba abajo - Wow, luces increíble - Andrea sonrió.
-Tu también luces bien. ¿Miranda llegó?
-Sí, está en medio de la multitud, vamos antes de que ella de canse de esperar.
-Sí - Las dos entraron en el evento y empezaron a mirar alrededor.
-Ah, allí está ella - Dijo Emily y apuntó con la cabeza, Andrea miró hacia atrás y luego vio a Miranda bajar la escalera en pasos majestuosos, sintió el aire faltar, no podía parar de admirala, Miranda sin duda alguna era una mujer maravillosa y los años apenas le hicieron bien, Miranda la miró percibiendo que la morena la miraba con atención y se acercó sin desviar la mirada.
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La Que No Podia Amar
RomanceAndrea y Miranda, dos mujeres completamente diferentes, pero la misma voluntad. Amar y ser amada. ¿Será que el amor es aún más de lo que leemos y de lo que pensamos ver? Miranda Priestly era aquella mujer que Andrea Sachs no podía enamorarse. Pero...