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Lo primero que hizo Jimin al llegar a casa fue correr hasta su habitación y tirarse directamente a la cama. Había estado ocupado todo el día, pero en ningún momento los recuerdos sobre Jungkook desaparecieron, estaba más que confirmado que estaba totalmente enamorado de él, pero aún seguía preocupado por todo lo que podría pasar con su carrera.

La señora Park no tardó en aparecer por la puerta de su habitación con curiosidad, no había tenido la oportunidad de ver a Jimin debido a que cada vez estaba más ocupado, claro, la competencia estaba cada vez más cerca y los ojos están puestos en ellos por representar a Corea del Sur en América.

— Mi bebé, ¿estás cansado? — Preguntó la mujer acercándose para peinar suavemente la cabellera negra de su hijo.

— Mamá, ya no soy un niño — reclamó riendo. — De hecho, estoy pensando en mudarme ¿sabes?

— Para mí lo sigues siendo... espera, ¿qué?

Jimin suspiró.

— Es claro que contrataría a alguien para que te ayude con los deberes de la casa y en la cocina. Mamá, me quedaría aquí, pero tengo que concentrarme más en mis asuntos. Creo que quedarme en la mansión de Taehyung sería una buena opción, por ahora está viviendo solo y además tiene piscina, me serviría mucho para practicar.

— Estás creciendo muy rápido— La señora Park acunó a Jimin entre sus brazos, el pelinegro se apoyó en su pecho y la abrazó de igual forma. — Te extrañaré mucho.

— Mamá...

Jimin tragó saliva y se quedó viendo un punto fijo en el cuarto mientras que sus ojos estaban humedeciéndose poco a poco, no era capaz de decirle sus problemas amorosos a la mujer que le dio la vida y lo aconsejó en cada momento. Olvidó por completo consultar a la mejor gurú del amor, definitivamente.

— ¿Si?

— Me gusta Jungkook... Estoy enamorado de él. — Una lágrima se escapó de su ojo derecho y cayó sin querer en el brazo de su madre, esta al darse cuenta que estaba llorando lo apretujó más en sus brazos para indicarle que no había nada de qué preocuparse.

— ¿Y eso acaso es malo?

— Estoy cometiendo un error muy grande. Arruinaré su reputación, hay rumores de nosotros esparciéndose por todo Seúl, algunos no son muy buenos, y-

— El verdadero error que estás cometiendo... — Lo interrumpió — es llenarte la cabeza con todos esos pensamientos sobre lo que opinan las demás personas. Lo más importante es tu felicidad, y si alguno no está de acuerdo con eso es su problema. Cariño... quiero que tengas algo muy claro — La mujer lo tomó de las mejillas y limpió sus lágrimas con sus pulgares, haciendo que sus ojos se encontraran. — La mente no elige a quién amar, el corazón sí.

Y así, Park Jimin se prometió así mismo que nunca se le olvidarían las sabias palabras de su madre.

Le regaló una tierna sonrisa y se levantó para ir a lavarse la cara, cuando se estaba secando con la toalla, sintió su bolsillo delantero vibrar repetidas veces.

Cuando quiso tomar su celular, su corazón se detuvo por un microsegundo al leer el nombre que estaba escrito en la pantalla.

Jungkook lo estaba llamando, o mejor dicho "Kookie" como Jimin lo tenía registrado en su celular.

Estaba segurísimo que si el azabache se enterara de ese ridículo apodo moriría de vergüenza frente a sus ojos.

Sin rodeos, Jimin contestó torpemente con las manos temblorosas, al igual que su voz por haber llorado hace un rato, sin embargo se aclaró la garganta para que el azabache no lo notara.

Rivals ➳ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora