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En cuanto Jimin colgó el teléfono, sus mejillas se tornaron nuevamente de un color carmesí, mientras jugaba con los dedos de sus manos. Lo último que escuchó decir al azabache fue que lo esperaba en su casa, le envío su ubicación aunque ya este la supiera, pero no quería que se perdiera igualmente, Jimin de vez en cuando era muy despistado.

El pelinegro se encaminó rápidamente a darse una ducha, luego de eso salió caminando algo perdido al darse cuenta de que su querido amigo no le especificó cuál era su habitación.

— ¡Taehyung! — gritó recargado en la puerta del baño, con una toalla envuelta en su cintura, con el cabello húmedo.

El nombrado no tardó mucho en subir las escaleras al escuchar el grito de Jimin, que lo asustó un poco.

— ¿Qué sucede?

— ¿Dónde está mi habitación? — El rubio se había olvidado de ese pequeñísimo detalle, aún no había organizado el cuarto donde estaría Jimin. Lo miró un poco apenado.

— Oh, lo siento no pensé que vendrías tan pronto y aún no la he limpiado del todo, puedes cambiarte en mi habitación mientras tanto, ¿vas a salir a alguna parte?

Jimin asintió y se dirigió a la habitación del rubio, cerrando la puerta sus espaldas. Un escalofrío recorrió por toda su espina dorsal al repentino cambio de temperatura, claro, tenía el aire acondicionado encendido. Entonces maldijo al darse cuenta que dejó la maleta con su ropa en el primer piso, al menos antes de eso lo primero que metió al baño fue su ropa interior por lo que suspiró aliviado, pero ahora tendría que recurrir a la ropa de Taehyung, como ya algunas veces lo había hecho.

— Dios Tae, ¿por qué todo lo que tienes es ropa de abuelo? — murmuró apartando cada prenda del clóset.

Escogió lo menos formal que encontró que era un suéter color rojo y unos jeans negros, un poco ajustados ya que hacían parte de la ropa vieja de Taehyung y se negaba rotundamente a ponerse los otros que tenía ahí. Se miró al espejo y se peinó un poco, no sin antes echarse un poco del perfume que tenía su amigo en una mesita no muy lejos.

— ¿Ya puedo entrar? Necesito mi teléfono. — escuchó Taehyung al otro lado de la puerta.

— Sí, claro. — dijo aún con la vista en su propio reflejo.

— ¿Por qué siempre te vistes como un adolescente? Ya estás un poco mayor...

— ¡Me niego a vestirme con la ropa heredada del abuelo! — dijo soltando una risa saliendo corriendo del cuarto, Taehyung lo persiguió indignado, para luego ambos estar nuevamente en el salón principal de la casa.

— ¡Entonces no sigas robándomela! — ambos soltaron risas.

Jimin revisó su teléfono. — Ya tengo que irme, avísame cuando esté lista mi habitación, no quiero tener este desorden aquí — dijo refiriéndose al montón de cajas con sus cosas en el lugar. Tomó sus llaves un poco apresurado y salió de la casa, no sin antes tomar un tapabocas y una gorra que estaba en la mesa, claro no quería que una persona que no debía lo viera en las puertas de la casa de Jeon y se formara otra polémica, ya las redes sociales se habían calmado un poco desde la antigua foto viral como para que ocurriera de nuevo.

Tomó las llaves de su auto y manejó hacia su destino, escuchando mientras tanto música de la radio, que no le resultaba agradable pero al menos calmaba su nerviosismo.

Al llegar se bajó de este estirando sus piernas ya que el pantalón que tomó prestado si estaba más ajustado de lo normal, quizás Taehyung lo lavó recientemente y se encogió, si eso debió ser.

Caminó hasta las puertas de la casa asegurándose que nadie estuviera por ahí cerca, y afortunadamente así fue. Al escuchar la puerta abrirse frente a él entonces fue que volvió el nerviosismo a su cuerpo, ahí estaba Jungkook, esbozando una sonrisa coqueta como en la mayoria de los casos que estaban juntos, mirándolo de pies a cabeza. El azabache no pudo evitar darle una mirada más a esos pantalones que le quedaban terriblemente bien al mayor y que lo hizo relamerse los labios inconscientemente.

Rivals ➳ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora