El caminar moviendo las caderas como si se estuviese en una mismísima pasarela parecía una parte esencial para mantener la compostura y elegancia de las mujeres más famosas de Seúl, y por supuesto, Kim Hyuna no era la excepción.
Su guardaespaldas fue quien abrió las puertas del edificio, y con un último vistazo hacia atrás, se levantó los lentes de sol, dejándolos en su melena. Seguidamente se acercó a la chica de la recepción y esta le hizo una reverencia. Hyuna le sonrió de lado.
— ¿Dónde está?
— En su oficina como siempre, señorita. — Respondió con leve nerviosismo. — Dice que quiere verla lo más pronto posible.
Hyuna suspiró. — Espero esto valga la pena. Me estoy perdiendo de un evento muy importante en Tokio.
Con esto se encaminó hasta el elevador, y con un ademán le indicó a su guardaespaldas que se quedara en la recepción.
Por fuera podría parecer totalmente tranquila, pero a decir verdad no podía estar más nerviosa. Su padre no la llamaba por cualquier cosa, era obvio. Es una persona muy seria, a la cual que no le gusta perder el tiempo en pequeños asuntos sin relevancia.
En cuanto se abrieron las puertas del elevador, Hyuna se acomodó la parte baja de su vestido negro y su mirada paseó por todo el lugar, varias personas dándose cuenta de su presencia la saludaron con un movimiento de cabeza o una reverencia, esta les respondió de la misma manera junto con una sonrisa mientras se encaminaba hacia su objetivo. Pudo divisar la puerta de la oficina de su padre al fondo del pasillo y un escalofrío corrió por su espina dorsal.
Llevó su mano directamente al picaporte y lo giró. Al fin y al cabo en cualquier momento tendría que enfrentar a su padre, no tenía tiempo de quedarse detrás de la puerta cuestionando si abrirla o no, y menos si tenía muchas otras cosas pendientes.
— Papá. — Sonrió y caminó hasta el escritorio.
Un hombre, que según su apariencia aparentaba una persona más joven para su edad, le sonrió de la misma manera. Sin embargo la felicidad no duró mucho, pues luego le pidió que se sentara con una expresión seria. Hyuna prefirió no llevarle la contraria y hacerle caso.
— ¿En dónde te habías metido? — Preguntó con la voz rasposa, miró a su hija con desaprobación al mismo tiempo que negaba con la cabeza.
— Vivo ocupada, ¿sí? —Se defendió. — Se supone que debo estar en Tokio ahora mismo, pero tu secretaría me llamó porque me necesitabas.
— Supongo que por eso no tienes idea de las condiciones en la que se encuentra la compañía, ¿verdad?
La sonrisa de Hyuna se desvaneció al escuchar eso y se sentó en la silla que estaba al frente del escritorio.
— ¿Qué sucede? — Preguntó con algo de miedo. La empresa de su padre resaltaba por ser una de las más monetizadas y populares en Seúl, por lo tanto le llamó la atención lo dicho por él.
— En resumen, he tenido muchos problemas financieros en las últimas semanas, por lo que tengo deudas pendientes. Si esto sigue así puede que lleguen a amenazarme, quién sabe.
— Eso es terrible... pero ¿yo qué tengo que ver en todo este asunto?
— Primero que todo, quisiera preguntarte algo que ha estado vagando en mi cabeza desde hace unos días: ¿Acaso terminaste con Jungkook?
Hyuna frunció el ceño y soltó un gruñido. — ¿Qué? ¡Papá, no entiendo nada! ¿A qué viene todo esto? — Se levantó de la silla de golpe, con sus manos apoyadas en el escritorio.
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Rivals ➳ Kookmin
Hayran KurguHasta el nadador más rico y engreído de Seúl se puede enamorar perdidamente, ¿Quién lo diría? Sin embargo, su único problema es el hecho de que el amor de su vida es su máximo rival, y este lo odia a muerte. Jeon Jungkook no se cansa de cortejar a P...