Jungkook dejó de sentirse en sus cinco sentidos en el momento en el que Jimin se posicionó en su regazo, entrelazando sus piernas en él. Notó sus mejillas ahora apoderadas de un color carmesí y sus labios tenían un ligero sabor a cereza. Sus manos, que evidentemenre eran más pequeñas que las suyas estaban ahora mismo sosteniendo sus cachetes para seguirle el beso, tenía los ojos cerrados, probablemente por vergüenza de lo que estaba haciendo, pero claro, no estaba dispuesto a detenerse.
Creyó que estaba en un sueño, más que todo por las palabras que salieron de la boca de Jimin.
"Siento que te amo"
Fueron demasiadas para su corazón, sentía que iba a explotar de la felicidad y al mismo tiempo de la excitación del momento en el que se encontraban.
¿De verdad ese era el Park Jimin que conocía?
Sabía perfectamente que ambos se atraían entre sí, Jimin le había dejado claro eso un par de veces, sin embargo nunca le había dicho esas palabras de forma oficial. El azabache tenía un revuelo de sentimientos, por un lado estaba tan feliz al oír las palabras del mayor y por el otro estaba que se lo follaba ahí mismo por haberlo calentado tanto desde que cruzó las puertas de su casa.
Pero no, no podía follarselo aunque su cuerpo le gritaba deseo y el hecho de que probablemente Jimin también lo quisiera.
Aunque tuvieran la casa solo para ambos tenía que dejarlo pasar esta vez.
Iba a castigarlo un poco por haberlo puesto celoso.
— También te amo, Jimin.
Respondió con un jadeó al final, separandose de los labios del mayor y así mirarlo a los ojos, la vista que tenía ahora mismo era de los dioses. Probablemente le hubiese respondido más tierno, pero no ayudaba el hecho de como se encontraban ambos, Jungkook se prometió en la mente repetirle cuánto lo amaba en otro momento mientras le daba muchos abrazos y besos, pero ahora tenía otras cosas en mente.
El pelinegro comenzaba a sudar frio, tenía los labios entre abiertos y sin hablar de la notable erección que tenía, o mejor dicho que tenían ambos, ya que Jimin daba pequeños saltos en el bulto de Jungkook a propósito.
— T-Tengo que quitarme esto. — musitó Jimin con una leve desesperación, refiriéndose al pantalón que ahora mismo le dolía al moverse por lo apretado que era, buscando con torpeza los botones de este.
— No, no te lo vas a quitar cariño. — tomó las manos del mayor entre las suyas — Eres un chico malo por comportarte así — Se acercó más a su rostro, sin quitar su mirada de encima — Y no me gustan los chicos malos.
— J-Jungkook no me jodas. — se intentó safar de las manos de este pero solo logró que las tomara con más fuerza. En un movimiento rápido y ágil, Jungkook lo acomodó debajo suyo en el sofa, ahora estando encima de Jimin esbozando una sonrisa, este lo observó frunciendo el ceño. El pelinegro no sabía lo que estaba ocurriendo, sin embargo, aunque le estaba quitando el derecho de librarse de un dolor de miembro, por alguna razón estaba disfrutando la situación.
Jungkook era una persona totalmente diferente cuando estaban en ese tipo de situaciones.
Y esa personalidad de él le agradaba.
Lo calentaba.
— ¿Vas a ser un chico bueno, Jiminnie? — susurró cerca de su oído, el nombrado se quedó quieto y segundos después asintió tímidamente.
Dios, Jungkook sabía como jugar.
— S-Si, pero déjame...
— ¿Harás lo que yo te pida? — musitó dejando un par de besos en el cuello de Jimin, haciendo que este ladeara la cabeza por inercia.

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Rivals ➳ Kookmin
FanfictionHasta el nadador más rico y engreído de Seúl se puede enamorar perdidamente, ¿Quién lo diría? Sin embargo, su único problema es el hecho de que el amor de su vida es su máximo rival, y este lo odia a muerte. Jeon Jungkook no se cansa de cortejar a P...