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— Dios Kook, detente. — Jadeó Jimin con la voz ronca cuando el menor bajo hasta su cuello para explorarlo con sus labios. Jungkook le hizo caso omiso mientras que este trataba de quitarlo, pues estaba tan perdido en sus sentidos que no prestaba atención a lo que decía Jimin. — ¡Hoseok está aquí, puede que nos vea!

Jungkook gruñó y dejó caer su cabeza en el pecho del mayor, sintiendo su corazón latiendo a mil y la respiración agitada. Sonrió de lado. Amaba que Jimin se hiciera el difícil cuando sabía que ambos estaban disfrutando la presencia del otro.

— Hoseok no entra en mi habitación sin tocar a menos que este hambriento o esté muy aburrido y venga a molestarme.

Jimin levantó una ceja, por alguna razón por esa descripción se acordó del holgazán de su mejor amigo. Pensó que tal vez esos dos se llevarían si se conocieran algún día.

Se incorporó en la cama haciendo que el menor también repitiese la acción. Jungkook aprovechó para pararse y estirarse un poco, y colocarse la camiseta.

— Creo que Tae se llevaría bien con Hoseok, es igual de intenso y divertido.

— ¿Taehyung? — Jimin asintió. — Oh, tu manager, ya recordé. ¿Es enserio? Cada que te acompaña creo que está mejor vestido que tú. — Jungkook señaló la vestimenta informal que Jimin traía puesta y este al darse cuenta de lo que se refería le regaló una mirada asesina y le tiró una almohada al menor.

— Idiota.

— Ya era raro que no mencionaras esa palabra.

Jimin rió por lo bajo y su mirada se volvió en Jungkook, lo miró de pies a cabeza sin poder creer que hace unos cuantos días para él era la persona más detestable del mundo, y ahora estaba sentado en su cama después de haberse robado un montón de besos traviesos. Apretó sus labios al momento en que un pensamiento invadió su cabeza por unos instantes. Algo que ya se había cruzado por su cabeza desde que sus sentimientos lo habían traicionado totalmente, pero simplemente decidió ignorarlo.

— Jungkook — Dijo casi en un susurro. El azabache se sentó a su lado y su sonrisa se borró al ver la expresión seria de Jimin. Luego de unos segundos el pelinegro por fin habló — ¿Y si esto está mal? Es decir, ¿Crees que Hyuna y Jinyoung ya vieron la "polémica" foto? ¿Cómo crees que hayan reaccionado?

El menor tragó grueso. Tomó la mano de Jimin y la apretó. — No lo sé, no sé absolutamente nada. Lo único de lo que estoy seguro es que si ya lo hicieron, malinterpretaron la imagen. Pero no dejaré que tu "noviecito" te haga algo malo ¿oíste? — Bufó — Siempre me ha caído mal ese tipo.

— Creo que debo decirte algo.

— ¿Qué es?

Jimin estuvo a punto de abrir la boca, pero el ruidoso sonido de su celular comenzó a sonar en la habitación haciendo que ambos chicos se sobresaltaran. Jungkook frunció el ceño y siguió con la mirada a Jimin, quién buscaba su aparato entre las sabanas y soltaba maldiciones al no encontrarlo.

— Aquí estás...—Tomó el celular entre sus manos e intercambió varias miradas con el azabache al ver el identificador de llamadas. —Es un número privado.

Jungkook chasqueó la lengua y asintió — Contesta.

— P-pero...

— Hazlo. — El azabache le acarició la rodilla, haciendo que Jimin se tranquilizara un poco más, a decir verdad estaba un poco nervioso. Un número privado no siempre se trataba de algo bueno. — Estoy contigo.

El pelinegro suspiró profundo y finalmente deslizó el botón verde, seguidamente se llevó el teléfono a la oreja, sin despegar la mirada de Jungkook.

Rivals ➳ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora