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Era inevitable el silencio incómodo y la tensión entre Jeon y Park. Desde que Jimin había aparecido en el departamento, Jungkook no hacía nada más que comérselo con la mirada y a la vez preguntarse qué diablos hacía ahí sin avisar. Unos segundos después de que pasara, el castaño le ofreció una soda y lo dejó acomodarse dónde quisiera, y por supuesto no descartó la opción de darle alcohol y follárselo ahí mismo, solo él que no quería ir demasiado rápido, sin embargo el pelinegro no ayudaba mucho con el hecho de estar vistiendo unos pantalones de cuero negro con una camiseta blanca de manga larga. Amaba eso de Jimin, que fuera tan elegante y a la vez tan atrevido. Jeon se mordió el labio con nerviosismo y decidió romper el hielo.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó observando a Jimin para ver su próximo movimiento, y si podría ponerlo nervioso con solo hablarle.

El mayor dejó la soda en la pequeña mesa del centro y se aclaró la garganta. Quería evitar la mirada de Jungkook encima de él porque sabía lo que él planeaba hacer, ese chico era todo un descarado.

— V-vine porque esta mañana me llegó un mensaje — su mirada se encontraba perdida en algún punto fijo de la sala, Jungkook notó el tartamudeo en su voz y sonrió de lado, y del mismo modo le pareció tierno que actuara de esa manera. — Es uno de los mejores entrenadores de Seúl, dijo que ha visto nuestro esfuerzo y dedicación en las competencias y que nos gustaría vernos.. Ya sabes, practicando. — se limpió el sudor de las manos en su pantalón y esperó la respuesta de Jungkook sin mirarlo.

El castaño chistó.

— Qué tontería.

El pelinegro frunció el ceño y se levantó caminando hacia Jungkook.

— ¿Bromeas? ¡Estamos hablando de Seung Hyun! ¿Sabes a cuanta gente le gustaría ser entrenado por alguien como él? ¿Acaso eres idiota?

Jungkook soltó una risa burlona al ver lo indignado que se encontraba Jimin segundos antes, ahora solo estaba más confundido.

— ¡Ojalá hubieras visto tu rostro! ¿Crees que no me emociona que él nos haya notado? — sonrió apartando la vista por unos segundos. Tomó el mentón de Jimin y lo levantó levemente, haciendo que el contrario se sonrojara de inmediato al repentino toque, poniéndole la piel de gallina. — Además, te ves lindo cuando te enojas ¿ya te lo habían dicho?

— Yo... — Jimin desvió su mirada y se llevó sus manos a su rostro, avergonzado, sintiendo sus mejillas arder en cuestión de segundos. Jungkook no pudo evitar sonreír nuevamente al ver esa dulce imagen frente a sus ojos. Entonces fue cuando bajó su mirada hasta el pálido cuello del mayor y vio como un collar de oro puro lo adornaba. Era un collar con dos letras en el medio, "J+J" encerradas en un corazón de oro.

— Es hermoso.

— ¿Qué? — buscó la mirada de Jungkook, se dio cuenta que estaba viendo lo que le obsequió Jinyoung. — Ah, el collar. — lo tocó por encima con la yema de sus dedos. Jungkook repitió la misma acción, observando detalladamente el objeto, con la mínima esperanza de que esas siglas encerradas en un corazón fueran las de él y Jimin. Pero era algo imposible por solo dos simples razones: Ese chico tenía novio y lo odiaba.

•••



— ¿A dónde me llevas? — preguntó Taehyung con curiosidad, estaba con los ojos vendados y agarrando la mano de Yoongi para que este lo guiara con más facilidad. Hace un momento estaban caminando por las calles de Seúl, que son dignas de contemplar por las noches, mientras que se conocían aún más. Y en solo ese tiempo de su cita lograron tener un poco más de confianza entre ellos, por lo que el rubio se dejó llevar.

— ¡Es una sorpresa! Sino no te tendría con los ojos cerrados, tranquilízate. — soltó una risa al ver como Taehyung fingía tropezarse para que el pelinegro lo agarrara por si se caía de verdad. El rubio se asustó un poco al sentir como subía unas amplias escaleras y de repente sintió un calor apoderándose de él.

— Min Yoongi, ¿Qué es esto? — rio.

— Es temporal, no te preocupes, ya estamos cerca.

De un momento a otro, la temperatura cambió y en menos de cinco segundos el rubio sintió el viento chocar con su piel, erizándolo. Al fondo se escuchaban las sirenas de los autos y un aroma a rosas inundó sus fosas nasales.

— No suelo traer aquí a alguien en mi primera cita, pero siento una vibra muy diferente en ti, Kim Taehyung. — y con eso, desató las vendas de los ojos del rubio, este al instante distinguió dos sillas a lo lejos. Estaban en un techo. Sin embargo estaba bien decorado, olía muy bien y sobre todo tenía una vista hermosa a la ciudad. — Y eso me gusta. — sonrió de forma cálida, enseñando sus rosadas encías.

— Esto es... Wow, no tengo palabras.

— ¿Sabes qué es lo mejor? — dijo emocionado tomándolo de las manos, lo acercó y Yoongi miró hacia arriba. Taehyung procedió a hacer lo mismo. — Las estrellas se ven hermosas desde aquí.

Rivals ➳ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora