hogwarts

Amor y odio

Ron Weasley x Reader

-¿Cómo es que te soporto?

-No sé.- dijiste con los espejuelos puestos y ningunas ganas de hacerle caso, pues el libro de dragones que Charlie te había prestado era más importante ahora.

Él te miró mal y al libro también. Se cruzó de brazos y puso cara de asco. Harry y Ginny los habían dejado en el apartamento diciendo que irían a comprar algunas cosas para preparar la cena y como él no quería sentirse incómodo y los supermercados muggles eran aburridos, decidió quedarse contigo. Peor decisión del mundo.

Lo peor de todo era que le habían dejado solo contigo y prefería estar con Fluffy un millón de veces que contigo.

Su mala relación había nacido desde el primer instante. Nunca lograron ser amigos. Harry, Ginny, Hermione y otros de los amigos que tenian en común solían tratar de que al menos se llevaran un poco mejor con cada oportunidad que tenían, pero los intentos eran fallidos.

Se quedaron callados y como Ron no soportaba estar a tu lado decidió irse a ver si conseguía algo que leer o hacer. Encontró una revista de Quidditch y se sentó a leerla alejado de ti, pero con los pies en la mesita de la sala.

-No pongas los pies ahí.- le dijste molesta. Él te miró con el seño fruncido.

-Tú los tienes ahí.

-Yo vivo aquí, tú no.

-Solo estas aquí en vacaciones.- dijo él levantándose y tirando la revista a un lado.

-Pago por la casa.- casi gritaste enojado poniéndote en pie y quitándote los espejuelos.

Empezaron a discutir, como siempre hacían. Lo peor para sus amigos era que siempre se trataba de tonterías.

-¿Sabes cuál es tu problema, Potter?- te cruzaste de brazos luego de dejar los espejuelos y el libro en la mesita de la sala.- Eres una mandona odiosa. Te crees que puedes decirle a cualquiera que hacer y que solo tú sabes hacerlo todo bien.

-¿Disculpa? ¿Qué me dices de tu arrogancia e imprudencia? No puedes hacer lo que te de la gana en una casa que no es tuya.- estabas muy molesta y no entendías como Harry soportaba a este pelirrojo odioso.- Esta es mi casa aunque no viva en ella todo el año, no es mi culpa que mi trabajo me tenga secuestrada en Hogwarts.

-¿Esa es tu excusa?

-¡Es la verdad, zanahorias!- lo dijiste porque sabías que odiaba ese apodo.

Él se puso rojo de enojo y se te acercó lentamente. No te asustaste y le hiciste frente con la barbilla en alto.

-No me digas zanahorias.- tu corazón comenzó a latir fuerte cuando Ron pasó la línea de espacio personal.

Estaba demasiado cerca de ti. Aquellas palabras las había pronunciado muy molesto y por segundos pasó por tu cabeza el hecho de que se escuchaba sexy enojado.

-Yo te llamo como quiera.- le dijiste con el mismo tono de voz.

-¿Quieres jugar sucio?- preguntó como si te retara y sonrió de lado, de esas malditas sonrisas que no querías que usara porque tenían un estúpido efecto en ti que aún no sabías porque sentías.

Quizás odiaras a Ron Weasley con toda tu alma y que el tipo fuera muchas cosas que detestabas, pero siempre que sonreía así sentías una urgencia de besarlo y no podías hacer eso. No con un idiota tan guapo como él.

-Juguemos sucio entonces.- dijo y antes de que pudieras decir, hacer o respirar algo, Ron cerró la distancia entre ustedes y te dió un beso en los labios.

Tu reacción fue de sorpresa y quisiste quitártelo de encima, pero tenías que aceptar que el imbécil sabía besar y que te estaba gustando.

Luchaste por no seguirle el beso y separarte, pero cuando sentiste sus manos en tu espalda y en tus caderas todo se fue a la mierda y dejaste que te besara.

Se separaron unos segundos después y te miró con esa sonrisa de nuevo. Quisiste tirarte un Avada Kadavra por ser tan idiota.

-Te dije que jugaría sucio.- dijo, te soltó por completo y te guiñó el ojo antes de irse por la puerta del apartamento.

Te quedaste en algo parecido al shock con los dedos en los labios tratando de procesar el hecho de que la persona que más detestabas te había besado y lo habías dejado.

Harry y Ginny llegaron rato después y te encontraron aún sorprendida y sonrojada. Le dijiste que todo estaba bien, pero sabías que nada estaba bien y no lo estaría en un buen tiempo.