hogwarts

Pequeño secreto

Neville Longbottom x Weasley Reader

-¿Qué haces aquí?- el chico con túnica de Gryffindor frente a ti, saltó del susto al escuchar tu voz. Sino te encontraras de tan de mal humor, te hubiera dado risa su reacción.

El chico volteo a mirarte, escondiendo algo tras de sí. Te miró con ojos nerviosos y la cara algo roja de vergüenza.

-Ah, nada.- contestó y supiste que era un mentiroso terrible.

-Sí, claro y fundé Hogwarts mientras dormía.- dijiste sarcásticamente mientras te cruzabas de brazos.

Hoy no había sido un buen día. Primero: te peleaste con tu mejor amigo por una tontería (tu equipo favorito de la liga de quidditch ganó y él se enojó), segundo: recibiste una carta de tus padres diciendo que debías pasar Navidad en la escuela porque ellos viajarían a Rumania a visitar a tu hermano Charlie y tercero: los gemelos se habían metido en líos de nuevo y Percy, el prefecto perfecto, como solías burlarte de él, te culpó cuando no tenias nada que ver con las bombas fétidas que habían tirado.

No conocías un día peor y no querías conocerlo.

-Eso es imposible.- dijo el chico serio y quisiste reirte de él, pero eso sería muy rudo, aunque tu casa no se destacaba por amabilidad.

-Sí, no te creas un genio por eso. Ahora, dime, ¿que hace uno de primer año lejos de la torre de Gryffindor luego del toque de queda? Tienes suerte que fui yo la que te encontró y no Percy.

-Oh, rayos, es cierto.- dijo como si acabara de darse cuenta de algo.- Eres (Y/N) Weasley, la primera Weasley en Slytherin.

-Si tienes un problema con ello, puedes ir al departamento de quejas y hacer una fila.- claramente aquello no te importaba en lo más mínimo.- Ahora si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer que vigilar amiguitos de mi hermano menor.

Ibas a pasarle por el lado y continuar tu camino, cuando el chico habló de nuevo, deteniéndote.

-No, por favor, no te vayas.- giraste para encontrar al chico cabizbajo, como si estuviera avergonzado de algo.

Luego de unos segundos en donde se debatió por algo, dejó ver sus manos y pudiste encontrar que estaban violetas e inflamadas. Había sido víctima de una de las bromas de los gemelos.

-Me perdí buscando la sala común y creo que me metí en una broma de tu hermanos. Si pudieras decirme como puedo llegar a la sala común de Gryffindor, estaría agradecido.

Te quedaste unos momentos mirando al chico. Era algo gordito, tenia dientes medio feos y sus mejillas estaban rojas de vergüenza. Si no fuera un niño unos años menor que tú, quizás podrías decir que era tierno, de alguna manera, pero no lo dirías.

-Te ayudaré a encontrar la sala común.- dijiste luego de un silencio eterno.- Pero primero iremos a la enfermería a ver si pueden hacer algo con tus manos.- no tenias idea de donde había salido tanta amabilidad de repente, pero él te sonrió agradecido y se te acercó.

-Gracias, (Y/N). De verdad.- dijo mientras caminaban hacia la enfermería.

Le sonreiste sinceramente. No sabias porque eras amable con aquel desconocido (creías que se llamaba Neville), pero algo te decía que era lo correcto.

-De nada. Pero no le digas a nadie.- él rió.

-Será nuestro secreto.- y de verdad que lo fue.

Durante años, hasta que te diste cuenta de que te habías enamorado de un Gryffindor unos años menor.