¿Desde cuándo? (I)

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Blaise Zabini x Reader

La clase del profesor Slughorn no era muy emocionante para Blaise, a pesar de pertenecer a su círculo de estudiantes preferidos. La verdad era que las pociones nunca le encantaron, era bueno en ellas, pero definitivamente no las usaría para ganarse la vida.

Por eso, quería salir lo antes posible del salón, pues la clase estaba medio aburrida, especialmente si Draco se la pasaba mirando mal a Granger desde el asiento que compartían.

Él rodó los ojos y esperó que el infierno no fuera tener que escuchar a alguien hablar porque entonces si sufriría.

Estaba teniendo una tortura terrible cuando sintió algo en los pies. Al ver, disimuladamente, encontró un avión de papel y sonrió, pues solamente había una persona en el mundo que hacía aviones tan malos.

Lo tomó del suelo disimuladamente y luego de ver que el profesor estuviera entretenido en lo que hacía, abrió el avión y su sonrisa desapareció.

"Necesito hablar contigo. Ahora".

Muy pocas cosas asustaban a Blaise hoy en día. Bueno, no eran muy pocas, pero un mensaje así que venía de quizás la persona más importante en su vida, si era algo a lo que él le temía por diversas razones.

Luego de esconder el ex-avión en el bolsillo de su túnica, se levantó de un salto, recibiendo algunas miradas extrañas.

-Disculpe, profesor.- dijo y Slughorn detuvo de inmediato su explicación aburrida.

-¿Sí, señor Zabini?

-¿Podría ir al baño? Creo que el desayuno no me cayó bien y no me gustaría que nadie aquí se intoxicara.- Draco lo estaba mirando confundido, Seamus y Dean estaban intentando no reirse con aquello y Ron dejó escapar una risa que Hermione calló con un golpe en la espalda.

Blaise sin embargo, se quedó serio, como si ninguno de ellos estuviera al borde de la risa o lo estuvieran mirando raro.

-Ah, claro, señor Zabini...- Blaise asintió, recogió sus cosas en tiempo récord y salió casi corriendo del salón sin que el profesor pudiera terminar.

Una vez afuera miró por el pasillo y te encontró al final de este apoyada de la pared. Blaise casi corrió con su mochila en el hombro y se detuvo a solo unos pasos de ti.

-(Y/N), ¿estás bien? ¿Qué sucede?- preguntó preocupado y cuando volteaste, su corazón dió un vuelco.

Tenías el rostro con lágrimas, tus hermosos ojos (E/C) estaban rojos y tenías la nariz casi tan roja como la de Rudolf.

Antes de que más palabras pudieran ser intercambiadas, chocaste contra él en un abrazo. Blaise casi pierde el equilibrio, pero cuando se recuperó te rodeó con sus brazos también.

Mientras lo sujetabas como si tu vida dependiera de él, sollozaste ruidosamente contra su pecho. Blaise, que en parte no estaba muy acostumbrado a los abrazos, pero amaba cuando se los dabas te rodeo lo más que pudo y te permitió llorar. También miró mal a las personas que pasaban.

No supo cuanto tiempo estuviste llorando contra él, pero cuando terminaste te separaste lentamente e intentaste limpiarte la cara. Blaise se fijó que su túnica estaba empapada con tus lágrimas, pero la verdad era que eso no importaba por ahora.

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