Complicado (I)

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Oliver Wood x Reader Profesora

Oliver sabía que enamorarse de ti sería una total estupidez, pero él no pudo evitarlo. No cuando arbitrabas los juegos de Slytherin y Gryffindor, no cuando le felicitabas personalmente por haber ganado, no cuando le hablabas sobre la Liga, no cuando le dabas consejos sobre jugadas y entrenamiento, no cuando hacías cualquier tontería y su corazón empezaba a latir rápido.

Oliver estaba perdido, eso también lo sabía. En su corazón guardaba el secreto más oscuro y sucio de toda su vida, pero con una profesora como tú era inútil no distraerse en clase, olvidar de repente algo cuando pasabas de la nada en el pasillo o enamorarse. Oliver estaba enamorado de ti, una de sus profesoras y podía sonar patético, pero era la pura verdad.

Él no sabía cuando había pasado, pero creía que había sido cuando te presentaste en el salón de Pociones como su maestra suplemente hasta que el profesor Snape se recuperara. A primera vista eras atractiva, pero él no se enamoró de tu físico, bueno no antes de que dijeras que si no te gustara tanto el arte de las Pociones hubieras sido jugadora de Quidditch profesional.

Allí fue que se enamoró de ti. Solo te costó decir quidditch y Oliver ya estaba fantaseando contigo.

Al principio fue un simple crush, hasta que Fred y George comentaron que la profesora de Pociones parecía contenta con el desempeño de Gryffindor y luego te le acercaste para intercambiar ideas sobre quidditch y él se dió cuenta de que quizás había encontrado a la mujer perfecta.

Pero lo suyo era imposible. Eras joven, pero no lo suficiente. Seguías siendo muy mayor para él y además eras una profesora y él un estudiante. Oliver estaba convencido de que todo ello era una tontería y que se le pasaría pronto, pero pronto se volvió semanas, luego meses y no parecía irse.

-Señor Wood.- Oliver brincó en su asiento y te miró con el corazón a punto de salirsele del pecho por el susto y porque le estabas hablando.- ¿Podría decirme en que piensa tanto para no prestarle atención a la clase?

Lo miraste directo a los ojos. Merlín, se estaba derritiendo por dentro y aunque estabas molesta porque el que considerabas un estudiante con talento no te estaba prestando atención en clase, Oliver pensaba que toda molesta te hacía ver más sexy de lo que eras.

"Merlín, ¿qué demonios estoy pensando? Deja de pensar esas cosas", pensó antes de decirte que lo sentía.

-Que no se repita. Eres un buen estudiante y distraerte puede costarte caro.- le diste una sonrisa honesta y regresaste a dar la clase. Oliver respiró aliviado cuando te fuiste y sintió como sus adentros se tranquilizaban. Estaba perdido, definitivamente perdido.

Cuando tocó la campana y todos se apresuraron a irse, Oliver volvió a escuchar su nombre y se congeló de camino a la salida, asustado, ansioso y con el corazón a punto de salirsele del pecho.

Volteó para mirarte y no pudo evitar empezar a sentirse nervioso.

-¿Sí?- preguntó.

-¿Podría hablar unos segundos contigo?- su cabeza empezó a fantasear, pero él solo trató de mantenerse firme. Pidió a Merlín y a todos los fundadores de Hogwarts compasión.

-Claro.- dijo él y se te acercó. Te detuviste frente a una de las mesas del frente del salón y lo miraste con los brazos cruzados.

-He notado que has estado distraido en clase últimamente.- dijiste y Oliver tragó saliva. ¿No te parecía obvio distraer estudiantes con una figura como la tuya?- La señorita Johnson personalmente me pidió que hablara contigo.

Oliver iba a decir algo, pero lo interrumpiste.

-No tienes que contármelo si no quieres. Sólo te lo digo para que sepas que si necesitas hablar con alguien de lo que te abruma o de quidditch, puedes hacerlo conmigo.- le sonreiste sin enseñar los dientes y Oliver quiso hacerlo.

Quiso decirte las cosas que sentía, lo que pensaba, lo que ocultaba, el amor que te tenía y las ganas de besarte que en este momento lo inundaban.

Sin embargo, sacó un respiro y te dijo que estaba bien. Que solo estaba algo cansado y nervioso por algunos exámenes que tenía. Él juraría ver decepción en tus ojos, pero lo ignoró, porque no era la primera vez que su cabeza le engañaba contigo.

-Mejor me voy. Sino llegaré tarde y la profesora McGonagall se enojará.

-Claro, vete ya.- dijiste y Oliver volteo y salió del salón sin mirar atras.

Este amor quizás le dolía a más de una persona.

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