Charlie Weasley x Reader
Hoy no había sido su día.
Había llegado tarde a la clase de McGonagall y ganado un castigo, luego tuvo una prueba de Snape para la que no había estudiado y para acabar de completar su mala suerte, había tenido que entrenar bajo la lluvia.
Charlie se sentía totalmente desgastado, con frío, hambre y de un mal humor terrible. En cuanto llegó a la sala común, ignoró a todos y se fue directo a su habitación.
Regresó unos minutos después con su mochila, el cabello lavado y cero tolerancia hacia sus amigos, pues tenía que hacer una docena de tareas si quería jugar enfocado contra Ravenclaw el domingo.
Se sentó en el sofá de la sala común frente al fuego y allí se quedó. No fue a cenar, no le habló a nadie y casi decapita a Percy cuando le pidió (inocentemente) una pluma prestada.
No fue hasta que regresaste temprano de la cena que lo encontraste. Al igual que él, estabas algo cansada, tenías varias tareas que hacer y un libro muggle que leer para la clase de Estudios Muggles. Cuando lo viste, decidiste no molestarlo, pues Bill y Percy te habían contado que no estaba de muy buen humor, a pesar de ser viernes en la noche.
Decidiste entonces ir a tu habitación, tomar un baño y regresar para hacer tus tareas en una mesa de la sala común, lejos del fuego y lejos de él.
Como todos estaban cenando, la sala estaba sumida en silencio, a excepción de las plumas raspando contra el permagino y el susurro cálido del fuego de la chimenea.
De vez en cuando, te detenías en lo que hacías y le hechabas una mirada al pelirrojo. Él seguía sentado en la mesa de la esquina concentrado en lo que hacía.
Cuando la cena acabó la sala se llenó y el ruido comenzó. Creíste que Charlie insultaría a alguien o hecharía un Avada Kadavra, pero simplemente se quedó callado concentrado en lo que hacía.
Para cuando el reloj dió las nueve de la noche, Bill mandó a los de primer, segundo y tercer año a dormir y luego los demás se fueron poco a poco hasta que solo quedaron ustedes dos de nuevo.
Aprovechando que Charlie parecía tranquilo, decidiste terminar por hoy tus cosas y acercarte un poco.
-Hey.- saludaste casualmente y él levantó la vista del pergamino que estaba leyendo, te miró unos segundos y regresó a este.
-Hola.- dijo, con un tono de "no tengo ganas de hablar con nadie por si no lo haz notado".
-Ya es tarde. Quizás debamos irnos a dormir.- sugeriste, algo tímida, señalando los dormitorios.
-Estoy bien. Puedes ir tú si quieres.- dijo sin mirarte.
Respiraste para llenarte de paciencia y te sentaste junto a él en el sofá luego de colocar tus cosas en la mesa frente a ustedes. Él te miró algo sorprendido, pero no dijo nada.
-No voy a dejarte aquí solo.- concluiste y sacaste el libro muggle que debías leer.
Él te dió una mirada por unos segundos, luego sonrió para si mismo y regresó a su tarea.
El reloj iba a dar casi las diez cuando alzaste la vista de tu libro para ver a Charlie estrujarse los ojos como un niño pequeño con sueño y sacar un bostezo.
Se tiró hacía atrás en el sillón y cerró los ojos diciendo que descansaría unos cinco minutos.
Regresaste a tu libro creyendo en sus palabras, pero los cinco minutos se volvieron diez, luego veinte y él seguía con los ojos cerrados.
No fue hasta que su cabeza cayó en tu regazo, que te diste cuenta de que se había quedado dormido.
Lo miraste algo sorprendida al principio, pues no estabas acostumbrada a esto y mucho menos de parte de Charlie, pero cuando lo llamaste varias veces y no contestó, supiste que estaba dormido de verdad.
Algo nerviosa, intentaste quitar su cabeza de tu regazo, pero luego recordaste el regaño que le había dado McGonagall en la mañana, la cara con la que había salido de la prueba de Snape y lo terrible que había sido entrenar bajo la lluvia, que decidiste que quizás estaba demasiado cansado y que lo único que podías hacer como amiga, era ayudarlo.
Así que un poco sonrojada y con una sonrisa, tomaste el libro en una mano y con la otra, le acariciaste el cabello zanahoria con suavidad mientras leías.
Charlie sonrió, creyendo que estaba en su cama y que su madre le acariciaba el cabello. Por ello, se aferró más a tu regazo y deseo que aquel momento durase para siempre.
Allí supiste que todos tenemos días malos, pero que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos.
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hogwarts
Fanfiction"Estás tan cuerdo como yo". "¿Qué es la vida sin un poco de riesgo?" "Juro solemnemente que no tengo buenas intenciones". "Travesura realizada". "Preocuparte significa sufrir doble". "¿Después de todo este tiempo? Siempre". Colección de histori...