hogwarts

Eterno

Jacob Kowalski x Reader

Amarlo era un pecado por varias razones. No solo porque Queenie era una hermosa persona y tú su prima, sino también porque él era un no-maj y tú una bruja media perdida en una ciudad tan grande como Nueva York. 

Desde que Jacob apareció, con esa sonrisa tonta, su torpeza y asombro increíble por literalmente todo lo que pasaba a su alrededor, no pudiste evitar sentir algo. Sentir emoción, sentir que tu teoría de que los no-maj no eran tan diferentes era cierta, que podrías, quizás por fin, entablar una conversación con alguien para que te hablara más de lo que era ser simplemente un no-maj. 

Pero no fuiste la única que se fijó y se emocionó. Queenie le leía los pensamientos (literalmente) sabía exactamente lo que quería y eran iguales. No solo en actitud, sino también en corazón. Desde que los viste actuar por primera vez supiste que estaban hechos el uno para el otro. Ella estaba tan emocionada y él tan asombrado con lo que era que no pudiste, por nada del mundo, romper la burbuja que habían creado. 

-Deberías decirle.- decía Newt, que a pesar de que era tímido para algunas cosas y medio malo para los sentimientos, estaba cansado de verte alimentando a los mooncalfs como si hubiera muerto alguien.-Te está carcomiendo. 

-Ya hablamos de esto.- solías responderle con tono cansado.- No quiero hablarlo de nuevo. 

Y apreciabas a Newt. Te había permitido venir con él a Inglaterra, quedarte con él, participar de sus investigaciones y cuidar de sus criaturas, pero de todas maneras, no querías hablar de tus sentimientos no correspondidos. 

Claramente, el destino no quería eso.

Cuando Queenie y Jacob llegaron de Nueva York, diciendo que se casarían pronto, perdiste la voz, olvidaste respirar y por poco mueres en el proceso de la impresión. No fue hasta ese momento que te diste cuenta de lo patéticos y terribles que se escuchaban tus sentimientos hacia él. 

Y los ocultaste bien. Los ocultaste lo mejor que pudiste. De la mejor manera. Como lo habías logrado todo este tiempo, pero ahora que estabas allí parada, procesando aún todo lo que había pasado, escuchando como Theseus lloraba por su prometida muerta y como Jacob intentaba mantenerse en pie luego de ver como Queenie simplemente lo dejaba solo, el corazón se te sacudía con violencia. 

Jacob estaba sufriendo, tu prima acababa de hacer la locura más de su vida y ahora quedabas tú como único testigo de esto y de su amado también. 

-Dijo que lo hacía por nosotros. Qué él era la respuesta. ¿Por qué no lo sentí también? ¿Por qué simplemente se marchó?- empezó a susurrar el no-maj cuando te sentaste a su lado en silencio.- ¿Hice algo mal? ¿Es mi culpa amar?

-Amar no es algo que controlemos.- te apresuraste a decir porque no querías seguir escuchándolo culparse.- Para nosotros, el amor es una magia tan grande y poderosa que simplemente no tenemos control sobre ella porque si queremos controlarla, cosas malas terminan pasando. Creo que Queenie intentó controlarla y por eso pasó lo que pasó. 

Jacob no te miró. Simplemente se pasó las manos por la cara. 

-Sin embargo, podemos remendarlo. Podemos encontrarla.- volteo a verte, con una sonrisa a medias. 

-Gracias, (Y/N), pero no creo que vuelva. Nada volverá a ser como antes después de esto.- tragaste saliva y verlo llorar te rompía el corazón. 

Desviaste la vista porque no querías verle de esa manera, pero cometiste un error al colocarla en Newt, que te estaba mirando. Quitó su mirada de inmediato, pero aquello había sido suficiente para entenderlo. 

Pero no lo harías. No ahora. Nunca. Queenie era tu prima y aunque esto te doliera, no traicionarías lo que ella había intentado salvar. 

-Tengamos fe, Jacob. Quizás no sea como antes, pero será mejor.- dijiste con una sonrisa optimista, tocándole el hombro. 

Solo te sonrió y te pidió un abrazo, el cual no negaste. Y mientras lo tenías en tus brazos, te dijiste que no decir nada era lo mejor que podías hacer. Así que el silencio fue eterno desde entonces.