Suéter

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Bill Weasley x Reader

Contrario a Navidades anteriores, este año te habías tenido que quedar en Hogwarts. Tus padres habían ido a tu país natal a visitar a su familia y como no tenías ningún interés en ver a tu familia anti-magos, preferiste quedarte en el castillo.

Bill, uno de tus amigos y probablemente tu favorito, te había ofrecido quedarte con él y su familia en su casa, pero habías rechazado la oferta, pues no querías ser una molestia. El pelirrojo insistió, pero al final ganaste el argumento y él prometió enviarte un regalo.

Hablando de regalos, acababas de enviar tus regalos cuando una lechuza llegó a tu habitación con una carta.

Al abrirla, creiste que sería de Bill quién se había encargado de escribirte casi todos los días para que no te sintieras sola, pero te decepcionaste cuando viste que era de tus padres.

Decía que tu regalo llegaría algo tarde y a estas alturas, ya no te interesaba si te enviaban algo.

Te sentaste y empezaste a escribir una carta para ellos llena de falsas ilusiones y luego la enviaste con la misma lechuza después de darle comida y agua.

Te tiraste en la cama pensando en lo miserable que eras sin tu mejor amigo y lo mucho que, definitivamente, lo extrañabas. Si tu mejor amiga te escuchara decir eso, probablemente te molestaría y diría que estabas enamorada, pero la realidad era que Bill era un buen amigo y después de tantos años soportándolo, no podías vivir sin él.

El día de Navidad estabas algo desganada, pues no habías recibido nada de Bill. Tus otros amigos habían enviado cosas y te gustaron, pero la que más querías no había llegado y eso te ponía algo triste.

No fue hasta casi las tres de la tarde que una lechuza invadió la sala común con sus ruidos que supiste que el correo había llegado. Al tomar a la lechuza la reconociste como la de los Weasley y te emocionaste.

La carta de Bill pedía millones de disculpas por la tardanza, que pasaras una feliz Navidad, pero que sobretodo esperaba que su regalo te gustara.

Abriste los paquetes y encontraste panecillos recién hechos los cuales te comerías en tiempo récord porque los había hecho la mamá de Bill, pero también para tu sorpresa un suéter color vino con una W en el medio.

Gristaste de la emoción cuando viste que por fin tendrías un suéter Weasley. Te lo pusiste sin pensarlo dos veces y pudiste oler a Bill por todo él y aunque te quedaba algo grande, sentías que no te habían podido regalar mejor cosa.

En una pequeña nota al fondo del regalo había otra carta de Bill.

"Disculpa que sea un suéter viejo, pero creí que te gustaría ya que siempre hablas de que quieres un suéter Weasley. Hablé con mamá y te prometo que el año que viene tendrás uno tuyo".

-¿Bromeas? Este es el mejor regalo de mi vida.- dijiste emocionada y aquella sonrisa ni el suéter en si, te lo pudieron quitar.

Cuando Bill regresó lo primero que hiciste fue saltar sobre él, llenarlo de besos y agradecerle una y otra vez por aquel suéter tan increíble.

El pelirrojo solo pudo sonrojarse y decir que no era nada, pero para ti había sido todo. Después de todo, quizás tu mejor amiga tenía razón y estabas enamorada.

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