Cartas De Un Asesino ©

Capítulo 17: Pienso en ti.

Después de ese día, e visto a Yoongi cada día en los que puedo. Deje la universidad y sólo me dedico a trabajar en una tienda de ropa. El día de hoy visitaré a mi madre en el hospital, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que fui a visitarla, debo bastante en la cuenta del hospital, por esta razón debo ir a pagar un poco de la deuda o tendré que traer a mi madre a casa y no estoy para nada bien.

Camino lentamente por la acera; el invierno es demasiado frío pero bello, mis mejillas están rojas; me detengo frente al hospital y dejo escapar un suspiro, me dispongo a entrar al hospital hasta la recepción y me detengo.

— Vengo a visitar a la señora Park — digo moviendo mis dedos sobre el escritorio.
— Claro, espere un momento — la señorita busca sobre la mesa unos papeles — firme aquí por favor.
— ¿Para qué es? — pregunto con el seño fruncido.
— Para controlar las visitas nada más — responde sonriente.
— Bien — digo y firmo —Ahora, ¿Puedo ver a mi madre?
— Si, por aquí — dice ella saliendo detrás del escritorio — Sigame.

Camina rápidamente por el pasillo, las paredes blancas me están mareando, siento como si estuviera en un mundo donde sólo existe el maldito color blanco, ¿por qué todos los hospitales son así? caminamos hasta llegar a una puerta y la chica se detiene.

— Aquí es — dice sonriendo — puedes estar media hora con ella, después tendrás que salir.
— ¿No puedo pasar más tiempo con ella? — pregunto frotando mis manos.
— Lamentablemente no — responde la chica — ella se vuelve loca prácticamente cuando el efecto del medicamento pasa, no ha sido fácil mantenerla tranquila por su alcoholismo.
— Pobre de mi madre — digo mirando la puerta — se ha hecho tanto daño.
— Apuesto a que si dejara la atracción al alcohol podría ser una mujer increíble — dice la chica — necesita un poco de apoyo.
— Algo que yo no le he dado — digo — muchas gracias.

La chica asiente y se retira, abro la puerta y ahí sobre la cama está mi madre, sentada con una bata blanca.
Camino lentamente hasta ella, me siento a su lado ella me ignora completamente, puedo comprender ese rechazo hacia mi, no he venido a visitarla en tanto tiempo estoy seguro de que me odia.

— ¿Cómo estás mamá? — pregunto con la voz temblorosa.
— ¿Tu como crees que estoy? — responde ella — no haz venido a visitarme, claro, soy tu madre la alcohólica.
— Claro que no mamá — digo secando una lágrima con la manga de mi remera — No podía, la universidad y el trabajo me hizo imposible venir a verte.
— ¿Qué haces aquí entonces? — pregunta ella, está molesta.
— Deje la universidad — respondo — estoy trabajando en una tienda de ropas, vine a verte y de paso pagar el hospital.
— ¿Vas a venir otro día? — pregunta dedicándome una mirada llena de esperanza.
— Si mamá — respondo y con mi mano quito un mechón de cabello de su cara — voy a venir mañana, y el día siguiente y el día siguiente a ese. Lo prometo.
— Te extraño demasiado — dice ella — quizás pueda irme contigo.
— No — respondo, mi corazón se rompe  al decirlo — No puedes mientras no dejes de pensar en el alcohol, cuando lo supere ahí volverás a casa.
— No quieres lidiar conmigo — dice ella bajando su cabeza — no he sido una buena madre.
— Tranquila — susurro y la abrazo — ya verás que saldrás de aquí pronto, por ahora debo irme, tengo que ir al trabajo y después tengo que ir a la penitenciaría.
— ¿Para qué? — dice ella elevando su rostro.
— Es una larga historia — sonrió — ya te contaré.

Beso su frente y camino hasta la puerta, giro un poco mi cabeza para verla, ella sigue mirándome sólo que ahora una sonrisa se dibuja en su rostro. Le devuelvo la sonrisa y abro la puerta, — Adiós mamá — digo y ella responde — Adiós mi niño. — No se como sentirme, es mi madre.

Salgo del hospital y camino lentamente hasta el trabajo, pienso y pienso una y otra vez en como esta él, si alguien le ha hecho algo, si me extraña.. si aún me ama, han pasado tan solo meses y todavía me quedan diez años por esperar. 

¿Qué piensan de la nueva portada?