Our weekends.

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Desde que sus novias los dejaron, comenzaron a salir juntos cada fin de semana para llorar y al mismo tiempo reír de una forma menos patética.

Otro sábado más, en el que acababa de salir de la ducha y se estaba vistiendo, aún con el cabello mojado. Ropa interior limpia ya puesta y cómoda, los pantalones arriba y abotonados, prosiguió con su camiseta y luego su sudadera, esa enorme que tanto le gustaba porque era super cómoda y por alguna razón super calentita, y para ese otoño era perfecta. Tomó sus gafas y una vez que las tuvo puestas, revisó su teléfono, tenía un mensaje de Dallon, quien al parecer ya estaba llegando. Tomó sus zapatos y se los puso, sin realmente prestar atención a lo que hacía.

¿Hace cuánto que Sarah lo había dejado? Ya casi había pasado un mes ¿Hace cuánto que Breezy había dejado a Dallon? Ha, ya había pasado un mes y dos semanas. Era irónico, casi parecía que ambas se habían puesto de acuerdo para dejarlos, porque sucedió tan rápido. Primero, Brendon palmeando el hombro de Dallon, y luego, ambos sentados apoyados en el cuerpo del otro mientras hablaban de mil cosas que solo a ellos y solo en esos momentos les importaban. Le gustaba eso de salir con Dallon cada fin de semana, era agradable, y lo distraía bastante de todos esos pensamientos que le recordaban a Sarah y todas las cosas que habían hecho juntos.

Pasaron unos pocos minutos más para que Dallon tocara el timbre y Brendon se levantara de su cama y fuera rápidamente a abrir, sin olvidar de tomar sus llaves antes de salir y cerrar la puerta tras de sí. Se encontró con Dallon sonriéndole, sus cuerpos bastante cerca, pero el mayor rápidamente dio un paso hacia atrás, dándole espacio para respirar a su contrario.

—Hola—Soltó Brendon, con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Hola—Respondió Dallon, llevando uno de sus dedos tras su oreja y frotándolo suavemente. Era como un reflejo que tenía—, luces bien hoy.

Brendon se rió un poco, principalmente porque creía que era un comentario tonto ante el hecho de que solo llevaba jeans -Que lastimosamente rompió en las rodillas una vez que se cayó y se siguieron rompiendo más porque no podía evitar seguir usándolos- y una sudadera gigante.

—Tú también—Respondió, a lo que Dallon rió un poco.

—Ahm... ¿Dónde vamos hoy?—Preguntó el mayor.

—Oí que hoy hay Foodtrucks en la plaza y se quedan hasta medianoche ¿Qué te parece?—Sonrió ampliamente, cosa a la que Dallon no podía resistirse.

—Me parece perfecto.

—Genial—Asintió con la cabeza.

Y como siempre hacían, bajaron por las escaleras del edificio, a pesar de que había elevador. Era como una regla no escrita que tenían, porque les daba más tiempo para charlar, o para simplemente estar juntos un poco más de tiempo.

—Y... ¿Qué tal estás?—Preguntó Brendon, con un tono dulce, amable y tierno que hizo que Dallon se derritiera de amor.

—Bien, bastante mejor que la semana pasada, al menos—Se encogió de hombros, a lo que el menor sonrió.

—Eso está bien.

—¿Y qué hay de ti?

—Estoy bien, gracias—Respondió.

Se quedaron en silencio unos segundos.

—¿Sigues pensando en ella?—Preguntó Brendon.

El tema de las ex novias era un tema que, durante sus sábados, no era incómodo o malo de hablar, es decir, se juntaban cada sábado para superar el hecho de que estaban solteros otra vez.

One-Shots Brallon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora