Feeling loved.

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El amor es de los sentimientos más complicados que el ser humano conoce.

Dallon y Brendon Weekes eran la pareja más dulce que podrías ver en el mundo entero. Ambos estaban sumamente enamorados el uno del otro, y se lucía evidente con cada mirada llena de amor que se dedicaban el uno al otro cuando charlaban, que transmitían miles de sentimientos, palabras que sólo ellos entendían, habían creado su propio idioma, se observaban, y sonreían, entendiendo todo lo que el otro quería decirle. Se miraban a través de la mesa, rodeados de sus amigos, y empezaban a reír por las tonterías que compartían, sin que nadie más comprendiera lo que decían el uno al otro. Se amaban, se amaban más de lo que alguna vez habían amado a algo o alguien, se amaban como nunca pensaron que alguna vez amarían. Algunas veces se quedaban despiertos hasta tarde, tan sólo disfrutando de la presencia del otro, sonriéndose mutuamente, repitiéndose cuánto se amaban. Eran la pareja más dulce del mundo, parecían estar hechos el uno para el otro, y que nada podría destruir lo felices que estaban al compartir sus vidas.

Una lástima que aquella pareja resultara vivir en una época tan caótica como en la que estaban.

Se suponía que ese debía ser un día cualquiera, salieron como la pareja que eran a disfrutar del fin de semana que había llegado. La pareja vivía como una minoría, pues, hace algunos años atrás llegó alguien al poder, alguien del cual no se solía mencionar el nombre, por seguridad, que había implementado alta tecnología al lugar, eso había alegrado a muchos, pero luego, aquella tecnología comenzó a mezclarse con las personas que habitaban la zona. Comenzaron a tomar a gente, y les implementaban elementos electrónicos a su cuerpo, les quitaban su humanidad y los volvían "Perfectos", como decía aquella persona en el poder. Cuando las personas se negaron, comenzaron a ser sacadas a la fuerza de sus casas y se les implementaba la tecnología dicha, y se les quitaba todo lo que los convertía en humanos. Un grupo reducido de personas logró escapar, y en ese grupo estaban Brendon y Dallon, quienes trataban de vivir una vida normal, tratando de ignorar que corrían peligro cada segundo que estaban libres, fuera de casa.

—¡Deja de recordarme que eres más alto!—Se quejó Brendon, entre risas, al ver como el mayor alcanzaba fácilmente la rama de la que él había estado queriendo colgarse durante buen un rato.

Dallon rió un poco, y se cruzó de brazos—¿Qué tal si creces un poco en lugar de estar quejándote?—Alzó una ceja.

El menor se llevó una mano al pecho, fingiendo estar ofendido, sus labios formando una «O» casi perfecta.

—¡No dijiste eso!—Exclamó, lanzándose sobre la espalda del mayor, rodeándolo tanto con brazos como con piernas, sacándole una carcajada—¡Retráctate!

—¡Eres tú quién debe aceptar que eres pequeño!—Respondió Dallon, sujetando los brazos de Brendon, evitando así que se cayera de su espalda.

—¡No lo digas en voz alta!

Ambos reían juntos, viviendo una vida normal, teniendo un día normal.

—No te quejes, te amo, seas enano o no—Sonrió Dallon, dejando a Brendon en el suelo frente a él.

Detrás del menor hubo algo que llamó la atención de Dallon. Eran Guardias, estaban en peligro. Rápidamente tomó la mano del menor y lo llevó consigo, avanzando lo más rápido que podían sin llamar la atención.

—¿Dallon?—Habló Brendon, tratando de voltear a ver, pero si lo hacía lo más probable era que tropezara—¿Qué pasa?

—Espera—Fue lo único que Dallon respondió.

Miró al rededor, y vio como un grupo de gente entraba a un local, que parecía estar protegido, pero también bastante lleno. Suspiró, e hizo una de las decisiones más difíciles a las que se había enfrentado en su vida. Sujetó la mano del menor y lo llevó consigo al lugar.

One-Shots Brallon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora