Jammies.

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Brendon estaba emocionado por pasar esa noche con su novio.

Se apresuró en guardar sus cosas en la mochila para que una vez que ésta estuviera lista y cerrada, la colgara en su hombro y volteara a ver a su novio, quien estaba recargado en el marco de la puerta viendo su teléfono, con su mano libre en el bolsillo de su pantalón. Se acercó al mayor y una vez que capturó su atención se puso de puntillas y depositó un beso en su mejilla, sacándole una pequeña sonrisa.

—¿Listo?—Preguntó Dallon, cruzándose de brazos una vez que su teléfono estaba guardado.

—Síp—Brendon asintió con la cabeza.

—¿Guardaste ropa interior para mañana?—Brendon volvió a asentir con la cabeza—¿Cepillo de dientes?—Otro asentimiento—¿Y-?

—Sí, Dally, guardé todo—Interrumpió Brendon, ya impaciente por salir de esa casa e ir con Dallon.

El mayor rió un poco y llevó una mano a la cabeza de su contrario, desordenado un poco su cabello a lo que éste se quejó y quitó la mano ajena de su cabeza para poder ordenar bien su cabello.

—Lo siento—Soltó divertido, y algo avergonzado, pero aún así manteniendo la sonrisa en su rostro—, pero está bien, vamos.

Brendon sonrió ampliamente y sujetó la mano de Dallon entre las suyas, y lo llevó tras él a la puerta principal de la casa.

—¡Nos vemos mañana!—Exclamó, a nadie en específico, pues en su casa estaba toda su familia y no tenía ganas de despedirse de todos individualmente.

Se escucharon varias despedidas desde distintos lugares de la casa, pero la que más sobresalió fue la de Grace, cosa que no era de sorprender considerando que ella estaba más cerca y fue quien se despidió con más entusiasmo.

—¡Nos vemos, niños, cuídense, y diviértanse mucho!—Respondió ella, dirigiéndose al par de adolescentes que se encontraban frente a la puerta principal.

—¡Gracias, señora Urie, nos vemos!—Respondió Dallon, a lo que Brendon rió un poco—¿Qué? ¿De qué te ríes?

—Encajas tan perfectamente en mi familia—Explicó aún sonriente mientras abría la puerta y salía de la casa llevando a su novio consigo.

Dallon creía que era divertido ver a Brendon caminar junto a él. El menor usualmente caminaba rápido, nunca había sido una persona con mucha paciencia, así que no le agradaba tomarse mucho tiempo en llegar a algún lugar, especialmente en esa ocasión, pues estaba demasiado emocionado por llegar a casa de Dallon y pasar todo el tiempo posible con él, y se le notaba. Los pasos de Brendon eran cortos y rápidos, mientras que Dallon lo seguía tranquilamente, él no tenía prisa y tampoco le resultaba difícil seguirle el paso a su contrario debido a la clara diferencia de estatura.

Dallon siempre había un observador, por eso es que notaba esos pequeños detalles en Brendon que otras personas no. Es decir, notaba pequeños detalles en todo el mundo, pero usualmente tenía la atención puesta en Brendon desde que lo había conocido, así que notaba más cosas acerca de Brendon que de el resto del mundo. Cada pequeño acto del menor, cada reacción que se repetía en él era algo que lo impresionaba y lo enamoraba aún más, lo cual era curioso ya que Dallon era una persona que disfrutaba de la calma y el silencio mientras que Brendon era una bola de energía, alegría y ruido y aún así le parecía la persona más adorable del mundo entero y adoraba pasar tiempo con él.

Cuando llegaron a casa de los Weekes, Brendon se quedó en silencio, sonriendo ampliamente mientras observaba a Dallon, esperando que abriera la puerta, a lo que éste rió un poco mientras buscaba las llaves en su bolsillo. Sabía que si fuera cualquier otra persona quien lo estuviera viendo así, seguramente le asustaría, pero era Brendon a quien tenía al lado, sabía que simplemente estaba emocionado y por eso el que lo estuviera mirando así le parecía adorable. Una vez que la puerta estuvo abierta ambos entraron a la casa, a lo que Leann, la madre de Dallon se asomó para verificar que era su hijo quien acababa de entrar, y sonrió al encontrarse justo a quienes esperaba.

One-Shots Brallon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora