A-B-U-S-E.

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(¡Segunda parte de That word with A!)

Hacer enojar a Dallon no era de las mejores ideas del mundo.

Esa mañana Dallon esperaba a Brendon en la puerta, planeando acompañarlo hasta su oficina y vigilarlo desde la propia. Se había prometido o bien atrapar a Albarn con las manos en la masa, o bien alejarlo de Brendon lo más posible. Ninguna de las dos opciones evitaba una denuncia, solo que una tenía pruebas más claras que la otra, pero si decía la verdad era obvio que se descubriría tarde o temprano y Albarn se pudriría tras las rejas, se lo había jurado a sí mismo.

Cuando vio a Brendon llegar cabizbajo, se acercó rápidamente a él y lo abrazó.

—Buen día—Murmuró.

—A-Ah, sí, buen día—Respondió el menor.

Dallon soltó a su contrario y lo observó en silencio. La camisa afuera y el cabello despeinado. Suspiró, ese no era el Brendon que conocía. Deslizó una mano por el cabello del menor tratando de acomodarlo.

—¿Qué haces?

—Arreglarte, esto sueles hacerlo tú solo ¿No? ¿Qué te detiene hoy?

Brendon desvió la mirada, suspiró y tras unos segundos de silencio, su camisa estuvo ya dentro de sus pantalones.

—Lo siento.

Dallon negó con la cabeza.

—No lo sientas, es normal que te sientas así, pero sin duda es conveniente que lo superes ¿No? Que no dejes que te cambie, porque eres alguien fuerte y lo sé—Dijo, apoyando sus manos en los hombros del menor y mirándolo directo a los ojos tratando de hacerlo sentir bien—, piensa que lo que te pasó pudo haber sido peor, pero que no lo fue.

Brendon asintió con la cabeza, y empujó sus gafas por sobre su nariz ya que se estaban resbalando.

—Y recuerda que voy a cuidarte sin importar qué—Sonrió.

—Gracias.

Dallon apretó un poco de forma cariñosa los hombros de Brendon, y cuando lo soltó, entraron juntos al edificio, y luego al elevador para llevarlos al piso de sus oficinas. Apenas las puertas se abrieron, Albarn se acercó sonriente, mirando a Brendon de pies a cabeza, pero cuando vio a Dallon su sonrisa se volvió bastante falsa.

—Brendon, buenos días—Habló—, que... Bien luces hoy—Volteó a ver al más alto—, Weekes.

Dallon bufó, claramente molesto.

—Necesito hablar con el señor Urie en mi oficina, así que si no le importa, Weekes...

—De hecho, señor Albarn—Habló Dallon, alzando la voz—, sí me importa ¿Qué le parece si lo acompaño?—Sonrió, de una forma claramente falsa. Brendon levantó la mirada hacia él, pero Dallon ni si quiera lo miró, quería intimidar a Albarn.

—Debe ser una conversación PRIVADA—Respondió el mayor, claramente molesto.

—¿Y por qué? ¿Tiene algo que ocultar, señor Albarn?—Preguntó burlón.

—Ve a tu oficina, Weekes.

—¿Por qué me quiere lejos? ¿Acaso no quiere que me enteré de algo?—Se llevó las manos tras la espalda, actuando inocente—¿Hay algo que quiere mantener en secreto?—Habló en voz alta, llamando la atención de los presentes, obviamente poniendo nervioso al hombre.

—¡Vete a tu oficina!

Dallon rió un poco.

—Entonces me llevó a Brendon, tenga buen día—Dijo, para luego tomar la muñeca del menor y llevarlo consigo.

One-Shots Brallon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora