Los Urie iban a conocer a Dallon ¡Y Brendon no podía estar más nervioso!
Cuando llegó a casa de su madre, tocó la puerta con un poco más de fuerza de lo que le habría gustado, pero por suerte su madre lo entendería ¡Estaba ansioso! Y también bastante nervioso, es decir ¡Iba a presentarle su novio a su familia! Sabía que Dallon era súper dulce y tenía los mejores modales del mundo, pero aún así no podía evitar sentirse nervioso ¿Qué pasa si no le agradaba a su familia? ¡Ese sería el fin del mundo! Bueno, no literalmente, pero sería el fin de su mundo. La cosa es que deseaba que Dallon le agradara a su familia, y que estaba sumamente nervioso ya que a pesar de que tenía el mejor novio del mundo y la mejor familia temía por que no se agradaran mutuamente.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por su madre, quien abrió la puerta y sonrió ampliamente.
—Hola, Brend—Sonrió ella, dejándolo pasar.
—Hola, mamá—Saludó, saltando a abrazar a la mujer, cosa que le fue devuelta.
Brendon siempre había sido muy cariñoso con su madre así que aquél acto no fue de extrañar, pero la verdad es que intentaba ponerla de buen humor, ya que tal vez así Dallon le agradaría más. No entendía muy bien el sentido de su propia lógica, pero para él era así... O solo es que buscaba un todas las maneras posibles para que Dallon le agradara a su familia. Dallon James Weekes era el mejor novio del mundo y lo quería un montón y daba los mejores besitos de todos y los mejor s abrazos y deseaba estar siempre con él y de verdad que ansiaba que su familia lo aprobara, y si no era así, entonces... No sabría qué hacer, seguramente lo decidiría sobre la marcha (lo cual siempre era una mala desición ya que solía tomar la peor opción posible si lo hacía estando consumido por sus emociones).
—¿Cómo estás?—Preguntó Grace mientras cerraba la puerta tras su hijo.
—Nervioso—Respondió—, de verdad quiero que Dallon les agrade.
—Oh, tranquilo, Dallon suena como un buen chico—Habló ella aún sonriente, mientras acompañaba a Brendon al salón, donde se encontraban Boyd, Kyla y el esposo de ésta, cuyo nombre era Stephan.
—Hola—Saludó Kyla, mientras se levantaba a abrazar a su hermano.
Boyd rió un poco al ver la clara diferencia de cuál de los dos hermanos presentes era mayor, es decir, Kyla estaba vestida como toda una mujer, tal vez hasta un poco (solo un poquito) elegante, y Brendon llevaba una camiseta azul con ¿Algo que parecían ser nubes...? Y un astronauta, pero le parecía tierno, ya que Brendon, como su hijo menor, siempre sería el bebé, sin importar que ya tuviera diecinueve años. Boyd suponía que eso ocurría en todas las familias ¿No era así?
—¡Hola!—Sonrió Brendon, tratando de no parecer nervioso, pero ese intento no resultó muy bien, logrando así que solo se notara aún más lo nervioso que estaba, haciendo reír a su familia.
—No estés tan nervioso, Brendon—Habló Kyla—, si no cae bien, al menos tienes mi apoyo.
El menor suspiró y asintió con la cabeza.
Y así fueron llegando los hermanos, Matt con su esposa Jacklyn y su hijo Mark (en honor a Mark Hoppus), Kara con su esposo Moses y su hija Emma (nombre elegido por Brendon), y Mason y su novia Katherine. El único que faltaba por llegar era Dallon, cosa que ponía a Brendon de los nervios. Estaba sentado en el sofá con Emma sobre sus piernas mientras la oía hablar de cosas que vio en las caricaturas, o al menos intentaba, pues su mirada no se despegaba de la puerta principal y sus pensamientos solo se centraban en Dallon y en cuándo llegaría.
Dio un pequeño salto del susto cuando escuchó el timbre, pero al menos supo de inmediato que era su novio quien llegaba.
—Yo abro—Dijo, dejando a la niña de pie en el suelo y se levantaba a abrir, escuchando como Grace se reía un poco.
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One-Shots Brallon.
Fiksi PenggemarIdeas que no son lo suficientemente largas para hacerlas Fanfic.