Jack

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Fred Spencer de 23 años, estudiante de dibujo en una academia, dedica su tiempo libre a pasear los perros de sus vecinos y a pintar dibujos de una hermosa castaña, de mi castaña.

El chico no era malo, no podría serlo, solo fue un poco desafortunado, no es mi culpa que Kathell sienta por mi lo que nunca podrá sentir por él; sus sentimientos no son sanos, está obsesionado y le nubla la mente el tenerla lejos y verla en brazos de otro; es inteligente; pero le falta astucia.

— Simón me dijo que me habías mandado a llamar— dijo Lilian entrando a mí oficina.

— Me preocupa Spencer— dije viendo a la morena confundida— Fred, Fred Spencer.

Asintió comprendiendo de quién le hablaba y tomó asiento.

— Él está enfermo Jack, yo he intentado hablar con su padre, pero es un alcohólico y no se qué hacer, él cree que no necesita ayuda.

— He investigado un poco de él— me serví un vaso de vino y en gesto le ofrecí a Lilian y negó con la cabeza— Tu podrías complementar la información, sé que al igual que Kathe lo aprecias y te aseguro que no le haré daño, solo haré todo lo que esté a mi alcance para que se mantenga lejos.

— Entiendo y confío en ti Jack— musitó la morena— Fred se crió junto a nosotras por la igualdad en edad, vivimos en un edificio en el cual también vivía Kathe con su madre, él era normal, sabíamos que gustaba de Kathe, pero ella en sus planes no tenía enamorarse y siempre se lo aclaraba— Lilian hizo una pausa como para evitar decir algunas cosas— Cuando Kathe se fue del edificio sus sentimientos y acciones se volvieron enfermas, no soportó la idea de tenerla lejos y nosotras no lo sabiamos hasta el día que sucedió la escena del baño del pub ¿Lo recuerdas?.

Cómo no recordarlo, sino hubiese llegado tan rápido ese estúpido se hubiese aprovechado de mi castaña, aunque estoy seguro que ella no se lo dejaría fácil.

— ¿Crees que si le consigo una beca al exterior el acceda a irse?— le planteé mi idea a Lilian.

— No lo sé Jack, él evita hablar conmigo y no es el mismo, está tan mal que probablemente no se quiera alejar de la ciudad para estar cerca de Kathe— expresó la morena preocupada— Yo lo quiero mucho, es como un hermano para mí y me afecta todo esto, en serio me afecta ¿No hay otra opción?

— Meterlo en un centro psiquiátrico— demandé y la morena se incomodó— Sé que lo quieres Lili, Kathe también lo hace; no le haré daño a ese chico aunque lo desee, podría pedir que le hagan algunos exámenes y si lo necesita que sea internado.

— Jack te aprecio, eres un cabrón, me puedes despedir por todo esto que te diré— aclaró— Eres un estúpido, gilipollas, cabrón, patán, ¿Ya había dicho cabrón?. El punto es que haces feliz a mi amiga, sé que la quieres y que te preocupas por ella y tienes miedo. Pero antes de tomar cualquier decisión acerca de que hacer con Fred habla con ella.

¿Cómo sabía que no había hablado con Kathe?

— Sé que si habías hablado con ella no estarías pidiéndome opinión a mí— añadió la morena y se levantó de la silla.

— Espera Lili— se sentó de nuevo— Yo no sé cómo decirte esto, ¿Sabes que Kathe es algo cerrada?— asintió— He intentado saber más de ella en todos estos días y es poco lo que sé; tenemos problemas de comunicación y es frustrante no saber siquiera su apellido.

— Es Harrison— pronunció la morena con gesto comprensivo— Sé como es Kathe y yo no te diré más de lo necesario, te lo debe decir ella, dale tiempo.

— Solo tres preguntas— pedí a Lilian antes de que saliera de mi oficina, se le veía incómoda.

— Que sean dos— asentí victorioso.

A Sus Órdenes Joven WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora