Lilian y Camilo.

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Narra Lilian:

Sábado, visita de mis padres a los abuelos, casa sola, aseo para la pobre Lilian, demasiado terrible; acostada en el sofá de la sala pasaba los canales de la televisión esperando que mi cuerpo deseará levantarse hacer aseo, aunque eso mi cuerpo nunca lo desearía.

Sonó el timbre y la sorpresa se instaló en mí, normalmente nadie me visita y si a mis padres se les hubiese quedado algo ellos hubiesen abierto la puerta directamente, no me moleste en acomodar mi cabello o en notar lo desordenada que me veía en mi pijama de estampado de hamburguesas; solo abrí la puerta y en cuanto lo hice una demacrada castaña se lanzó a mis brazos entre lágrimas, desde la muerte de Ann no la veía tan destrozada, si algo tenía esa castaña era fortaleza, verla llorar era demasiado extraño y si lo estaba haciendo debía ser por una razón bastante fuerte.

— Todo está bien, tranquila bebé, solo respira— pedí después de algunos minutos— Ven, entremos.

Le serví un té y me senté a su lado en el sofá, apagué la televisión y agradecí que la castaña más hermosa y genial del mundo ya se encontraba más calmada.

—¿Quieres hablar?— asintió y suspiró antes de empezar.

— Yo estoy sintiendo cosas por el estúpido de Jack Williams, eso es, un estúpido, solo estábamos teniendo una relación estrictamente sexual, nada de sentimientos, era como un reto donde los sentimientos eran algo totalmente inaceptable que automáticamente te eliminaba del juego.

— ¿Y te enamoraste y tienes mie...

— Calla— me interrumpió—  No sé que es lo que siento, pero no es eso por lo que lloró, es que él es un estúpido, es un gilipollas, es un infeliz, es demasiado todo esto para mí— hizo una pausa— Fred fue anoche a la mansión golpeado y estaba ebrio y lo lleve hasta mi habitación y entonces como en los viejos tiempos le ayude con la ropa y mientras me ponía la pijama Jack entró a la habitación e imaginó lo peor, me trató como tú no tienes idea Lili, fue horrible.

— Es un gilipollas, no hay dudas—  afirmé— Él no te merece; ¿Qué pasará con el reto?

— No lo sé; no pienso admitir que siento cosas por él, pero no quiero nada de él, lo odio.

— Tu le gustas y mucho— confesé.

— Solo se siente atraído sexualmente— dijo Kathell restándole importancia— Y si le llegase a gustar es muy poco, porque me dañó con sus palabras, lanzaba dardos de su boca.

— Creo que hasta yo lo odio y no quiero que me digas que te dijo porque sería capaz de irlo a golpear— la castaña reveló una leve sonrisa— Hagamos de cuentas que lo que sea que sientes no es amor, es solo algo muy leve que puede sobrellevarse con algunas copas, buena música y más alcohol. Hoy es sábado y hay unas chicas solteras que desean jugar con el género masculino.

— ¿Qué tienes contra ellos? No debes generalizar, no todos son como mi padre o como Jack.

— Es Simón— Kathell me miró confundida— Quiero decir que agregues a Simón a la lista de tu padre y Jack.

— Simón es genial, aunque si es un poco gilipollas.

— Demasiado gilipollas, lo odio, y es en serio; llamaré a Karen a contarle los planes— me levanté del sofa— ¿Te quedarás conmigo hoy y me ayudarás hacer aseo?

Sabía que Kathell no se podría resistir a mi súplica con carita de perrito tierno.

—Sí, lo menos que quiero es volver a la mansión, llamaré a Peter.

— Kathe y ¿Qué pasó con Fred? —pregunté curiosa.

— Me trajo hasta aquí; no intentó ninguna mala jugada, estaba demasiado feliz.

A Sus Órdenes Joven WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora