Kathell

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Me desperté por la claridad que se colaba por la ventana, sentía que había dormido como tres días seguidos, miré la hora del reloj de la mesita de noche de Jack y eran las tres de la tarde, dirigí mi mirada por toda la habitación en busca de él, pero no estaba.

— Buenas tardes— saludé a los presentes en la cocina luego de haberme aseado por casi dos horas.

— ¡Oh Kathe! ¿Estás bien?— Amanda se acerco a mí— Me hubieses llamado y no hubiese tenido problema con subirte la comida.

— Tranquila Am estoy bien, solo tengo hambre— dije y le regalé una sonrisa tranquilizadora.

— Kathell, gracias a Dios ese loco no te hizo daño— Karen me regaló un abrazo el cual recibí gustosa.

— Amanda aquí está todo lo que me pedíst...— Peter no logro terminar la oración, no esperaba mi presencia en la cocina.

Le sonreí— Estoy bien Peter, sé que te estás debatiendo en sí preguntarlo sería lo correcto.

— Kathell yo lo siento, y-yo no lo sé, le creí a ese joven y conocía al joven Jack y...

— Y cometiste un error, todos lo hacemos, errar es de humanos— lo interrumpi— Te disculpó y sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

El hombre se acercó a mí y me estrechó entre sus brazos.

— Anna me pidió que cuidará a su pequeña y ahora es su pequeña quien cuida de mí— susurró en mi oído— Lo siento mucho Kathe, nunca debí tratarte así.

Luego de haber comido hasta saciarme subí a la habitación de Jack y me asomé al gran ventanal que dejaba ver el jardín; me sentía en casa, debo considerarme afortunada de haber llegado a un lugar donde me acogieron como si fuese de allí, antes creía que lo hacían por el cariño que le tenían a mi madre y quizá al principio sí fue así, pero con el pasar de los días me gane mi propio lugar y mi propio cariño.

Contesté mi celular que sonaba como loco en el bolsillo de mis jeans.

— ¿Bueno?

— Hola amiga, ¿Cómo estás?— Era Lili.

— Bien Lili, ya descansé y comí lo suficiente— seguía con mi vista perdida en el jardín.

— Gracias a los astros— sabía que se estaba abstiniendo de decir algo.

— Lili sabes que puedes confiar en mí, ¿Qué me quieres decir?.

— Es una pena que tú mejor amiga no te pueda llamar a preguntarte cómo estás porque en seguida sacas tus rápidas conclusiones, pero efectivamente si tengo que decirte algo— lo sabía— Detesto que me conozcas tan bien.

— De acuerdo Lili, sé que me amas y que te preocupas por mí, ahora dime, ¿qué pasa?.

— ¿Qué has pensado respecto a Fred?— formuló— Kathell sabes que él no está bien, lo sabemos, tal vez estés cegada por la rabia y quieras tomar cartas o no lo sé, Jack lo odia mucho y querrá...

— Solo pediré que si efectivamente tiene algún problema psicológico sea internado en algún centro aunque me toque pagarlo a mí, él es como un hermano para mí y sé que jamás hizo eso para dañarme, sé que está mal Lili, pero dejarlo afuera no es una opción, sabes que no es el mismo Fred con el que crecimos.

—Lo sé y no sabes lo orgullosa que me siento de que haya tanta bondad en ti Kathe— sonreí como si ella me estuviese viendo— ¿Cómo va todo con Jack?.

— No lo he visto, pero creo que es hora de que hablemos.

— Está en la empresa, hace un rato lo ví, se ve algo radiante, creo que está feliz por ti, sin embargo, si vuelve a comportarse como un cabrón yo misma lo mataré a golpes— negué con la cabeza ante la ocurrencia de Lili.

A Sus Órdenes Joven WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora