Jack

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Chicas tenemos a Jack en multimedia, ganó el #1. ❣️❤️

Gracias por todo 💕.
Los leo 😁.

°°°

Complicado, en eso se estaba convirtiendo esto, esa castaña estaba verdaderamente loca, me dió el tesoro preciado de las mujeres, lo que muchas guardan para entregar a un príncipe azul que en realidad nunca será como lo describen en los libros.

Kathell era un caso verdaderamente especial y con una personalidad demasiado interesante; todos en la humanidad tenemos características que nos distinguen de los demás y es allí cuando nos convertimos en seres únicos y originales. Y ella además de ser única y original contaba con la cualidad de ser impredecible.

Sin embargo perder no es de mi agrado y si ella sacrificaba yo también lo haría.

Desde la mañana que me la encontré en la puerta no la había vuelto a ver y la busqué por toda la mansión, en vano porque no estaba, me molestó verla con las flores que le había obsequiado el chófer, por más que él dijera que jamás la vería con otros ojos era totalmente inexplicable para mí porque la trataba tan bien.

— Joven que bueno verle, usted no acostumbra a cenar los domingos— dijo Amanda mientras secaba sus manos en el delantal.

— No vine a cenar— contesté cortante— La mansión está un poco sola hoy— no debía preguntar por ella directamente— ¿Los demás trabajadores donde están?

— Cómo bien sabrá por ser domingo todos hacemos nuestras debidas obligaciones temprano— me explicó— los internos como Peter, Karen, Kathell, Wilson y yo tenemos el día libre.

—¿Quiénes aún no han llegado?— inquirí— Son más de las ocho y aunque no me interesen sus horas de llegada, si me interesa que mañana estén a las horas debidas en sus puestos.

— Karen tiene libres los viernes pero hoy pidió el día— me informó la morena— Peter se encuentra en su habitación e igual Wilson.

Amanda evitó mencionar a la castaña tal vez pensando que aún nuestra relación era pésima.

— ¿Y la ama de llaves?— indagué— Es ella quien debería velar porque todos estén dormidos.

— Su día libre es el domingo— contestó mientras limpiaba el lavavajillas— Puede llegar aún al amanecer y hará un buen trabajo.

— Amanda creo que estás estimando demasiado a esa desconocida— dije curioso.

— La conozco muy bien— me sorprendí— Joven Williams ya acabé con mis obligaciones, si me permite deseo irme a mi habitación— asentí con la cabeza.

— Amanda— la detuve— ¿De dónde la conoces?.

— Tal vez algún día decida contárselo— dijo sin más.

El reloj seguía su curso y aún Kathell no atravesaba la puerta, me serví un tercer vaso de whisky y seguí con mi caminata de esquina a esquina en la sala de estar que fue testigo de dos de nuestros encuentros de miradas llenas de pasión.

El pestillo se giró y comprobé la hora; las 11:30 de la noche.

¿Donde demonios estaba?

¿Con quién?

¿Haciendo qué?

Eran tantas las preguntas que me azotaban que no sabía cuál de todas lanzar primero.

No es que me importara esa mujer, es solo que la idea de compartirla me era realmente repugnante.

— Lindas horas de llegar— dije con fingida indiferencia.

A Sus Órdenes Joven WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora