Jack

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— Jack antes debo decirte algo— mencionó Kathell jugando con sus dedos.

— Claro mi amor, te escucho.

Mi celular sonó interrumpiendo nuestra conversación.

— Dime madre— contesté y le dediqué una mirada de disculpa a mi castaña.

— Bebé estamos en la inmobiliaria para la reunión— dijo mi madre del otro lado de la línea.

— Tengo una reunión con mis padres princesa y es urgente, creí que llegarías más temprano pero con lo del almuerzo de Amanda y todo lo demás entiendo que te retrasaras— dije disculpándome— ¿No te molesta?. Podría aplazar con mis padres.

— Está bien amor, no hay problema— dijo levantándose y me sonrió.

— Te veo en la noche y hablaremos mejor— sonreí— Te quiero.

— Yo también— me devolvió el gesto— Hasta la noche.

— Te llevo a casa— sentencié.

— Tomaré un taxi, tranquilo, no permitiré que te retraces— me dio un beso en hizo un puchero— Te amo Jack patético Williams.

— Yo te amo más Kathell sarcástica Harrison— sonreímos entre un beso y seguí mi rumbo a la empresa.

°°°°

La reunión con mis padres transcurrió sin impedimentos y pronto regresaron a casa, me quedé para revisar algunas nuevas propuestas en compañía de mis dos amigos.

— Lamento interrumpir pero necesito llevarme a este hermoso chico— dijo Lilian entrando a mi oficina lanzándose al regazo de Simón que la recibió con un beso— ¿Falta mucho?.

—De hecho ya terminamos— contestó Simón y la chica sonrió.

— Debo ir a cenar con Karen, nos vemos— Camilo hizo un gesto militar con los dedos a modo de despedida y salió dejando los papeles tirados en mi oficina.

— Nosotros también nos vamos Bro, mañana continuamos— dijo Simón y yo asentí.

— Saludos a Kathe— dijo Lilian y sonreí.

Conducía camino a casa ansioso por ver a mi castaña cuando mi celular sonó, revise y al ver que era un número desconocido rechacé la llamada, el número marco hasta que me hartó la paciencia y contesté pocas cuadras antes de la casa.

— Williams— era Fred— Creí que sería más difícil conseguir tu número pero en las páginas Web son demasiado imprudentes.

— ¿Qué mierda quieres?— pregunté y estacione antes de abrir la reja principal.

— Hablar contigo— sentenció burlón.

— Tienes un minuto— demandé y me quite mi corbata.

—Que sean cinco y en persona, te enviaré una dirección y ahí podremos compartir unos tragos y ya sabes... Hablar.

— No tengo nada que hablar contigo niñato— dije cortante y gire mi cuello.

— Tenemos algo en común, es Kathell, te conviene, te contaré todo lo que desees saber— insistió.

— ¿Por qué debería confiar en ti? Estás loco.

— Loco pero no tengo problemas de memoria, no es un juego sucio Williams, Kathell es muy cerrada y probablemente vivas toda tu vida esperando que ella te cuente sus cosas.

A Sus Órdenes Joven WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora