Capítulo 8

1.9K 99 5
                                    

Valentín me mira raro y se ríe al haber escuchado mi respuesta como si fuera ella.

—Oigan, tengo una idea. ¿Por qué no salimos todos juntos el fin de semana? —sugiere Valentín—. Luego yo me encargaré de ti, muchacha —le guiña un ojo a Emilia.

Después de esa incómoda conversación, llega Agustín y nos saluda a todos. También se ve muy bien al igual que Valentín.

—¿Y los otros chicos? —pregunto.

—Se quedaron durmiendo en el departamento —responde Agustín—. No querían levantarse temprano.

Seguimos conversando entre todos y riendo, y sinceramente estos chicos me caen mejor de lo que hubiera pensado.

Siendo las doce del mediodía, el calor del sol quema en nuestra piel y un viento demasiado caliente nos despeina haciendo que decidamos zambullirnos en el océano.

—¡El último en meterse paga la salida de mañana! —grita Imari.

Todos salimos corriendo en dirección al mar para bañarnos entre sus olas. El agua está bien fría y perfecta para refrescarse por unas cuantas horas. El último en zambullirse fue Agustín junto con Carla, solo que ella llegó unos segundos antes.

—Creo que te toca pagar mañana, hermano —exclama Valentín.

—¡Eso no es justo!

—Un trato es un trato —dice riendo Imari.

—Esperen, podemos hacer lo siguiente —salta Valentín—. Si nos lo permiten, cuando salgamos nosotros las invitamos.

—¿Estás seguro? —pregunta Emilia—. Porque podemos pagarnos lo nuestro.

—Segurísimo, linda.

En ese momento, las mejillas de Emilia vuelven a ruborizarse por el piropo y asentimos las cuatro.

Nos quedamos los seis hasta entrado el atardecer cuando decidimos volver a nuestros departamentos, acordando que ellos nos pasarían a buscar para ir juntos a un club nocturno llamado GreenBox.

Al despedirnos de los chicos, comenzamos a gritar de la emoción por Emilia y la futura salida con Valentín.

—¡Es increíble, amiga! Felicitaciones —exclamo emocionada.

—Después de todo haber hecho esa confesión no salió nada mal —ríe Carla.

Abrazamos todas a Emilia y continuamos caminando por el pasillo mientras reímos y saltamos de la alegría.

—Chicas, propongo que vayamos a comprar comida china y festejemos esto a la noche —exclama Imari—. Busqué en mi celular esta mañana y hay una tienda aquí a la vuelta.

Mientras caminamos por el pasillo del edificio hacia los elevadores, de la nada recuerdo que antes de viajar mi padre me había dicho que la llame al menos día por medio y lo he olvidado por completo.

—Ustedes adelántense que yo la alcanzo —digo.

—¿A dónde vas?

—Olvidé mi móvil en el departamento y debo llamar a mi padre.

—Está bien, ten las llaves —contesta Carla lanzándomelas por el aire.

Las sujeto en mi mano y me dirijo al departamento caminando con velocidad. Al llegar, busco mi teléfono celular entre mi ropa y llamo a mi padre en forma rápida para que sepa que estoy bien, que el lugar es divino y contestar todas sus preguntas previsibles.

Al salir de allí, abro mis redes sociales para chequearlas mientras camino por el corredor hacia el ascensor. Sin darme cuenta, me topo bruscamente con alguien que al parecer venía corriendo en dirección contraria a la mía con el móvil en sus manos provocando nuestras caídas. Para mi mala suerte, quedo apoyada con todo mi peso sobre su brazo y mitad de su pecho.

-----------------------------------------------------------------------------------------

Y se vino el capítulo 8!!! Mañana subo el 9.

Con quién se habrá encontrado Camille? Descúbranlo mañana ♥

Denle estrellita y comenten!!!




Azul cielo | Paulo LondraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora