Capítulo 25

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Camille

Una vez en el departamento, decido higienizarme y a los minutos Paulo me ayuda a recostarme en mi cama con cuidado de que no me duela nada. A los segundos, se dirige al refrigerador a buscar hielo y lo envuelve en un pañuelo para que lo coloque en mis pómulos que han quedado inflamados de la golpiza que me ha dado Lucas. Cuando ingresa al cuarto, sitúa el frío paño en mis mejillas y direcciona su mirada hacia la mía con cierto arrepentimiento. Nos quedamos en pleno silencio hasta que Paulo comienza la conversación.

-Cam... -dice con la voz entrecortada tragando saliva con dureza-. Quiero pedirte disculpas por la forma en la que reaccioné la otra tarde.

Asiento para que sepa que estoy dispuesta a escucharlo.

-Me dejé llevar por la primera impresión del momento sin analizarlo con detenimiento -continúa hablando-. Creo que algunos malos recuerdos se han apoderado de mí y no me han dejado pensar juiciosamente.

-¿Malos recuerdos? -interrogo.

Sus manos se tensan, vuelve a tragar saliva con dificultad y sus ojos se cristalizan con un leve lagrimeo. Por lo que veo, revivir esas memorias suyas no es de lo más agradable.

-Está bien si no quieres contarme, Paulo -digo apoyando mi mano sobre la suya-. No te presionaré.

Paulo cierra los ojos, inhala y exhala lentamente tomándose un tiempo para sí mismo.

-¿Recuerdas cuando te conté de mi vida en Argentina, durante esos dos años en que había vuelto en la adolescencia? -asiento en silencio-. Bien, omití un pequeño detalle. A los diecisiete tuve mi primera novia, se llamaba Clarisa y yo la amaba con mi corazón entero. Era mi compañera de vida, mi mundo entero. Salimos alrededor de un año y medio, y yo la sentía como lo más cercano a mí. Fue mi primer todo, absolutamente todo.

Mientras revela todos sus recuerdos en detalle, las lágrimas toman el control de sus ojos nuevamente pero Paulo no permite que se hagan visibles.

-En la semana de su cumpleaños le había preparado una serie de sorpresas hasta llegar al día tan esperado. Una de ellas era ir a su casa sin aviso para merendar juntos y darle el primer regalo, pero cuando estaba llegando veo que en la entrada estaba ella besándose con mi mejor amigo, al que consideraba prácticamente mi hermano. Ahí mismo mi mundo se desmoronó en menos de un segundo y di por terminada nuestra relación -resume inhalando-. Nunca más volví a hablarle y a los pocos días nos mudamos a Medellín.

-¿Nunca más supiste de ella?

-No, ni de ella ni de mi mejor amigo -responde con sequedad-. Por eso quedé confundido cuando te vi en ese momento con tu ex novio, no supe qué hacer. Estabas en la misma situación en la que vi a mi ex novia engañándome -dice exhalando una gran cantidad de aire-. Perdóname, Cam. Me siento extremadamente culpable por no haberte auxiliado.

Su mirada suplica mi perdón a toda costa mientras envuelve sus manos alrededor de las mías, provocando que todo mi enfado hacia él se disipe en un minuto. Fijo mi mirada en sus magnéticos ojos azul cielo y pienso con cuidado mi respuesta.

-Paulo... -exclamo suspirando-. No voy a negar que me destruiste en el momento en que te marchaste y no dejaste que te contara lo que realmente sucedió. Pero sabiendo el por qué reaccionaste así, siento que perdonarte es lo más adecuado -concluyo sonriendo-. Además, me has socorrido hace unos momentos, que si no hubiera sido por ti quizás ya hubiera estado muerta.

Una magnífica sonrisa se asoma al oír la decisión que he tomado. Acaricio su mejilla con delicadeza, y mirándolo en detalle él también ha salido herido de la pelea con Lucas. Su labio se encuentra lastimado a un costado y su pómulo está algo magullado.

-Aguárdame un segundo -digo poniéndome de pie con cuidado.

-¿A dónde vas?

-Voy a buscar algo para limpiarte las heridas.

Me dirijo con cautela hacia el sanitario y del botiquín tomo lo necesario para curar las lastimaduras de Paulo. Con todos los elementos en mano, vuelvo al cuarto y me siento junto a él. Aplico una loción en la herida de la comisura de su labio para cicatrizarla y con suavidad coloco una gasa sobre ella.

-Creo que debería ser yo el que te esté cuidado y no viceversa -bromea dejando escapar su atrayente acento cordobés.

-Ambos salimos lastimados, es lo menos que puedo hacer.

Su penetrante mirada se posa en la mía haciéndome estremecer de los pies a la cabeza sin querer que se detenga. Con cuidado corre mi mano a un lado y se acerca a mí peligrosamente hasta unir nuestros labios en un cálido beso. Necesitaba esto de él más que nada, lo necesitaba a él. Mientras Paulo toma mi cintura, yo toco sus mejillas haciendo círculos con las puntas de mis dedos sobre ellas.

-Me enloqueces, rubia -exclama con la respiración entrecortada.

-Tú a mí, Paulo -respondo coqueta.

Volvemos a nuestra apasionada sesión de besos por unos varios minutos y decido colocarme a horcajadas de él sin que nos detengamos. Paulo me acaricia yendo desde mi cabello hasta mis caderas pasando primero por mi cintura. Todo va de maravilla, pero en el momento más inoportuno un fuerte dolor de cabeza se apodera de mí provocando que me separe bruscamente de Paulo.

Paulo

Camille se aparta de mí repentinamente y me pregunto a mí mismo si hice algo que la incomodó o no le gustó. Sus facciones mostraban cierta molestia, como si tuviera un disgusto.

-¿Te sientes bien, Cam? -interrogo con preocupación.

-Me agarró dolor de cabeza -responde poniendo su mano en la zona del dolor-. Lamento que no podamos continuar con lo nuestro -dice apenada.

-Tranquila, podemos continuarlo en estos días -susurro en su oído-. Ven, te ayudaré a recostarte.

Ayudo a Camille a ponerse de pie y la acomodo en la cama.

-¿Quieres algún analgésico? Quizás se te pase más rápido.

-Sí -responde adolorida-. Busca en el botiquín del sanitario, allí debe haber alguno.

Rápidamente camino hacia el baño y le traigo el calmante con un vaso de agua en mano.

-Ten -se lo alcanzo y lo bebe-. Bueno, creo que iré volviendo al departamento así puedes descansar. ¿Necesitas algo más?

-Que te quedes conmigo esta noche.

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Y acá les traigo el bello capítulo 25, que es tan dulce como el dulce de leche ahre.

Disfrútenlo mucho mucho y espero que les guste!!! Comenten y den estrelita ;)

PD: desde que país leen la novela?

PD2: ya se les actualizó Wattpad?

Azul cielo | Paulo LondraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora