Capítulo 26

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Su inesperada contestación hace que quede boquiabierto sin saber qué responder porque al fin llegó mi segunda oportunidad. Mi mente queda totalmente en blanco y mis labios se resecan provocando que instintivamente los humedezca con mi lengua. Camille se queda mirándome y esperando mi respuesta algo ansiosa.

-De acuerdo -contesto nervioso-. Si así lo deseas, así será. Pero no puedo dormir en esa cama de allí porque supongo que duerme alguna de las chicas -señalo la que se encuentra al lado de la de Camille-. Mejor iré al sofá de la sala.

Camille suelta una carcajada y coloca nuevamente su mano en la cabeza para calmar el dolor con pequeños masajes. En realidad, entendí su intención pero no quería parecer desesperado por su proposición.

-No, Paulo -dice con sus brillantes ojos-. Quiero que duermas a mi lado.

-¿Estás segura?

-Al cien por ciento -sonríe y corre el cubrecama para que me introduzca allí con ella-. Ponte cómodo.

Una sonrisa se escapa de mis labios, me quito la camisa y camino hacia la cama para acomodarme junto a Camille. Ella apaga la luz de la mesa de noche mientras entrelazo mi brazo alrededor de su cintura.

-Gracias por quedarte conmigo, Paulo -dice casi inaudible cerrando los ojos.

Camille se da la vuelta quedando nuestros rostros frente a frente y a muy pocos centímetros de distancia uno del otro. La observo con detenimiento para deleitarme con lo hermosa que es esta mujer y aparto de su mejilla un mechón de su rubio cabello para colocárselo detrás de la oreja.

-No tienes que agradecerme, Cam -digo algo adormecido-. Al menos me estás dando una segunda oportunidad.

-Aguarda, ¿segunda oportunidad? -pregunta algo sobresaltada.

-¿Recuerdas la vez que salimos a GreenBox y te llevé a tu departamento? -ella asiente-. Bien, me has propuesto de dormir contigo, pero yo no acepté porque estabas ebria y al día siguiente no recordarías ni tu apellido. Imagínate despertar, encontrarte conmigo en tu cama y pensar que pasó algo. No lo veo algo muy agradable para ti -río.

-¿En serio hiciste eso? -me interroga con su mirada iluminada mientras asiento-. No puedo creer que he hecho tantas cosas esa noche. No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí estas vacaciones.

-Por ahora con un beso me conformo -propongo moviendo mis cejas hacia arriba reiteradas veces.

Camille lanza una carcajada y se acerca a mí para darme un corto beso en los labios mordiendo levemente el inferior, uno en cada mejilla y otro en el cuello.

-Acabas de hacer algo muy peligroso, rubia.

-Lo siento, rubio -responde entre risas.

-Oye, oye. Ese es el apodo que yo te elegí -bromeo señalándola-. No te copies.

-De acuerdo -dice pensando-. Entonces te diré 'mi cielo' por el color de tus ojos.

Sonrío ante el tierno apodo que me ha designado y fijo mi mirada en ella acercándome unos centímetros más.

-¿Tanto te gustan, Cam? -pregunto seductoramente.

-Más de lo que imaginas, Paulo -contesta con la voz ronca-. Es como si se encontrara el cielo en tus ojos.

Muerdo mi labio inferior por su confesión al tiempo que mis mejillas arden por el cumplido que me ha hecho. Sin poder dominarme, la beso con mucha pasión haciendo que nuestras lenguas se entrelacen, aunque conteniéndome de hacer cosas indebidas con Camille.

-Sos tan hermosa, rubia. Pero mejor descansá, ya tendremos la oportunidad de seguirlo -susurro en su oído dejando salir mi acento.

-Te tomo la palabra, mi cielo -dice besándome.

Camille se da la vuelta quedando a mis espaldas y yo vuelvo a entrelazar mi brazo a su alrededor para que podamos dormir. Al no poder evitarlo, huelo su cabello que emana un dulce perfume a miel y me quedo acariciándolo hasta cerrar los ojos.

''Ay, Camille. Si supieras que eres lo mejor que pasó en mis vacaciones...''

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Hola, queridos lectores! Ya les traje el tierno capítulo 26 y en minutos se viene el 27.

Disfrútenlo ♥♥♥

Azul cielo | Paulo LondraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora