Azul cielo | Paulo Londra

Capítulo 21

ACLARACIÓN: este capítulo contiene material sensible. Intenté que la redacción fuera lo más amena posible, pero si no gustás leerlo solo saltealo.

Camille

Paulo me ha llamado hace unos minutos para avisarme que en un momento me vendría a buscar con una sorpresa. Me siento demasiado ansiosa por este encuentro con él, hace mucho tiempo que no salgo con un muchacho desde que he terminado con Lucas y hacerlo ahora provoca que mis nervios estén a punto de explotar.

—Cam, deja de caminar tanto por el cuarto. Los vecinos de abajo se quejarán —dice Carla desde la puerta.

Hace media hora que me encuentro caminando de aquí para allá por las ganas de verlo a Paulo que lentamente me están consumiendo.

—Lo siento, no lo resisto.

—Quédate tranquila, todo saldrá bien —me calma mi amiga—. Ahora me iré con las chicas y volveremos en una hora.

Carla da la vuelta en dirección al corredor del departamento y a los pocos minutos se va con Emilia e Imari hacia quién sabe dónde. Poco después de que mis amigas se marcharan, escucho que alguien toca la puerta.

—Debe ser Paulo —me muerdo el labio ante esa idea y acomodo mi ropa.

Pero al abrir la puerta, veo que es quien menos quiero encontrarme en el mundo. Mis manos se tornan en puños y mi gesto se endurece al verlo.

—Lucas —digo secamente.

—Hola, Cam —saluda intentando darme un beso en la mejilla, pero lo esquivo—. ¿No vas a saludarme?

—Prefiero no hacerlo, ni ahora ni nunca. ¿Qué quieres?

—Solo quería venir a verte, ya te extrañaba.

—¿Quién te dio mi dirección y departamento? Aguarda, no me interesa saberlo. Ahora, si eres tan amable vuelve por donde viniste, estoy esperando a alguien —respondo intentando cerrar la puerta pero no me deja.

—Oh, vamos—dice tratando de parecer arrepentido—. Solo vine a recomponer las cosas.

—Bien, me alegro por ti. Pero yo no estoy interesada en hacerlo, así que vete por favor.

De repente, toma mis muñecas con cierta violencia. Sus facciones se vuelven sombrías y realmente estoy esperando que venga alguien a ayudarme.

—Creo que no estás entendiendo, Camille. Recompondremos las cosas por las buenas o por las malas —dice con seriedad—. Ya te perdí una vez, no quiero privarme de que estés conmigo nuevamente.

Las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas con desesperación y siento que mi garganta se reseca por el miedo de tener a pocos centímetros a quién me ha maltratado.

—No llores, dulzura. Si no gritas no te haré tanto daño, sé buena niña.

En un segundo, me besa con agresividad. Me niego a seguírselo, mis labios sienten asco al tener contacto con los suyos. Al notar que no quiero besarlo, Lucas muerde con fuerza mi labio inferior lastimándolo.

—¿Qué haces? ¿Estás loco? —le grito intentando zafarme de su agarre.

—Por ti, Camille —exclama.

El miedo se apodera de mí y no hay nadie alrededor que pueda ayudarme. Nuevamente me besa con desesperación mientras intenta hacerme entrar al departamento, hasta que logro empujarlo. Se frunce su ceño haciendo que su rostro devele todo el enojo que tiene dentro. Me toma con fuerza por la cintura para volver a besarme y morder mi labio. Por un momento, miro a ambos costados del pasillo y a unos pocos metros diviso a Paulo con un ramo de rosas rojas colgando de su mano y que luego arroja al suelo.

—¡Paulo, ayúdame! —exclamo desesperada.

—Ven, amor —me dice Lucas para tratar verse tierno y confundir a Paulo—. Hablemos tranquilos.

Pero no se acerca ni un centímetro. Sus facciones poseen la confusión y tristeza absoluta, y por eso mismo da la vuelta sin decir una sola palabra. A los segundos lo veo desaparecer del corredor.

—¿Me abandonaste por ese tonto? Por lo visto es fácil de engañar.

—¡No te acerques más! —le advierto.

—¿O si no qué harás?

Sus firmes palabras retumbaron en mis oídos y el puño de su mano golpea mi pómulo con fuerza.

—¡Basta, por favor! —imploro llorando y arrodillándome en el suelo.

Otra vez su puño se hace presente en mi pómulo haciendo que este sangre.

—¡Detente ahora mismo! —exclama una voz conocida.

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No saben lo que me costó narrar este capítulo, casi se me caen las lágrimas.

Por qué Paulo no ayudó a Camille? Lo van a descubrir más adelante.

Comenten y denle estrellita :)