Querrás repetir.

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Eran las 23:56 del día 7 de Julio. Quedaban 4 minutos para el cumpleaños de Marta. Había quedado con Carlos y Raúl en ir a las doce en punto a su casa con algún regalo y cantarle el cumpleaños feliz. Mañana quedaríamos para ir al parque de atracciones que había cerca del pueblo.

Estábamos ya en la puerta, y en cuanto sonó el 'pi' de mi reloj indicando las 12, llamamos a su puerta. Su madre sabía que íbamos asíque hizo que abriera ella.

-¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos (aunque Raúl cambió el todos por Marta) cumpleaños feliz! - Marta empezó a llorar de alegría, le dió un beso a Carlos, un abrazo a Raúl y se tiró a mis brazos.

-¡Sois los mejores! - Gritaba ella. Le dimos los regalos. Carlos le regaló un collar precioso que tenía una especie de infinito. Raúl le regalo una corona de princesas igual que la de la foto. Marta se empezó a reír al recordar eso, y yo le di la foto y un morro de pato. Teníamos una especie de tradición de regalar alguna gilipollez a parte del regalo que de verdad mola.

-Mañana a las 9 en el patio de enfrente de vuestra casa. - Marta se despidió y nos fuimos a casa.

-No os durmáis. - Les dije mientras íbamos a casa.

-Creo que aquí la más dormilona eres tú. -Dijo Raúl. Yo rodé los ojos y entre a casa. Me puse el pijama y me fui a dormir. Mi despertador sonó a las 8:30. No necesitaba mucho tiempo para arreglarme. Cogí el móvil para poner algo de música mientras me vestía.

Manta del fútbol : Dormilona

No pude evitar sonreír. Me puse unos pantalones cortos y mi camiseta del Milan. Me puse un bikini debajo, hacía demasiado calor y nos tendríamos que montar 21873623 veces en las atracciones de agua. Metí mi móvil, dinero, llaves y la comida en una mochila y salí de casa. Cuando estuvimos los 4 nos fuimos a la parada del bus. Marta se sentó con Carlos y yo con Raúl. Tenía tanto sueño que me quedé dormida en su hombro.

-Dormilona, hemos llegado. -Dijo Raúl despertándome. Abrí los ojos, bostecé y salimos del bus. No había demasiada cola, era Julio y martes. La gente aún trabajaba.

Entramos al parque, hacía tanto que no venía que parecía una niña pequeña.

-Vamos a esa de agua. -Dije señalando una. Era una cascada gigante de las que caían las barcas. Nos montamos los 4 en la tercera fila. Los nervios recorrían mi cuerpo. Siempre me habían dado cosa estas atracciones. La barca arrancó y poco a poco nos acercábamos a la cascada. Empecé a reírme, los nervios aumentaban mi risa. Raúl me miraba extrañado. Cuando empezamos a gritar, creo que me dejé la garganta arriba con todo lo que grite. Salimos de la barca, cogimos la mochila y salimos de la atracción.

-Me has dejado sordo. -Dijo tocándose los oídos. Me empecé a reír más.

Nos montamos en algunas más de agua, hacía mucho mucho calor. Luego Marta y Carlos se fueron a la parte de las casetas para ganar premios y nos dejaron a los dos solos.

-Vamos a esa. -Dijo señalando una montaña rusa enorme en el que te daba la vuelta. La miré con miedo y trague saliba. -¿Vamos?

-No puedo. -Dije muerta de miedo.-Nunca he montado en ninguna montaña así y me da miedo.

Raúl me cogió y nos puso a la cola. -¿No me has oído? Me da miedo.

-Pero yo voy contigo, tranquila. No pasará nada. Además, después querrás repetir.

-Si, como con los besos.-Dije riendo.

-No puedes negar que quieres repetir. - Antes de contestarle nos montamos en el vagón. Él estaba a mi lado y yo miraba al frente. Sentía que me iba a dar un infarto. Raúl vió mi cara, mis ojos llenos de miedo, y me cogió la mano. Eso me tranquilizó un poco. La atracción empezó a moverse. Sonaba el tlatlatrla que hacía el vagón al moverse. Subimos una ¿rampa? y vi la caída .Antes de caer ya estaba gritando. Yo no sabia que estaba pasando, ni cuando estaba del derecho y del revés, yo solo gritaba y gritaba. Salimos de la atracción y yo aún estaba en shock.

-¿Estas bien Sandra?

-¿BIEN? ESTOY FENOMENAL. HA SIDO INCREÍBLE. HAY QUE IR A MÁS DE ESTAS. -Dije saltando. Había sido brutal. Bajamos y antes de salir había una caseta. Habían echo una foto en una de las bajadas. Nuestra foto era la 36. Yo salía con los ojos cerrados y gritando. Raúl salía con los ojos achinados y como sonríendo pero como en los dibujos cuando van a mucha velocidad. Empecé a reírme al ver esa foto.

-¿Ahora a cual vamos? - Pregunté.

Nos montamos en unas cuantas montañas más, fuimos a un cine en 3D y a dos o tres de esas de dar vueltas. Empezamos a tener hambre, asique quedamos con Marta y Carlos en unas mesitas al lado de una montaña rusa de un dragón. Nos sentamos Raúl y yo a esperarlos. Saqué mi bocata y empecé a comer.

Marta y Carlos vinieron y se sentaron. Ella sacó un peluche de un unicornio rosa de la mochila y me lo enseñó. Se lo había ganado Carlos en una caseta de estas de lanzar flechas a los globos. Terminamos de comer y, como no, Carlos y Marta volvieron a desaparecer.

-¡No puede ser! - Dije arrastrando a Raúl a una atracción.

-Son coches de choque Sandra. Hay en las fiestas de todo pueblo.

-Molan igual. Sube a un coche. -Dije montándome en uno naranja con el número 14. Sonó una música extraña y comenzaron a moverse los coches. Yo solo iba a por mi amigo, a los demás los ignoraba bastante. Chocábamos cada dos por tres y yo no podía parar de reír. Sonó otra vez la música esa que indicaba que se había acabado. Bajamos los dos y fuimos a otra atracción.

Raúl quería que nos montáramos en un pasaje del terror, a lo que me negaba rotundamente. Era la persona más miedosa del mundo, no iba a montarme en eso. Creo que a Raúl no le importó mucho mi decisión, me cogió en brazos e hizo que entráramos. Me hizo subir a un coche y empezó a moverse.

Salían brujas, fantasmas y cosas de esas. Era todo muy falso, pero yo estaba muerta. Me acerque lo más que podía a él y le abracé con todas mis fuerzas. En una de estas salió Dracula de la nada, lo que me hizo gritar y esconder mi cabeza en el cuello de Raúl. Por fin salimos, yo aún temblaba.

-Toma anda. -Dijo dándome agua.

-Tú lo has echo para que me abracé a ti. -Dije cuando pude hablar.

-Y lo he conseguido. - Dijo sonriendo. Intente mantenerme seria y enfadada, pero no pude y también me reí.

Ya eran las 10 de la noche, y a las 11 había un espectaculo con fuegos artificiales y esas cosas. Nos sentamos en otra mesa para cenar y vinieron Marta y Carlos. Los chicos fueron a por una pizza para cenar y nosotras dos nos quedamos en la mesa.

-Veo que estas pasando un buen cumpleaños.

-¡Es increíble Sandra! - Dijo sonriendo. - Tú tampoco lo estas pasando mal eeh. -Dijo dandome un codazo. Yo ignoré eso y vinieron los chicos con la pizza. Terminamos de cenar y cogimos un buen sitio para ver el espectáculo.

Empezó el espectáculo con fuegos artificiales, agua y música. Los dos tortolitos estaban abrazados y con sus labios pegados mientras yo veía el increíble espectáculo.

Raúl puso su brazo en mi hombro e intento acercarse a mi.

-Quita el brazo de ahí o te lo corto . -Amenacé.

-Hemos estado más cerca, no creo que esto te moleste. -Dijo acercandose más.

-Siempre en contra de mi voluntad. -Dije sin apartar la mirada del cielo. Raúl me miraba, sonriendo como siempre. Desvié mi miraba para verle a él y se acercaba más. ¿Por qué no me apartaba? Y cuando creía que me iba a besar, me dió un beso en la mejilla. ¿Pero qué cojones le pasa a este tio? Él rió y seguí viendo las luces.

Salimos del parque y nos montamos en el autobus.

-Si fuera en contra de tu voluntad, te habrías apartado.

-Solo tiene gracia hacer la cobra cuando estas más cerca y se te queda cara de tonto. - En verdad no quería hacerle la cobra, aunque jamás admitiré eso delante de nadie.

-Seguro que es eso. - Rió.

Llegamos al pueblo y cada uno se fue a su casa. Había sido un día increible. Era demasiado extraño que me gustara tanto estar con Raúl. Eso me asustaba.

Love TrophyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora