Superficial.

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Me despertó la luz del día. Me había olvidado de bajar la persiana. Por suerte, no volví a soñar esa cosa tan rara. Siempre le contaba estas cosas a Marta, pero sabía que pensaría cosas que no son.

La mañana y parte de la tarde pasó demasiado despacio para mi gusto . Deseaba que fueran las 6 para poder ir al campo. Eran las 5:30 y aunque tardaba 10 minutos en estar lista y en llegar, me empecé a preparar. Me puse mi camiseta del Chelsea y un pantalón de futbol para entrenar. Me hice una coleta, me puse las medias y las zapatillas. Guardé las cosas en la mochila y salí de casa con los cascos puestos.

Esperé hasta que fue la hora y estuvimos todas en el campo.

-Bienvenida. -Dijo mi entrenador Rafa. Yo le sonreí y comenzamos a entrenar. Eran todas bastante..majas. Por desgracia, no eran de aquí la mayoría. Sin duda, la más simpatica era la portera. Se llamaba Andrea, y era muy buena portera. Yo juagaba de delantera. Terminamos de entrenar y me mandaron al vestuario, ellos tenían que hablar nosequé cosas de la temporada pasada y yo ya me podía ir.

Entré al baño y cogí mis cosas. Me giré para entrar a uno de los vestuarios y cambiarme, cuando vi a Raúl mirandome.

-¿Qué haces aquí? Tienes que irte. -Señale la puerta.

-Solo quería felicitarte por el entrenamiento. - Rodé los ojos y le empuje a la puerta. Pero oí voces. Mierda, no podían verle aquí. Le metí corriendo en un vestuario, entre yo también y cerré la puerta con pestillo.

-Imbecil. -Susurré. Abrió la boca para hablar pero la tape. Hice un gesto con mi mano para que se callara. -Date la vuelta. Me tengo que cambiar. -Sonrió y se dió la vuelta.

Empecé a cambiarme, de vez en cuando miraba para ver si me estaba viendo. Se porto bien, le tengo bien entrenado.

-Sandra, ¿estas bien? -Grito una de las chicas.

-Sí, tranquilas, podeis iros. -Grite.

Cuando ya no se escuchaba a nadie más abrí la puerta y salimos del vestuario.

-Eres idiota. -Dije andando hacía casa.

-Encima que vengo a apoyarte en tu primer día de entrenamiento.

-Espero que no hayas visto nada cuando me estaba cambiando.

Raúl rió. -Vamos Sandra, no eres tan guapa.

Llegamos a mi casa y le fui a dar dos besos. Me acerqué mucho, y como era de esperar, intentó besarme de nuevo. -No, que soy fea. -Sonreí y entre en casa.

Me duché y me puse el pijama. Cené algo y me tumbe en la cama, como cada noche, y miré el movil.

Marta : Siento no haberte acompañado al entrenamiento, mañana te lo compenso con una noche de las nuestras !

Por estas cosas, era la más mejor.

Manta del fútbol : Eres demasiado superficial, San.

Sandra : ¿Superficial?

Manta del fútbol : Sí, has dado a entender que solo se besa a alguien guapo.

No me podía creer esa conversación. No pude evitar sonreír al recordarlo.

Sandra : Era solo una excusa para no besarte.

Manta del fútbol : Si te mueres de ganas, no puedes negarlo.

Sandra : Yo creo que si puedo negarlo, ya que no es cierto. - Reí.

Nos quedamos un rato hablando hasta que decidí dormir. Mañana volvía a entrenar. Había que estar a tope para el inico de temporada.

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