Lazos rojos y angelitos.

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Le ayudé a levantarse para llevarle a casa, el se agarraba el estomago y yo le cogia del brazo. Aún caían lágrimas por mi mejilla al verle asi, no podía. Joder. Tras un largo y lento camino, llegamos a nuestra calle y le lleve a mi casa para curarle. Mi madre ya estaba en la cama, así que fuimos a la cocina y cogí el botiquín. Eche alcohol en algodón para la ceja y el labio.

-¿Te duele? -Pregunté mientras intentaba hacerlo de la manera más suave posible.

-Un poco.-Susurró.

Me dolía mucho verle así, quería matar a Marcos.

-Quédate aquí a dormir. -Me salió sin pensar. Tenia la necesidad de cuidar de él. Como cuando le cuide cuando estaba enfermo. Esto iba demasiado rápido y ¿Sabes que? no me asustaba.

-¿Y tú madre?¿No pensará cosas raras?

-Le explicaré lo que ha pasado.

Raúl sonrió y bajo de la silla. Le ayude a subir las escaleras  y entramos a la habitación.

-Te ayudaré a ponerte el pijama. - Él me miró sorprendido y yo rodé los ojos. -No veré nada nuevo ¿no?

Cogí una camiseta mía ancha y una manta, ya que tendríamos frio y ya que estaba en el armario me ahorraba un viaje. Le quite la camiseta y le puse la mía con cuidado, luego se quitó los pantalones y se metió en la cama. Yo me puse mi pijama y me metí en el otro lado bajo tres mantas. Estábamos frente a frente y tenia unas ganas inmensas de besarle. Pero no podia, sabia que le dolería el labio. Le di un beso en la mejilla y susurre -Te quiero.

-Yo también te quiero. -Y me dio un dio un beso en los labios a pesar de tener el labio así. Poco a poco nos quedamos los dos dormidos.

Me desperté cuando entro luz por la ventana, abrí lentamente los ojos y le vi ahi, dormido, extremadamente adorable. Le dije despierta unas 5 veces 'despierta'. Y con cada 'despierta' un beso respetando sus heridas.

-Buenos días. -Dijo sonriendo aun con los ojos cerrados. Yo sonreí y él poco a poco abrió los ojos.

-¿Qué tal tus heridas?

-Bien, aun me duele el estomago y la cara, pero bien. -Le di otro beso, salí de la cama y fui al baño.

Cuando volví vi una nota pegada a mi puerta. Mi madre se había ido a comprar. Ostia,es verdad, hoy es nochebuena.

-Estaré horrible para nochebuena. -Dijo cuando entre en la habitación.

-Tú siempre estas horrible. - Bromee.

-¿Qué te vas a poner?

-Unos vaqueros y una camiseta.

-Tienes que ponerte un vestido. -Dijo serio.

-En noche vieja me obligarán..Hoy me dejan libre. -Dije tirandome a la cama.

-En noche vieja hay que darle un beso a alguien a las 12:00.

-Tú pasaras esa noche con tu familia y yo con la mía. Lo veo difícil. -Reí. Él no dijo nada, solo se tumbó encima de mi y me beso. -Idiota, te vas a hacer daño.

-No me importa. -Sonrió y volvió a pegar sus labios a los míos. Me giró para quedar yo encima suya y sin querer le di un rodillazo en la tripa y se quejo.

-Lo siento lo siento lo siento. -Dije bajandome.

-Puto Marcos, por su culpa se ha estropeado este momento.

-¿Por qué ayer no te defendiste?

-Porque yo también querría matar por ti. -Oh, eso quedo muy bonito.-Y porque no me gusta la violencia. Malos recuerdos.

-¿Qué paso?

-Hace tiempo me gustaba mucho una chica a la que no pude tener porque se enfado conmigo. Me pelee con un chico que también iba detrás de ella.

-Oh..lo siento.

-Lo importante es que ahora estoy contigo. ¿No? -Sonrió. Yo le devolví la sonrisa y le volví a besar.

-Deberías irte a casa, tus tíos estarán preocupados.

Se levantó de la cama y cogio su ropa para vestirse. En serio, creo que cada día estaba más bueno. Por dios, me costaba controlarme. Me dio otro beso y salio de la habitación para irse.

Al rato vino mi madre cargada de bolsas con comida para esta noche. La ayude a colocar las cosas y a hacer la comida.

Comimos las dos juntas rápidamente y empezamos a preparar todo para esta noche. No éramos mucho de celebrar la Navidad, asique mientras ella preparaba la comida yo ponía los adornos.

Empece a poner el árbol, y como me aburría puse también mi música.

Tras estar media tarde poniendo lazos rojos y angelitos por toda la casa, termine de decorar la casa. Sólo faltaba poner la estrella en la cima, pero eso siempre lo ponía mi padre, asique no me atrevía a ponerla. Eran las 7 y empezarían a venir a las 9,asique fui a la cocina a ver si necesitaba ayuda mi madre.

-Tranquila cielo, ya esta todo echo. Sólo falta que se termine de hacer el pollo. -La notaba mal. Se que aún estaba afectada por lo de mi padre. La di un beso y subí a ducharme.

Tras una larga ducha, salí del baño con solo una toalla y fui a la habitación para vestirme. Coloqué mi ropa en la cama y me tumbe un rato aun con la toalla. Cuando me quise dar cuenta, tenia la cama empapada. Me levante y me vestí para peinarme. Me alise el pelo, aunque lo tenia más o menos liso había algunas ondas asique lo deje liso del todo. Me maquille pero solo me puse la raya. Era lo único que me gustaba. Me eche colonia y baje a esperar a que vinieran mi familia.

Sobre las nueve y media llegaron mis abuelos, mis tíos y mis primos. Sólo faltaba mi otra tía con mi abuela. Aunque mis padres ya no estuvieran juntos, seguían siendo mi familia. La cena era de lo más divertida. Siempre hacen bromas escondiendo tenedores y servilletas a otra persona. También aparecía la pregunta de ¿Tienes novio? a lo que mi madre se encargaba de hablarles de Raúl.

-¡Yo con tu edad empece a salir con tu tío Jaime! Y mira, hoy seguimos juntos. 36 años que llevamos juntos.-Me decía mi tía Adela.

-Di que no. Aún eres muy joven.-Respondía mi tío Paco.

-Pero ellos se quieren. Doy fe. Cuando Sandra tenia la pierna mal, venía a verla tooooodos los días.

-Mama..-Dije más roja que un tomate.

-Nos lo tienes que presentar, hija, tiene que pasar nuestro examen.-Mi tío daba bastante miedo. Siempre ha sido muy protector en el tema de los chicos. Continuamos cenando y, por suerte, dejaron atrás el tema de Raúl y se centraron en los viejos tiempos. Contaban anécdotas de cuando eran pequeños. Tras terminar de cenar fuimos al salón a poner música y esas cosas. Estuvimos un rato bailando y haciendo el tonto. Tenia suerte de tener esta familia. Pero, sin duda, era mejor noche vieja . También venían mis primos y había mucha más fiesta. Sonaba casi todo salsa y mambo y mi tía me sacaba a bailar. Pero no sabia y no hacia más que pisarla.

-Te voy a enseñar a bailar para cuando quedes con Raúl.-Iba a rechistar pero sabía que era inútil y le seguí el rollo. Me enseñó a bailar salsa y  bachata, aunque odiaba esa música. Luego baile con mis abuelas, no se que haría sin ellas dos. Son, realmente, las personas que más quiero en este mundo. Luego baile con mi prima Lucía y me preguntaba cosas de Papa Noel. No estaba preparada para contestar estas cosas. Sobre las 2 de la mañana , se fueron todos y yo mi madre nos subimos a dormir sin recoger nada. Mañana se recogería todo, estábamos muertas.

Love TrophyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora