San Valentín.

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Me separé de Raúl y me giré para hablar con este señor.

-Usted dirá.

Sacó una tarjeta del bolsillo y me la dió Eduardo Romero. -¿Conoces el equipo...

- ¡Como no conocerle! - Grite emocionada. Sabía perfectamente quien era.

-Bien, pues quería preguntarte si querrías entrar. Te he visto jugar y eres buena. Muy buena.

-¿Me lo está diciendo en serio? ¿O es una broma? - No me lo podía creer. Esto era como un sueño.

-En serio. -Rió. -Claro que tendrías que ir a Valencia a entrenar. Te vendríamos a buscar, ya que también quiero hablar con Laura. Bueno, y luego te trairiamos. Entrenaríamos casi todos los días y todo eso, ya sabes.

Habría dicho que sí sin pensármelo dos veces, pero vi a Raúl a mi lado y recordé que una de las mejores cosas de los entrenamientos son las idas y las venidas en las que me acompaña él. Y si se iba..perdería tiempo con él. No le vería la mayoría de los días, ya que me pasaría la mitad de las tardes allí. Y se interpondría en mis estudios.. Que díficil decisión. Me quedé unos minutos pensándolo, mirando al suelo intentando aclarar mis ideas.

-Sandra, dirás que sí ¿no? - Interrumpió mis pensamientos. Le miré, me miraba con una sonrisa tan bonita que tiene y.. y que vería mucho menos si dijera que sí.

-Lo siento, pero no puedo. - Me digné a decir.

Le fui a devolver la tarjeta pero no la aceptó. -Si cambias de opinión, mi número esta en la parte de atrás. - Y se fue.

-¿Por qué no has aceptado? - Solo me encogí de hombros. Sabía que si le decía que era por el, jamás me dejaría negarme. Antes de que pudiera seguir con las preguntas, entre al vestuario a cambiarme.

Cuando salí, él seguía ahí esperándome con el móvil que dejo para sonreírme en cuanto me vio llegar .

-Sigo sin saber porqué has dicho que no. -Dijo cuando caminábamos hacía casa.

-Estoy agusto aquí.

-¿Y porqué no me creo que sea solo eso?

-Tú sabrás. - Reí. No le diría la verdad.

-¿Sabes que mi primo esta saliendo con Vero?

-¿Qué Vero?

-Pues.. Vero, la de la fiesta.

Dios mío, pobre Carlos. Él se merecía algo mucho mejor. No lograba entender que hacía con..eso.

Le di un beso, para despedirme e irme a casa. Pero no me dejo, me cogió del brazo antes de poder entrar.

-¿Qué pasa?

-Hoy pasamos el día juntos.

-¿Por qué es San Valentín?

-¿Quién ha dicho que sea por eso? - Dijo sonriendo de lado.

-Además me tengo que duchar y todo..- No contestó, solo me cogió y acabé encima de su hombro boca abajo. Llegamos a la puerta y me bajó tan rápido que terminé mareándome. Cuando se me paso entramos y su tía vino a la puerta a recibirnos. Estuve un rato hablando con ella, ya que Raúl me había dejado sola. Cuando terminamos de hablar, subí a su cuarto.

Cogí una toalla y salí dirección al baño para ducharme.

-¿No quieres que te acompañe al baño? - Dijo detrás de mi.

-Sé ir sola, por si no te acuerdas, ya me duche aquí el día que me dejé las llaves dentro de mi casa. -Reí. Él hizo un puchero y le di un beso antes de meterme al baño. Tras una relajante ducha, salí de la bañera y me envolví en la toalla cuando caí que no tenía más ropa que la equipación sudada..-Mierda..-Susurré. ¿Qué hago ahora? No me quedó más remedió que salir con la toalla a la habitación de Raúl. Miré al pasillo y cuando vi no que no había nadie corrí hacía su habitación. Cerré la puerta y a Raúl mirandome con una sonrisa. Normal, no todos los días me vería ir semidesnuda y mojada a su cuarto.

-Necesito algo de ropa.

-Puedes quedarte así. -Bromeo. Fruncí el ceño y se giró al armario para darme algo de ropa.

Cuando me la dió, abrí la puerta para que saliera y me miró extrañado. -Imaginate que me encuentro a Carlos, o a tus tíos. Me moriría de vergüenza, es más fácil que salgas tú.

-O también podría quedarme aquí. - Rodé los ojos y se dirigió a la puerta, pero antes de irse junto sus labios a los míos, que me pillo tan de sorpresa que casi se cae la mini toalla que llevaba envuelta. Cuando se fue, cerré la puerta y me vestí lo más rápido posible. Me estaba muriendo de vergüenza...Esto no podía estar pasandome a mi..

Cuando acabé de vestirme, bajé a la cocina a ayudar a su tía a hacer la comida.

-Hola, cariño. - Dijo sonriendo. - Voy a hacer chuletas ¿Te gustan no? Como a Marta no le gustaban..Anda que que pena que hayan roto, con la buena pareja que hacían. Espero que a vosotros dos no os pase nada de eso.

-Hombre..si se va, veo díficil que funcione con cada uno en una punta del país.

-¡Si ayer me dijo que se estaba pensando el quedarse! ¿Y sabes por qué? Por ti, hija, por ti. ¿No te lo ha dicho?

Aaaaaaaaaai, en ese momento creo que estaba más roja que un tomate. -Pues no, tiene esa manía de no contarme las cosas importantes..

-Seguro que te lo dice dentro de nada.

Terminamos de hacer la comida y poner la mesa para comenzar a comer. Su tío estaba en una comida de trabajos, asique comimos solo Carlos, Elena, Raúl y yo.

Tras una comida llena de conversaciones absurdas y tonterías, Raúl y yo nos subimos a su cuarto después de recoger la mesa. Cuando cerró la puerta, me lancé sobre él a darle un intenso beso.

-¿Y esto? - Dijo sonriendo aún a milimetros de mis labios. No contesté, solo le di otro beso. -Tengo que darte una cosa.

-¿Regalo por San Valentín? ¿En serio? - ¡Como odio este día! El amor se demuestra cada día, no solo uno. Raúl no me contestó, solo fue al armario y me dió una bolsita.

Lo abrí, era una foto nuestra que nos hicimos cuando fuimos a esquiar. Saliamos con la lengua fuera, el casco y las gafas de ventisca puestas, era perfecta...-Es preciosa..-Susurré viendola.

-Te quiero mucho. -Dijo antes de darme otro beso.

-Ai, que cursi eres. -Reí y le volví a besar. La verdad es que me encanta que sea así.

Pasamos una tarde perfecta, igual que todas las que paso con él. ¿Cómo me hace ponerme tan cursi en algunas ocasiones? Aunque estas tardes me alegraban la semana, también me deprimían al imaginarme que aún había la posibilidad de que se fuera.

Empezó a anochecer, y decidí irme a casa, asique me despedí de todos y me fui. Cuando llegué, empezó el interrogatorio de mi madre, pero estaba muy cansada como para contarle todo por lo que le dije que ya le contaría y me fui a dormir. Otro día para añadir a mi lista de días estupidamente perfectos. Y lo mejor es que la mayoría son los que he pasado con él.

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Quedan 3 capitulos para el final.

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