Increíble.

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En vez de decir nada, poso sus labios sobre los míos. Aunque era un buen método para acabar la conversación,me gustaría saber si yo también le gusto o es solo por diversión.

-No tendrías que haber salido de la cama.

-Qué tengo muletas. No estoy terminal. - ¿Porque todos me trataban como si me fuera a morir?

-Encima que me preocupo por ti. - Dijo levantándose y ayudándome a mi. Entramos en casa y me subió a la habitación. Cuando me dejó en la cama, se fue y seguimos hablando por mensajes.

Manta del fútbol : Ves como te dije que querrías más..

Sandra : Me dirás que tú no los quieres.

Manta del fútbol : No están mal.

Sandra : Imbécil. 

Seguimos hablando un rato hasta que me dormí. Los siguientes días pasaron más o menos igual, Raúl conmigo y sin información sobre Marta. Hasta que, por fin, me quitaron las muletas. Salí del médico y empecé a saltar y bailar. Echaba de menos poder correr. Raúl me estaba esperando en frente, me despedí de mi madre y fui hacia  él. Salté encima de él, echaba de menos poder moverme así. 

Raúl se rió y empezamos a andar. Yo solo sonreía. A pesar de ser las 12 de la mañana, estaba hiperactiva. 

-¿A donde vamos? -Pregunté. 

-Es una sorpresa. -Dijo andando. Seguimos andando en silencio, hasta que llegamos a nuestra calle. Se dirigió a su casa. No entendía nada. Sacó una moto del garaje y me dió un casco.

-¿Me tengo que montar ahí? - Dije con el casco en la mano. Me daban miedo las motos. - Me da miedo. 

-Las montañas rusas también lo hacían. - Vale, no tenía más argumentos. Me puse el casco, me senté en la moto y me agarré a su cuerpo. En cuanto noté que arrancamos, cerré los ojos y me agarré aún más fuerte. Íbamos demasiado rápido y yo estaba al borde del infarto. 

-Sandra, hemos llegado. -Dijo, pero yo seguía agarrada. Estaba temblando. Poco a poco, me bajé y le di el casco. Miré el paisaje, era precioso. Estábamos en una especie de campo, con flores y esas cosas cursis. Será muy ñoño, pero ¿qué queréis que os diga? es increíble.

-Es precioso..-Susurré.

Él sonrió y sacó de la mochila una especie de Picnic, como lo del primer día que salimos Marta y yo con ellos. 

-¿Por qué has echo esto? -Dije sentándome.

-Porque quería. - Sonrió.

-Muchas gracias, Raúl. Nunca nadie había echo tanto por mi.. - Sonreí. Estuvimos un rato hablando y riendo, hasta que llegó la hora de comer. Sacó dos tapers con croquetas y filetes rusos.Riquísimo todo. 

-Y ahora..Hay que repetir el partido. ¿No? Tendrás que volver a entrenar cuanto antes-Dijo sacando un balón de fútbol.

Yo sonreí y me levanté. Empezamos el partido, había mejorado bastante ya que estaba el partido bastante igualado. 

-Has mejorado. -Dije cuando me marcó un gol. Estuvimos así toda la tarde, estuvo genial. Aunque me dió unas que otras patadas, por suerte no me dió en la pierna mala. 

-Oh, no te enfades, has jugado bien. -Dije cuando se hizo el enfadado porque le gané. Él no dijo nada, solo seguía cruzado de brazos cual niño de cinco años. Era tan mono..y yo tan cursi.. Me tiré encima de él y le di un beso. A lo que no pudo más y sonrió. 

-Cada día quieres más eh..-Dijo aún debajo de mi. Me agarró de la cintura y se dió la vuelta. Me puso debajo de él con los brazos a los lados para no aplastarme.

-¿Y tú no? 

-Yo no he dicho eso. Y con este precioso día..creo que me merezco alguno más. - Dicho esto, le di besos por toda la cara hasta que llegué a la boca. Me quedé unos segundos parada, pero él me despertó de mi trance con otro beso. ¡Esto cada día era más bonito! - Ven, tengo que enseñarte una cosa. -Dijo quitándose de encima y levantándome. Me hizo andar por medio del bosqué, en el que casi me caigo varias veces con las ramas. Aunque era bastante bonito. Y estaba lleno de bichos. Puaj. Llegamos a una especie de precipicio. 

-¿Me vas a tirar por ahí? -Bromeé. 

-Has descubierto mi malvado plan. - Dijo sentándose. Me hizo un gesto para que le imitara. Me senté a su lado y miré hacía delante. Se veía un río y más bosque. Y, a lo lejos, más pueblecitos pequeños. A la derecha se veía el mar, y a la izquierda más bosque. La verdad es que era muy bonito. Nos quedamos sentados, callados, viendo el paisaje un largo rato hasta que empezó a anochecer.

-Es increíble..-Dije mirando el atarceder. Se veía el sol enorme, y el cielo de mil colores. 

-Lo sé.- Dijo mirando al cielo. 

-¿Cómo descubriste este lugar? 

-Donde vivía antes, había un lago precioso donde iba cuando necesitaba pensar. Y cuando me vine aquí, tuve que buscar otro lugar para eso. Asique salí a buscarlo y dí con esto.

-Pues es genial.

Nos quedamos ahí hasta que se escondió el sol del todo. Había sido alucinante. Entró la noche, y se veían las estrellas. 

-Mira, esa es la vía láctea. -Dijo tumbándose y señalando al suelo. Estuvimos hablando de estrellas hasta que empezó a hacer frío. Nos levantamos y fuimos hacía donde habíamos dejado la moto. 

-¿Nos hemos perdido? -Dije asustada. Llevábamos un rato andando y no habíamos encontrado nada. 

-Que no, tranquila. - Dijo cogiéndome la mano. Seguimos andado un rato más y yo ya había perdido la esperanza. Pensaba que nos quedaríamos allí toda la noche. Y yo seguía con frío. Seguía congelada. De repente noté que un arbusto de movía y grité. Me salió solo. Raúl me miró y me abrazó. -Vamos a encontrar nuestro 'campamento' ¿vale? Seguro que ya no queda nada para llegar. - Yo asentí y seguimos caminando. Cuando parecía que los dos habíamos perdido la esperanza, vimos el balón de fútbol. Corrimos hacía allí y recogimos las cosas. 

-Espera.-Dije antes de que se subiera a la moto. - Muchas gracias por este día. - Susurré a dos centímetros de su boca. Él sonrió y me besó. Me cogió de la cintura para acercarme más a él y yo le agarré del cuello. Creo que nunca había sido un beso tan genial como ese. Cuando nos separamos, me dió el casco y se subió a la moto. Yo hice lo mismo y volví a agarrarle el torso. Igual de fuerte que antes. Yo seguía con miedo. No me gustaban las motos. 

Él arrancó y salimos del bosque. Yo llevaba los ojos cerrados, no quería ver nada. Cuando los abrí, vi una luz cegadora. Cerré los ojos un par de veces para acostumbrarme a la luz y vi ¿una habitación de hospital?

Love TrophyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora