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Diego...

《Trata de no pensar Diego Bustamante, dejarse controlar por la emociones es cosa de débiles》... repetía intentando sacar de mi mente tantos recuerdos que solo se evaporaban y convertían en amargos al recordar aquellas fotos y las palabras de mi padre.

Con un nudo en el estómago y la tensión a mil bajé del auto para conducirme directo al juzgado donde se encontraba ella.

Caminé a pasos apresurados porque me había agarrado el tiempo, murmullos de gente hablando por teléfono se colaban en mis oídos y me fastidiaba, el ruido me molesta mucho cuando estoy en una situación como ésta.

Cuando por fin llegué a la oficina indicada la pude observar y no pude evitar la sensación de una corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo ante lo que iba a suceder.

Iba a terminar todo entre nosotros.

Ella estaba junto con su abogado, miraba al frente sin casi parpadear, sin despistarlo mientras él le daba las últimas indicaciones, no hice demasiado ruido al ingresar y no se percataron de que lo hice. El abogado que me representaba estaba dentro de esa habitación manteniendo una conversación por celular.

Tragué saliva y no pude evitar observarla de más, llevaba el cabello recogido en una coleta alta que la hacía ver más seria, un vestido blanco con líneas negras ceñido al cuerpo y justo por arriba de las rodillas, acompañado de unos zapatos de tacón negros, mordía su labio insegura, también movía su pierna izquierda, estaba nerviosa, lo sé y no puedo negar que se veía hermosa y eso es lo que más me duele, que esto esté pasando y que haya sido todo su culpa.

Mi corazón palpitaba fuerte, por un momento pensé que no iba a ser capaz, pero a mi mente volvieron las palabras de Javier y mi sangre volvió a envenenarse. Al fin de cuentas sé que esto será lo mejor, si se pierde la confianza ya no debe de haber porque luchar, sé que estoy haciendo lo correcto y nunca me voy a arrepentir.

No he conocido a la primera persona que se haya muerto de amor y aunque todavía siento algo por ella sé que mataré todos estos sentimientos, ahora que tengo a Belén y que esperamos un hijo debo empezar a verla con otros ojos, tengo que arrancar a Roberta de mi corazón y cabeza de una vez por todas, el divorcio será solo el inico de esta gran batalla.

Aclaré mi garganta para avanzar, todos voltearon a verme, ella lo hizo por un segundo y luego bajó la mirada para ver al frente, no  quería quitarle los ojos de encima, necesitaba observar cada uno de sus movimientos.

Diego: Buenos días -Saludé mientras desabroché dos botones de mi camisa para poder respirar mejor y luego me senté.

Todos respondieron a mi saludo aunque ella no me vio a la cara, estaba revisando su celular. Además de nerviosa se veía molesta, muy molesta, mi presencia le incomodaba y mucho.

Me quedé callado aunque deseaba decir muchas cosas, ese fue el consejo del abogado y él es el experto aquí, yo también estaba nervioso y no puedo negarlo, además tenía mucha rabia dentro de mí, quería terminar con esto de una vez por todas, gracias al señor el juez se dignó en aparecer antes de que la tensión y el silencio en esas cuatro paredes hiciera efecto.

Juez: Buenos días -Era un hombre aproximadamente de cincuenta años, saludó cordial y luego sonrió antes de sacar sus lentes y colocarselos para revisar los documentos. -Estamos aquí para concluir el proceso de divorcio entre el señor Diego Bustamante Dreg. -volteó a verme.

Diego: Así es su señoría -moví mi cuello porque estaba tensionado.

Juez: Y la señora Roberta Alejandra María Reverte Rey.

Roberta asintió.

Juez: Permítanme revisar aquí -se detuvo a leer punto por punto el documento.

Lo Mejor De Mi Vida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora