Lo Mejor De Mi Vida ©

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Karol...

El día de la celebración de la familia llegó y mis hermanos y yo estábamos super contentos de que mis papis iban a ir juntos. Este día nos gusta mucho porque lo pasamos divertido con nuestros compañeros y sus familias.

Mami nos mandó a peinar a Karen y a mí, nos gustó mucho, ambas teníamos un short y una camiseta azul, mi mami también iba de ropa deportiva porque la profe dijo que teníamos que ir así ya que el día de hoy solemos jugar. Alex iba con una camisa azul y un pantalón beige, él es todo un galán y quedó muy simpático.

Esperábamos impacientes a nuestro papi en la entrada del colegio, quería que los niños vieran a mis papis juntos y ya no molestaran, los tíos y los primos ya habían llegado y la tía Luján  nos molestaba de que nos iba a ganar en las competencias, pero eso no iba a suceder porque mis papis y nosotros somos un buen equipo.

Los tíos ingresaron al colegio, pero nosotros no dejamos entrar a mamá porque no queriamos entrar sin papá.

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Diego...

Voy casi que corriendo porque se me hizo un poco tarde para la actividad con los niños, anoche me quedé dormido en la madrugada, pero alegre porque disfruté de varios vídeos creados en familia.

Sonrío de lejos porque cuando los niños me ven empiezan a saltar emocionados señalándoles a Roberta que ya he llegado. La miro a ella y se ve sencillamente hermosa, suspiro al verlos a todos y sigo caminando.

Karen: Papi por fin llegaste. -salta a mis brazos cuando estoy junto a ellos.

Karol: Pensé que no ibas a venir -dice sujetando el cuello de mi camisa.

Diego: Yo nunca les quedaría mal a mis princesas y a mi campeón. -les doy un beso a todos.

Alex: Vamos a decirle a los tíos que ya llegó papá -le dice a sus hermanas y ambas salen corriendo.

Quedamos los dos solos y la incomodidad que se siente es tormentosa. Carraspeo y le dirijo la palabra.

Diego: Buenos días ¿Cómo seguiste?

Roberta: Buenos días... Bien, bien -se queda pensativa viendo al frente como si no quisiera hablar.

Trato de no insistir con la pregunta y me dedico a mirar a mis hijos con unos compañeros seguramente presumiéndonos como siempre.

Veo de reojo a Roberta que mira al suelo y está recostada a la pared.

Diego: Deberíamos de entrar  ¿No crees?

Ella asiente, pero primero posa su mano en mi hombro deteniéndome.

Roberta: Diego quiero hablar contigo.

Mis músculos se tensan y me pongo nervioso en cuanto ella se para frente a mí y posa su mirada con la mía por unos segundos, luego la baja y vuelve a mirarme como si estuviera nerviosa.

Diego: Dime. -humedezco mis labios, estar cerca de ella y no poder besarla ni decirle cuanto la amo es una tortura.

Roberta: Solo quiero decirte que lo que suceda el día de hoy -ella no despega la mirada de mis labios que quedan justo frente a sus ojos, muerde su labio inferior y cuando se da cuenta que la analizo parpadea y me ve a los ojos- lo que suceda el día de hoy es por solo por nuestros hijos. No quiero que te crees falsas esperanzas de algo que no va a ocurrir.

Me frustro ante su comentario, pero no bajo la guardía, no voy a rendirme por recuperarla.

Diego: Esta bien, no voy a hacer nada que te moleste, pero si quiero decirte algo, quiero decirte que estás hermosa.