ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏ

1: ¡Ser Padre Soltero es Genial!

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-¿Quieres que lo cuide por un tiempo? – su madre, Izayoi Taisho miro a su hijo con cierta inseguridad.

-No mamá, yo puedo cuidar muy bien de él – dijo mientras arrullaba a su hijo dormido en sus fornidos brazos.

-Deja el orgullo atrás y acepta mi ayuda hijo – recrimino su madre con su ceño fruncido.

Inuyasha Taisho volteo los ojos al ser descubierto, cierto, rechazaba la ayuda de su madre por orgullo, no tenía idea de cómo cuidar de su hijo de recientemente dos meses cumplidos, aun así, él podía con ese gran reto. Él era Inuyasha Taisho y él, podía con todo.

-Mamá, no es orgullo, puedo hacerlo yo solo, enserio. Tu vienes los fin de semana, es suficiente... - dijo restándole importancia al problemilla en sus brazos.

-¿Y tú trabajo? ¿Qué harás? ¿Acaso contrataras a una niñera? – Izayoi lo arroyo de preguntas importantísimas.

-¿Qué? No, claro que no contratare a una niñera. Yo puedo, lo llevare al trabajo, mi hijo parece tan tranquilo como yo – con ternura miro al pequeño, su piel era de un tono claro normal, tenía el cabello claro-señal de que heredaría su color natural de cabello y sus ojos era dorados.

¡Su hijo era la belleza griega en persona! Y claro, teniendo un padre tan hermoso con él, no le sorprendió.

-Cuando tú eras niño, fuiste de todo, menos tranquilo – neutral su madre le dijo.

-Él está tranquilo – se encogió de hombros enseñándoselo a su madre.

-Inuyasha, el pequeño tiene recién dos meses ¡Recién cumplidos! Él no es un juguete ¿Lo entiendes?

-Mamá...- ya cansado su hijo la detuvo – Puedo con esto, es mi hijo y lo cuidaré ¡Ser padre soltero suena genial! – exclamo alegórico y su hijo se removió por su grito, haciendo que Inuyasha se calmara – Prometo que si algo pasa mamá, te llamaré – su hijo alzo del sofá el bolso de bebé con las pertenencias de su hijo.

-¡Inuyasha!

-Adiós mamá – con picardía su hijo le hizo un ademan de mano, retirándose de la casa de sus padres.

-¡Inuyasha! – qué bueno que su padre estaba de viaje de negocios o sino, le daría un coscorrón por ignorar a su esposa.

Inuyasha Taisho, un exitoso empresario, dueño de una de las exitosas empresas fundada por su padre el gran magnate y muy respetado entre la sociedad Inu No Taisho. Tenía 27 años y con hijo de dos meses entre sus brazos.

Mientras su chofer conducía hacía su mansión el observo detenidamente a su hijo. Se había enterado hace tres días que tenía un hijo, y eso no le molesto, lo que lo molesto fue que fue dejado en las puertas del hospital de maternidad Shikon por su biológica madre. La madre había sido una de sus conquistas de una noche y no se volvieron a ver ni saber nada del otro, hasta ahora que se enteraba que había tenido un hijo con ella.

Ese día, había sido contactado por la dirección del hospital y le dijeron tal noticia sorprendente. Supieron como contactarlo debido a una carta dejada también junto con el pequeño, en donde decía solo el nombre del padre, nada más.

En cuanto se había enterado, había mandado que el personal de su mansión empezarán a preparar la habitación de su hijo, una al lado de la suya. Sus empleados habían comprado todo lo que un bebé tendría que tener.

Un cuna mecedora, un mosquetero, muebles ya con ropa, juguetes, habían colocado papel con nubes blancas y fondos celestes, compraron varios móviles musicales, pañales, leche, mamadera, chupetes ¡Todo lo necesario para su hijo!

Sus padres y hermano se habían enterado el mismo día y habían corrido al hospital para ver si la noticia dicha por el peli plata era cierta o solo una de sus tantas bromas. Y sí, al llegar, comprobaron con sus ojos, que lo dicho era cierto, Su hijo Inuyasha y hermano menor, tenía un hijo, uno idéntico a cuando era el de niño, no era necesaria una prueba de paternidad, el niño era un legítimo Taisho.

Habían tardado dos días en entregarle a su hijo, a causa de que los profesionales-y sus padres- querían ver que el pequeño Taisho, estuviera libre de cualquier problema de salud y así lo hicieron, los análisis y estudios demostraron que tenían a un saludable niño.

Y así era la historia de cómo se enteró que era un padre. Ahora, tenía una responsabilidad, pero no sería difícil de cuidar de su hijo ¡No sería nada difícil ser un padre! ¿Cierto? 

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Capítulo 1 mis queridos 

¿Y que tal? 

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