25: Apresúrate.

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-Ba ba ba – balbuceaba Daichi dándole palmadas en el rostro de Inuyasha.

-Kagome...

-Ba ba ba – y recibió más palmadas en su rostro.

-¿Kagome? – entreabrió sus ojos y solo vio los ojos ámbar de su hijo.

-Ba ba...

-Hijo ¿Dónde está Kagome?

-Baaaaa baa.

-Okey... primero te voy a cambiar y luego vamos a buscarla.

-Baaa.

Inuyasha cambio el pañal y de ropa a su hijo, poniéndole un pantaloncillo corto con una remera mangas cortas ambos de color rojo y unas zapatillitas blancas. Inuyasha se puso un pantalón tres cuarto marrón, camiseta blanca y sus chinelas. Se ató su cabello en una coleta de caballo haciendo lo mismo con el cabello de su hijo que ya estaba demasiado largo.

¡Y todo eso con un solo brazo! Ya era todo un experto.

-Bien, no está en la cocina, te haré la leche hijo – lo dejo en la silla de bebé y preparó la mamadera.

-Buenos días hijo – saludó su padre vestido casi de la misma manera que él.

-Hola papá.

-¡Nieto mío! – Inu No lo tomo en brazos haciéndolo reír en la altura – Cada día estás más grande Daichi... solo no seas como tú papá – murmuro para que no escuchase su hijo.

-Te escuché.

-Tal vez eso era lo que quería- se encogió de hombros – Con un solo brazo, muy bien hijo, muy bien.

-¿Viste a Kagome?

-Ah, sí, se levantó temprano y se fue con Koga en la camioneta en busca de leche.

-¿¡Qué!? ¿¡Con Koga!? – exclamo dejando la mamadera de un solo golpe en la mesada.

-Hey hijo, solo fue en busca del desayuno.

-Pero con Koga.

-¿Qué tiene?

-Que Koga trata de conquistarla.

-Entonces te sugiero que te apresures o alguien más listo se te adelantará - le canturreo con simpatía haciendo que Inuyasha se fastidiara más de lo que estaba. Tomo la mamadera en sus manos para después pedir con la mirada a su padre que dejará a su hijo en la silla– Me agrada.

-¿Qué?

-Kagome, ella me agrada. Así que por favor apresúrate –Inu No le palmeo la espalda y salió de la cocina.

-Hijo ¿Qué pasa si Kagome no es de nosotros?

-Ba ba baaa (recibirás muchos regalitos de mi parte) – balbuceo Daichi con su ceo fruncido y labios igual.

-Mejor me apresuro hijo mío.

-Baaa – le acercó la mamadera a la boca de su hijo, haciendo que este la tomará con sus firmes bracitos.

-¿Cómo es posible que se haya ido con ese lobo sucio? – mascullo entre dientes.

°°°

-¿Enserio? Deberías de enseñarme, con la leche fresca creo que saldría exquisito – se escuchaba la voz de Koga después de escuchar la puerta abrirse.

-Sí, son exquisitos, lo he hecho un par de veces cuando mi abuela solía venir de visita y traía así que...

-Ya era hora – ambos recién llegados giraron sus cabezas hacía la voz que los recibía en el interior de la casa.

-Señor... se ha levantado temprano – eran las diez de la mañana, justo en el horario en que su jefe le habían dicho que se despertaban todos en la casa.

-Hola Inuyasha – con desinterés Koga lo saludo – Vamos Kag, dejemos estos bidones en la cocina- Kagome asintió y siguió por detrás al moreno con ambas manos ocupadas al igual que Koga con los bidones de un litro repleto de leche de vaca fresca.

-¿Te fuiste con Koga?

-Sí, trajimos leche fresca señor – mientras caminaban Kagome le hizo ver los bidones, Inuyasha la tomo de su muñeca y la detuvo en el pasillo de camino a la cocina dejando ir solo a Koga.

-¿Paso algo más?

-¿Qué más tendría que pasar señor? – Kagome le sonrió acercando su rostro al de su jefe, rozando sus narices.

-Kagome... - poso su mano en la mejilla de Kagome acercándola a él y dándole un beso anhelado por ambos en el día - ¿Por qué te fuiste sin antes besuquearme? – sonrió en los labios de la azabache al separarse ligeramente.

-Oh...por supuesto que lo hice.

-¿Qué?

-Pero estaba dormido.

-Eso no es justo –susurro antes de volver a besarla.

-Debo ir a calentar la leche.

-Deja que te ayudo – Inuyasha tomo uno de los bidones en su mano y empezó a caminar hacía la cocina con Kagome detrás de él.

-Oye Kag ¿Te gustaría ir está tarde a la ciudad? Prometo comprarte un recordatorio – dijo Koga apoyado en la mesada de la cocina tomando un vaso de agua.

-Creo que está tarde ya teníamos planes ¿No señor? – pregunto Kagome pensativa.

-Sí, nos vamos de excursión.

-¿A dónde?

-No te lo diré – ambos hombres se miraban con rivalidad y Kagome blanqueo los ojos y tomo el bidon de la mano de Inuyasha poniéndolo en la mesa y abriendo uno echándolo en una olla para poder calentarla.

-De todos modos lo sabré.

-No estás invitado.

-Soy familia, obvio que lo estoy.

-No molestes y aléjate.

-¿Alejarme? ¿Alejarme de quién? - Koga mostró una sonrisa burlesca y cínica y se acercó hasta poder decirle algo en un tono confidencial - ¿De Kagome?

-Aléjate de ella. Kagome está conmigo.

-Estoy aquí – si creían que la azabache no lo escuchaban, ambos se equivocaban.

-No lo creo, ella solo te trata como su jefe, como lo que en realidad eres.

-¿Dónde está Daichi? – pregunto pero Inuyasha solo estaba concentrado en su primo y en la rivalidad que tenían desde niños - ¡Agh! – Kagome cansada de aquella batalla de miradas y palabras salió de la cocina en busca del pequeño Taisho – Estén atento a la leche.

-¡Aléjate de ella! – fue lo último que escuchó mientras se alejaba.

Busco por todo el interior de la casa pero no encontró a Daichi, por lo que salió afuera y recorrió el extenso patio encontrándolo en brazos de Rin sentada en el césped debajo de un árbol.

-Hola Rin.

-Hola Kagome - Kagome se acercó sentándose a su lado de inmediato Daichi estiro sus brazos en dirección de Kagome y Rin con una sonrisa se lo paso - ¿Estás bien?

-Estoy... estoy bien – le mostró una sonrisa forzada.

-No lo creo. Puedes decirme lo que quieras, tal vez no tenemos mucho de conocernos... pero creo que seremos muy unidas – y Rin le sonrió con sinceridad.

-Estoy embarazada.

°°°

¡Dum, dum, dum!

Hey mis queridos, no se olviden de apoyarme con un voto y su alegórico comentario.

¡Nos leemos!

ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora