19: Irritante despiste.

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-Bababaa Apurrrr, ¡Ah! - grito Daichi al ser ignorado por los dos adultos.

Kagome e Inuyasha dormían a sus costados, aun con sus manos entrelazadas, Daichi se había despertado antes y le había empezado a molestar a ambos para que despertaran, pero nada, cosa que lo desespero.

-Kagome...-murmuro adormilado Inuyasha.

-¿Mmm? - gimió en el mismo estado Kagome.

-Daichi está despierto.

-Tú estás más cerca...- bostezo.

-Está en el medio.

-Apurrrr... ¡Ba, ba, ba! - empezó a palmear el rostro de Kagome, haciendo soltar quejidos.

-Ah - soltó un bostezo sonoro y parpadeo varias veces para enfocar bien, Kagome soltó la mano de Inuyasha y se sentó en la cama en pose de indio.

-Oh, ¿Era necesario soltar mi mano?

-Necesario señor - respondió y miró a Daichi, quien la miraba, le había gustado despertar y verla a su lado -Buenos días pequeño revoltoso - Daichi lanzó una risa mientras abanicaba sus brazos de alegría - Te levantaste con mucha energía ¿he? - Kagome lo alzó y frunció su ceño - Vamos a cambiar este pañal.

Se puso de pie y empezó a caminar por la habitación con Daichi en sus brazos jugando con la cabellera de su azabache favorita. Encontró en unos de los roperos la ropa del pequeño acomodada junto con los productos de limpieza para él y sus pañales.

Lo recostó en los pieceros de la cama y empezó a cambiarle con delicadeza el pañal, Daichi se empeñaba a voltearse hacia los lados, complicándole un poco el trabajo a Kagome.

-Listo, ya tienes tu culito limpio y besable - lo tomo en bazos y lo sentó nuevamente en el medio de la cama.

-Te lo dije hijo - murmuro Inuyasha aun recostado pero con los ojos abiertos, Daichi lo miro al escucharlo - Tu culito es besable.

-¡Aguh!

-Le prepararé la leche - dijo Kagome poniéndose sus cros y caminando hasta la salida - Vuelvo enseguida - aviso e Inuyasha asintió aún con un poco de sueño pero con la mirada en su hijo.

°°°

-Dijiste que se levantaban temprano - reclamo Kagome mirando su celular, había vuelto de preparar la leche y se la entregó a su jefe, quien ya estaba del todo despierto.

-Sí, temprano para ellos en el campo es... ¿Las 10?

-Con razón no vi a nadie aun rondando por la casa - dejo su celular en la mesita de luz y se volvió a sentar en la cama, recién eran las 8 de la mañana.

-¿Quieres explorar la casa? - pregunto Inuyasha desde el otro lado de la cama, dándole la mamadera a Daichi, quien ya se atrevía a tomarla sentado.

-Me gustaría - sonrió y se puso de pie - Me cambiaré -ligeramente se sonrojo, al verse con ropa que le dejaban mucha piel expuesta.

-Para mí te ves bien - dijo en tono coqueto - Pero, sí, si te cubres un poco mejor, no quiero que los vecinos te observen.

-No hay vecino alguno a más de cinco kilómetros - comentó burlesca.

-Tal vez tengan binoculares.

-¡Ay señor! ¡Que ocurrencias las suyas! - se carcajeo - Iré a cambiarme.

°°°

-¿Qué lleva señor? - pregunto Kagome mirando un bolso chaqueño colgando desde el hombro de su jefe mientras ella empujaba el coche en donde iba Daichi.

-Nuestro desayuno.

-¿Usted solito lo preparo?

-Solito... como siempre - miro ofendido a la azabache quien solo se carcajeo.

-Debo de decir, que tienen una gran casa de campo - miro a su alrededor, solo había césped y grandes y viejos arboles dando sombra debajo de ellos, la casa ya se había dejado de ver por la caminata que habían empezado hace varios minutos.

-Sí, es grande. Pero lo mejor de estar aquí es su gran espacio verde, estar meses y meses en la ciudad rodeado de asfalto, tráfico y edificios... cuando llegas aquí es un gran respiro de la ciudad, te enamoras de esté lugar, créeme.

-Le creo señor - Kagome lo miro, mientras seguían caminando lentamente - ¿Falta mucho?

-¿Estás cansada?

-Para nada, recuerde que subo las escaleras del cerro para llegar a la casa de mi mamá - Inuyasha asintió, las escaleras de la casa de la madre de la azabache-por lo que había escuchado por ella- eran interminables - Sabe usted, que soy impaciente para ciertas cosas.

-Terminamos de subir esta subida y ya, el viñedo estará en frente de nosotros.

-¿Pero solo hay uvas?

-Arboles de naranja, manzana, duraznos y un gran árbol de moras, aunque no sé si estarán brotando.

-Creo que voy a asaltar el árbol de durazno - graciosa comentó, siguieron caminando en un silencio cómodo.

Inuyasha al igual que Kagome disfrutaban de la compañía, se sentían completamente relajados, a pesar del silencio nada incómodo. Ambos se miraban de reojo cuando el otro dejaba de hacerlo, Kagome e Inuyasha eran orgullosos, burlescos pero algo que los molestaba de ellos mismos era sus despistes. Conocían sus sentimientos pero ignoraban los sentimientos del otro, lo que complicaba la situación.

-¿Ya me dirás quién es el que te gusta? - con recelo Inuyasha pregunto de repente.

°°°

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ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora