32: Feliz

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-¡Tú sabes que yo no pregunto! ¡Yo solo aprovecho y actuo! - se justifico Miroku a su amigo.

-Tal vez esto no me corresponda decir pero... - intervino Kagome teniendo en sus brazos a Daichi - Cuando Daichi este en la pubertad... Usted-  señaló a Miroku-  No se le acercará.

-¿¡Qué!? ¡Daichi prácticamente es mi sobrino! Y como buen tío debo de darle consejillos - sonrió Miroku con picardía.

-Ni lo sueñes- corto Inuyasha después de haber reflexionado - Kagome tiene razón, guárdate esos consejillos para tu futuro hijo...

-Ni que tú fueras una blanca palomita! Tomabas lo mismo que yo ¿O acaso me equivoco Kagome? - Inuyasha abrió sus ojos y quiso matar a su amigo.

-Es cierto señor, no olvide lo que es...

-¡Fui! ¡Kagome yo fui así! Ahora ya no, soy padre y estoy comprometido con una sola mujer - orgulloso Inuyasha exclamo.

-¿Kikyo la de recursos humanos? - aparentando inocencia Miroku  pregunto.

-¿Qué? ¡Claro que no! Kagome, ella es mi mujer...

-Aww ¿Escuchaste Daichi? - enamorada Kagome abrazo al pequeño.

-Así  que Miroku-  calmado Inuyasha desvío su mirada de su azabache mirando a su mujeriego amigo - Guarda tus consejillos para tus futuros hijos...

-¡Soy un monje, y los monjes no tienen hijos!

-Los monjes tampoco son mujeriegos... - contraataco Inuyasha.

-¡Oye! Vine aquí por ayuda no por ataques contra mi persona.

-Señor, se hace tarde  ¿podría llevarme a mi casa? - Kagome miro la hora, estaban a dos horas de ser media noche.

-Puedo acercarte Kagome, también me voy no quiero seguir recibiendo ataques - Inuyasha volteó los ojos.

-¿Nos vemos mañana cariño? - Inuyasha se volteo en dirección de Kagome - Como quisiera que vivieras aquí... - susurro Inuyasha.

-Es muy, muy pronto para una propuesta así señor-  sonrió Kagome, a ella le encantaría dormir y despertar todos los días junto a esos par peli platas.

-¡Dios! Tendré un coma diabético por mirar esto - Miroku sacaba la lengua fingiendo asco.

-Miroku, se buen amigo, llévate esa maleta y espera afuera por favor - pidió aparentando calma Inuyasha.

-¿Me llevo a Daichi?

-¡Vete ya! - Miroku salió despavorido de la sala.

-¡Babaa! - Daichi le pego una patada a Inuyasha, se había sobresaltado y se enojo por eso, definitivamente tenía el humor de su padre.

-Perdóname hijo - Inuyasha le dio un beso en la mejilla regordeta del pequeño.

-Baaa - Daichi dejo de fruncir su ceño relajandose.

-Y a ti - Inuyasha se hizo un hueco para acercarse a Kagome - Perdona, Miroku interrumpió  nuestro momento...

-Habrá mucho más señor - susurro en los labios de su peli plata sonriendo y mirando picaramente.

-¿Ya te he dicho que me excita el que no me tutees? - fugazmente tomo los labios de Kagome y los mordió haciendo que ella soltase un gemido.

-Señor...

-Tranquila, te lo recompensare-  y con lujuria se besaron, Daichi balbuceaba dándoles la espalda, tenían que consevar la inocencia de su pequeño al menos hasta ser grande.

°°°

-¿Sabes Kagome? - Miroku hablo después de minutos de viaje en silencio.

-¿Qué señor Miroku?

-¡Solo dime Miroku!

-Entonces ¿Qué Miroku?  - el peli negro sonrió..

-Es bueno que estés con Inuyasha. Alguien tenía que venir para que pisara tierra, ese fue Daichi ¡Qué niño tan hermoso y simpático! Claramente un clon de Inuyasha-  Kagome se rió, era verdad - Pero también Inuyasha necesitaba a su compañera, no una temporal sino, compañera de vida - Kagome enmudeció ante lo dicho por el amigo de Miroku.

Inuyasha ya le había hecho esa confesión y acepto ser su pareja, en todo sentido. Qué Miroku lo este diciendo era una alegría para ella, era una aceptación de parte de una persona querida y cercana a su peli plata. Estaba feliz, feliz por haber aceptado ser la pareja de Inuyasha, feliz por que le permitiera estar con el pequeño clon de su jefe y feliz por haberse enamorado de la persona correcta.

-Gracias Miroku por tus palabras - sonrió con sinceridad la azabache.

-Yo solo digo - con modestia sonrió Miroku - ¿Vives por aquí?  - extrañado pregunto.

-Sí, en ese edificio-  señalo uno a unos metros - ¡Oh! Mi amiga también está llegando recién al parecer - sonrió Kagome al ver a su amiga la castaña llegar tambaleandose, claramente estaba borracha.

-¿¡Ella es tu amiga!? - temeroso exclamo Miroku, no, no podía ser...

-Sí, perdona que se muestre así, pero es una fiestera-  se disculpo Kagome, Miroku iba lento en el auto y solo acelero cuando aquella castaña que conocía a la perfección se adentro en el edificio.

-Listo... - musito Miroku en trance.

-Gracias Miroku - Kagome bajo del coche y abrio la puerta trasera para sacar su ligera maleta - Nos vemos mañana- sin esperar respuesta Kagome se adentro a su edificio.

-No puede ser, no puede ser - musitaba automáticamente, dejo golpear su frente sin ninguna delicadeza contra el volante.

- No puede ser Sango...

°°°

Cortito, pero lindo 💕💕💕

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¡Nos leemos!

ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora