31: Sonrisa de bobo a carcajada

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-¡Uff! Esto si que fue largo... - exclamo Kagome estirandose al salir por el pasillo de abordaje.

-Dormí todo el vuelo ¡Ahora no podré dormir bien!  - dijo Inuyasha llevando a Daichi en sus brazos aún durmiendo.

-Créame, dormirá, está cansado. Una buena ducha y cae como mosca muerta en la cama .

-¿Sera lo mismo para Daichi? - cuestiono Inuyasha al ver a su hijo removiendose en sus brazos.

-Mmm... Dudo de eso, pero hay que esperar lo mejor - sonrió Kagome y ambos se reunieron con toda la familia que esperaban a su chófer.

-Al fin en casa - escucho exclamar a Izayoi, estaba relajada porque estaba cansada.

-Debo agradecerles por haberme invitado, muchas gracias la pase muy bien-  sonrió Kagome a todos los Taisho's.

-Que bueno la hayas pasado bien queridas, sí el año que viene quieres volver a unirte estaríamos felices, y si en ese tiempo tienes a alguien... - Izayoi le guiño un ojo - puedes traerlo - con picardía sonrió Izayoi.

-Por supuesto, claro - siguió la corriente Kagome - Gracias-  se despidió con un beso en la mejilla de todos los presentes a excepción de Inuyasha.  El chófer de la família ya había llegado y todos empezaron a subir.

-Hijo ¿No vienes? - pregunto Izayoi sacando la cabeza por la ventanilla.

-Dejé mi auto aquí en el aeropuerto, acercaré a Kagome a su casa y luego iré a la mía-  explicó Inuyasha.

-De acuerdo, descansa y hasta luego - se despidió nuevamente la matriarca. El auto empezó a alejarse dejando a la pareja y al bebé solos.

-¿Vamos?  - Kagome le asintió y empezaron a caminar en dirección al estacionamiento, Inuyasha con Daichi y Kagome arrastrando las maletas suya y del peli plata.

El viaje fue una muy buena ayuda para abrirse en sentimientos entre ambos, para enteder que se necesitaban y que estaban seguros de no haberse equivocado en confesarse.

°°°

-¿Tienes que irte? - pregunto Inuyasha al detenerse en un semáforo en rojo.

-Sí, tengo que irme señor - respondió Kagome entreteniendo a Daichi en los asientos traseros.

-Pero...mañana no hay trabajo y tú puedes, bueno, podrías quedarte a dormir con nosotros - Inuyasha la miraba por el espejo, le encantaba verla a ella y a su hijo juntos.

-¿Me está invitando a dormir  con usted y con Daichi? 

- Sí, por favor ven - Inuyasha volvió a conducir, miraba al frente y por ratos miraba a su hijo y azabache.

-Por supuesto-  radiante sonrió Kagome.

-¡Sí!  - festejo Inuyasha.

-¡Aghu! - le siguió Daichi al festejo balbuceando y removiendose en su lugar. Kagome se reía de la alegría de ambos peli plata.

Inuyasha siguió el recorrido a su casa, el no pensaba en dejar a la azabache en la suya, no, no, no, todavía era muy pronto para que se separaran. Sí Kagome decía que no tenía pensado otras maneras de hacerle acceder a dormir con él y con su hijo, pero lo de separarse no era una opción.

Estaciono su coche en el garage de la gran casa, Inuyasha bajo y le abrió la puerta a Kagome, ambos sonriendose. Ahora ella tomo a Daichi en brazos e Inuyasha bajo el equipaje.

-Ten la llave cariño-  Inuyasha le dio un llavero con las llaves y un adornillo con la foto de su hijo en él, era un regalo que ella misma le había hecho para los 3 meses de padre que Inuyasha llevaba.

ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora