29: Relación en secreto

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-¿Qué?

Todo el temor que Kagome sentía se esfumo al escuchar las palabras de su jefe. ¿Ella había escuchado bien o acaso se quedó dormida y estaba teniendo unos sueños que últimamente tenía?

-Quiero que seas mi pareja – no, no era un sueño. Pero tenía que confirmarlo.

-¿Su pareja para qué? ¿Otra cena de negocios o algún evento?

-No, no. Nada de eso. Mi pareja... para compartir nuestras vidas.

-Señor...

-¿Es algo cursi? Lo es ¿Cierto? Bueno, es que nunca antes había hecho esto. Eres la primera y no sabía si pedirte ser mi novia pero eso suena a cosas chiquilinas en cambio la palabra pareja suena a una relación sería, estable... en realidad no lo sé – Inuyasha hablaba tan rápido y estaba tan nervioso que hizo reír a la azabache.

-Señor... me gustaría.

-¿Te gustaría que?

-Ser su pareja, compartir nuestras vidas, me gustaría.

-Oh... ¡Te juro que gritaría y saltaría en victoria sino estuviéramos en esta carpa y Daichi estuviera durmiendo! – Inuyasha la abrazo apretándola a él y sintiendo también ser correspondido en el abrazo – Pero, me basta con hacer esto – Inuyasha la alejó y tomo el rostro de su azabache con su mano, elevando el mentón y acercando sus labios a los de ella.

Está vez el juntar los labios se sintió diferente, menos cargado de preocupación, más aliviado y más apasionado. Kagome lo atrajo con sus brazos enrollados en el cuello y ahogando un suspiro que Inuyasha aprovechó para introducir su lengua. El beso empezó a subir de apasionado a lujurioso.

Kagome se recostó en el colchón nuevamente esta vez con el cuerpo de su jefe encima de ella quien no dejaba de probar sus labios y ella al igual que él aventuraba su boca en la del peli plata. Kagome introdujo su mano tibia por el interior de la camiseta de su jefe, tocando el torso y espalda desnuda, recorriendo cada línea de piel e Inuyasha disfrutaba de aquel toque y caricia a la vez.

Inuyasha poso su mano en los tobillos de su pareja, acariciándolos sin dejar de besarla. Empezó a subir su mano con lentitud y casi a un toque leve, otorgándole un placer satisfactorio a su azabache, su mano subió hasta los glúteos de Kagome dándole un ligero apretón haciendo que lanzará un jadeo.

-¿Señor?

-¿Sí?

Ambos estaban nublados por sus sentimientos, por el deseo de sentir sus cuerpos desnudos pegados al otro.

-Daichi – jadeo Kagome al recibir una mordida en su labio.

-Oh... ay hijo mío – sonrió Inuyasha y detuvo sus caricias al igual que Kagome - ¿Cuándo estemos solos?

-Me parece perfecto – sonrió Kagome ante la propuesta de su jefe ahora pareja. Inuyasha entonces sentado de rodilla alzó solo unos centímetros a su hijo corriéndolo un poco, dejando un hueco vació. Kagome con confusión le arqueo una ceja.

-¿Qué? Quiero hacer cucharita contigo – Kagome se rió y negó con su cabeza con diversión.

Se puso de lado con su mirada en dirección al pequeño Taisho e Inuyasha se metió dentro de las mantas detrás de Kagome y la abrazó por su cintura acercándose a ella lo más cerca posible.

La carpa se siguió sacudiendo pero Kagome ya no se tensaba o temblaba.

-Ya... ¿Estás bien? Digo, por todo esto del campo y tu temor - pregunto Inuyasha con su rostro hundido en el cuello de su azabache.

ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora